SERÁN MIS TESTIGOS

L os once han partido desde Galilea al monte que Jesús les había indicado, el monte de los Olivos, cer- cano a Jerusalén. Y al ver de nuevo al Resuci- tado, le ...
95KB Größe 104 Downloads 211 vistas
Oración sobre las ofrendas Te presentamos, Señor, nuestro sacrificio para celebrar la gloriosa ascensión de tu Hijo; que la participación en este misterio eleve nuestro espíritu a los bienes del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. Antífona de comunión (Mt 28, 20) Sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Aleluya.

Oración después de la comunión Dios todopoderoso y eterno que, mientras vivimos aún en la tierra, nos das parte en los bienes del cielo, haz que deseemos vivamente estar junto a Cristo, en quien nuestra naturaleza humana ha sido tan extraordinariamente enaltecida que participa de tu misma gloria. Por Jesucristo nuestro Señor.

PROPÓSITOS DE LA HOMILÍA Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo Tener presente a ese Dios cercano nos hacen efectivos los frutos de sus bendiciones en nuestra vida, familia y trabajo. Para eso: • Una costumbre eficaz para lograr presencia de Dios: cada día, la primera audiencia, para Jesucristo. (Surco 450) • Una vez más has sentido a Cristo muy cerca. —Y una vez más has comprendido que todo lo tienes que hacer por El. (Surco 679) • ¡Solo! —No estás solo. Te hacemos mucha compañía desde lejos. — Además..., asentado en tu alma en gracia, el Espíritu Santo —Dios contigo— va dando tono sobrenatural a todos tus pensamientos, deseos y obras. (Camino 273) PETICIONES PARA LA ORACIÓN UNIVERSAL DE LOS FIELES

Por el Papa y todos sus colaboradores. Por los Obispos de Venezuela Roguemos al Señor. Por los que trabajan en los medios de comunicación social. Que puedan desarrollar su trabajo con verdad, justicia y caridad. Roguemos al Señor.

SOLEMNIDAD DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR 1 DE JUNIO DE 2014

SERÁN MIS TESTIGOS HABLAR CON DIOS

L

os once han partido desde Galilea al monte que Jesús les había indicado, el monte de los Olivos, cercano a Jerusalén. Y al ver de nuevo al Resucitado, le adoraron, se postraron ante Él como ante su Maestro y su Dios. Ahora son mucho más profundamente conscientes de lo que ya, mucho tiempo antes, tenían en el corazón y habían confesado: que su Maestro era el Mesías. Están asombrados y llenos de alegría al ver que su Señor y su Dios ha estado siempre tan cercano. Después de aquellos cuarenta días en su compañía podrán ser testigos de lo que han visto y oído Les dice Jesús: serán mis

Tomado de Hablar con Dios

testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra. Y después de decir esto, mientras ellos miraban, se elevó, y una nube lo ocultó a sus ojos. Termina la misión terrena de Cristo y comienza la de sus discípulos, la nuestra. Quiere el Señor que cada uno en su lugar continúe la tarea de santificar el mundo, para mejorarlo y ponerlo a sus pies: las almas, las instituciones, las familias, la vida pública... Porque sólo así el mundo será un lugar donde se valore y respete la dignidad humana, donde se pueda convivir en paz, con la verdadera paz, que tan ligada está a la unión con Dios.

Antífona de entrada (Hch 1, 11) Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo volverá como lo habéis visto marcharse. Aleluya. Oración colecta Concédenos, Dios todopoderoso, exultar de gozo y darte gracias en esta liturgia de alabanza, porque la ascensión de Jesucristo, tu Hijo, es ya nuestra victoria, y donde nos ha precedido Él, que es nuestra cabeza, esperamos llegar también nosotros como miembro de su cuerpo. Por nuestro Señor Jesucristo. PRIMERA LECTURA Lectura del libro de los hechos de los Apóstoles (1, 1-11) En mi primer libro, querido Teófilo, escribí acerca de todo lo que Jesús hizo y enseñó, hasta el día en que ascendió al cielo, después de dar sus instrucciones, por medio del Espíritu Santo, a los apóstoles que había elegido. A ellos se les apareció después de la pasión, les dio numerosas pruebas de que estaba vivo y durante cuarenta días se dejó ver por ellos y les habló del Reino de Dios. Un día, estando con ellos a la mesa, les mandó: “No se alejen de Jerusalén. Aguarden aquí a que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que ya les he hablado: Juan bautizó con agua; dentro de pocos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo”. Los ahí reunidos le preguntaban: “Señor, ¿ahora sí vas a

restablecer la soberanía de Israel?” Jesús les contestó: “A ustedes no les toca conocer el tiempo y la hora que el Padre ha determinado con su autoridad; pero cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes, los llenará de fortaleza y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los últimos rincones de la tierra”. Dicho esto, se fue elevando a la vista de ellos, hasta que una nube lo ocultó a sus ojos. Mientras miraban fijamente al cielo, viéndolo alejarse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: “Galileos, ¿qué hacen allí parados, mirando al cielo? Ese mismo Jesús que los ha dejado para subir al cielo, volverá como lo han visto alejarse”. (Palabra de Dios –Te alabamos Señor)

Salmo Responsorial (Salmo 46) V./ Entre voces de júbilo, Dios asciende a su trono. Aleluya. R. / Entre voces de júbilo... Aplaudan, pueblos todos; aclamen al Señor, de gozo llenos; que el Señor, el Altísimo, es terrible y de toda la tierra, rey supremo. R. / Entre voces de júbilo... Entre voces de júbilo y trompetas, Dios, el Señor, asciende hasta su trono. Cantemos en honor de nuestro Dios, al rey honremos y cantemos todos. R. / Entre voces de júbilo... Porque Dios es el rey del universo, cantemos el mejor de nuestros cantos. Reina Dios sobre todas las na-

ciones desde su trono santo. R. / Entre voces de júbilo... SEGUNDA LECTURA Lectura de la carta a los hebreos (9, 24-28; 10, 19-23) Hermanos: Cristo no entró en el santuario de la antigua alianza, construido por mano de hombres y que sólo era figura del verdadero, sino en el cielo mismo, para estar ahora en la presencia de Dios, intercediendo por nosotros. En la antigua alianza, el sumo sacerdote entraba cada año en el santuario para ofrecer una sangre que no era la suya; pero Cristo no tuvo que ofrecerse una y otra vez a sí mismo en sacrificio, porque en tal caso habría tenido que padecer muchas veces desde la creación del mundo. De hecho, él se manifestó una sola vez, en el momento culminante de la historia, para destruir el pecado con el sacrificio de sí mismo. Y así como está determinado que los hombres mueran una sola vez y que después de la muerte venga el juicio, así también Cristo se ofreció una sola vez para quitar los pecados de todos. Al final se manifestará por segunda vez, pero ya no para quitar el pecado, sino para la salvación de aquellos que lo aguardan, y en él tienen puesta su esperanza. Hermanos, en virtud de la sangre de Jesucristo, tenemos la seguridad de poder entrar en el santuario, porque él nos abrió un camino nuevo y viviente a través del velo, que es su

propio cuerpo. Asimismo, en Cristo tenemos un sacerdote incomparable al frente de la casa de Dios. Acerquémonos, pues, con sinceridad de corazón, con una fe total, limpia la conciencia de toda mancha y purificado el cuerpo por el agua saludable. Mantengámonos inconmovibles en la profesión de nuestra esperanza, porque el que nos hizo las promesas es fiel a su palabra. (Palabra de Dios–Te alabamos Señor)

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Mt 28, 19.20) Aleluya, aleluya. Vayan y enseñen a todas las naciones, dice el Señor, y sepan que yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo. Aleluya, aleluya. EVANGELIO Lectura del santo Evangelio según san Mateo (28, 16-20) En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea y subieron al monte en el que Jesús los había citado. Al ver a Jesús, se postraron, aunque algunos titubeaban. Entonces, Jesús se acercó a ellos y les dijo: "Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, y enseñen a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándolas a cumplir todo cuanto yo les he mandado; y sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo". (Palabra del Señor –Gloria a ti Señor Jesús.)