Un opaco regreso

4 jul. 2013 - público. sala: Malba y Sala Lugones del Teatro San Martín. Hay películas que nacen ... la Sala Leopoldo Lugones del Tea- tro San Martín para ...
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espectáculos | 3

| Jueves 4 de Julio de 2013

Johnny Depp, un protagonista de grandes recursos

disney

cine

Un opaco regreso El llanEro solitario (thElonErangEr, Estados Unidos/2013; hablada En inglés). ★★ regular. dirección: Gore Verbinski. guion: Justin Haythe, Ted Elliott y Terry Rossio. edición: James Haygood y Craig Wood. música : Hans Zimmer. elenco: Johnny Depp, Armie Hammer, William Fichtner, Tom Wilkinson, Ruth Wilson, Helena Bonham Carter, James Badge Dale, Bryant Prince, Barry Pepper, Mason Cook. distribuidora :

Buena Vista. duración : 149 minutos. calificación : sólo apta

para mayores de 13 años.

C

lásico –o éxito– de la radio y la televisión, El llanero solitario versión cine 2013 busca frenéticamente ser un éxito. La película de Verbinski-Bruckheimer (dúo de director y productor de Piratas del Caribe) desorienta, divierte, desconcierta y cansa. Cansa porque a veces aturde, pero sobre todo cansa por presentar una mezcla que en este caso se revela imposible. Con tantas tendencias y tantas apuestas la película se siente tironeada y estirada, y así no sólo llega a innecesarias dos horas y media sino que además deja ver en demasía el objetivo de “vender a cuanto público sea posible”. Hay películas que logran ser multitarget con menos sufrimiento que El

llanero solitario, pero aquí estamos ante un caso de notoria pérdida de unidad, e incluso de identidad, por ambición desmedida. Película de acción y aventuras con dúo que no se lleva bien (buddy-movie), película romántica, película sobre la familia, western con una enorme cantidad de citas y reciclados, película de humor deadpan, película de humor absurdo, película de una corrección política actual con iconografía de hace décadas, película con Johnny Depp como estrella. Y, sobre todo, película de tono de farsa que muta de forma intermitente a un tono más grave. Esos y otros tonos no se amalgaman, y la lógica de cartoon+ slapstick que brilla por momentos queda aplastada

por otras lógicas más solemnes. Y el vértigo, que podría atenuar los momentos menos lógicos o en los que el verosímil se ve herido, no se hace presente salvo en el inicio y el final en las secuencias de trenes, con múltiples homenajes, que van de John Ford a Buster Keaton. La del final es más espectacular, pero la del principio está mejor narrada, con mayor claridad. Hay ciertos momentos, unos cuantos chistes, algunas ideas visuales y unos cuantos esplendores (o que tal vez recibimos como tales porque extrañamos el western en pantalla grande) que hacen que El llanero solitario tenga algunos atractivos. En realidad, dicho de otra forma: la película atractiva que hay (o había) en El llanero solitario versión Verbinski-Bruckheimer está hundida entre las necesidades de la súper producción de llegar a todos los públicos existentes y a los que quizás existan en un futuro. A veces la voracidad no es sinónimo de vitalidad sino el punto de partida de las faltas y las fallas de unidad, forma y coherencia.

Los actores, con Depp a la cabeza y su marca registrada de gestos mínimos y a la vez tremendamente expresivos, están todos bien, todos tienen claro el camino. Brilla Armie Hammer (y demuestra su gran futuro) como El Llanero, resplandece la belleza intrépida de Ruth Wilson y William Fichtneres ofrece uno de los mejores secundarios del cine. Todos apuestan a una fiesta de adrenalina, de sentido del humor y de velocidad. La película, por todo lo dicho, a veces opera en favor de los actores y en otras ocasiones aniquila el entusiasmo de los intérpretes con demasiada música grave y sobre todo con una tremenda incapacidad para la síntesis y la gracia constante, sobre todo cuando el elenco no se ve acompañado de trenes o animales. Caballos, liebres y escorpiones también tienen parte de los méritos actorales, o actorales-digitales. Y ellos también merecían algo más noble que la intención de vender todo a todos. O, al menos, una venta mejor.ß Javier Porta Fouz

cine

La memoria en constante construcción callEs dE la mEmoria (argEntina/2012). ★★★★

muy buena .

guión, fotografía, cámara y dirección: Carmen Guarini. edición: José del Peón. distribuidora:

Cine Ojo. duración: 65 minutos. calificación: apta para todo

público. sala: Malba y Sala Lugones del Teatro San Martín

H

ay películas que nacen con grandes ambiciones y luego lucen empequeñecidas a la hora de apreciar su resultado final. Y hay otras, como es el caso de Calles de la memoria, que tienen un nacimiento casi fortuito y una producción más que modesta, pero que terminan con alcances mayúsculos. Lo que aquí comenzó como un ejercicio de carácter eminentemente pedagógico se constituye en un inteligente ensayo –pletórico de contradicciones y matices, lejos de la bajada de línea y los fanatismos tan en boga por estos días– sobre la construcción de la memoria, sobre esos puentes que se tienden entre pasado y presente, entre los militantes de ayer y los de hoy.

A partir de un trabajo grupal en el ámbito de un taller con documentalistas iberoamericanos, la celebrada directora Carmen Guarini (objeto por estos días de una retrospectiva de su filmografía en la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín para acompañar este estreno) y sus alumnos/colaboradores registran el proyecto de Barrios x Memoria y Justicia, una muy activa asociación de vecinos de Almagro y Balvanera que instalan en esos y otros barrios porteños baldosas con inscripciones alusivas al terrorismo de Estado durante la última dictadura. Los realizadores consultan a los vecinos sobre el mayor o menor interés que esos homenajes/denuncias les despiertan y al mismo tiem-

Vecinos colocan una baldosa conmemorativa po se interrogan sobre el lugar (y la ética) del documentalista que invade y manipula ámbitos muchas veces íntimos, pero que también da cuenta de actos de fuertes dimensiones sociales y políticas. En ese sentido, el film expone en toda su dimensión los debates internos, las diferencias genera-

cionales y las implicancias emocionales de quienes idean, organizan y llevan a cabo estas iniciativas callejeras. Así, Guarini y su equipo construyen un doble estudio: sobre las nuevas formas de pensar y representar la memoria colectiva y sobre el cine dentro del cine.ß Diego Battle