Florece en la fe Florece en la fe

Florece en la fe. Serie de reflexiones sobre mayordomía. Domingo 27 de octubre de 2013. Propio 25. Lucas 18:9-14. ¿Qué sucedería si todos fuéramos como.
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Florece en la fe Domingo 27 de octubre de 2013

Florece en la fe

Propio 25 Lucas 18:9-14

Serie de reflexiones sobre mayordomía

Domingo 27 de octubre de 2013

Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás... Yo ayuno dos veces a la semana y te doy la décima parte de todo lo que gano

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Propio 25 Lucas 18:9-14

Serie de reflexiones sobre mayordomía

Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás... Yo ayuno dos veces a la semana y te doy la décima parte de todo lo que gano

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ué sucedería si todos fuéramos como este fariseo? Tal vez la campaña anual resultaría en muchas más promesas de ofrenda, y mucha menos ansiedad. Este fariseo da el diezmo y ayuna según la expectativa. Caso cerrado... o tal vez no. Parece que usa su dar para distinguirse, separarse de los demás, en vez de para acercarse más a Dios y a su prójimo. ¿Y no es, sobre todo lo demás, para acercarnos más a Dios que estamos aquí en esta vida?

ué sucedería si todos fuéramos como este fariseo? Tal vez la campaña anual resultaría en muchas más promesas de ofrenda, y mucha menos ansiedad. Este fariseo da el diezmo y ayuna según la expectativa. Caso cerrado... o tal vez no. Parece que usa su dar para distinguirse, separarse de los demás, en vez de para acercarse más a Dios y a su prójimo. ¿Y no es, sobre todo lo demás, para acercarnos más a Dios que estamos aquí en esta vida?

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l fariseo nos dice lo que no es. No es ladrón. No es malvado. No comete adulterio. Y ciertamente no es como el “cobrador de impuestos” que reza a sólo unos pasos de distancia. El fariseo sabe con toda claridad lo que no es, pero ¿sabe lo que sí es? Aun cuando dar el diezmo y el ayunar son base fundamental de su práctica espiritual, centrales a cómo él se mira a si mismo, nos quedamos con la pregunta de qué es lo que lo motiva en estas prácticas. ¿Poder? ¿Privilegio? ¿Prestigio? ¿Piedad? Y mientras que el fariseo enfoca gran parte de su práctica y oración en las faltas de otros, ¿cuánto se enfoca en Dios como fuente de toda vida y dador de todos los dones buenos? ara ser buenos mayordomos de las bendiciones que recibimos, es necesario tener un sentido de quién y qué somos frente a Dios, para así llegar a un mejor entendimiento de qué nos llama Dios a llegar a ser. Desafortunadamente, una autoevaluación honesta puede ser dolorosa. Miremos al cobrador de impuestos: la pena y la vergüenza lo llevan a no alzar los ojos y a golpear su propio pecho. Sin embargo, aún más fuerte que su pena es su confianza y fe en la compasión de Dios. Su clamado,

l fariseo nos dice lo que no es. No es ladrón. No es malvado. No comete adulterio. Y ciertamente no es como el “cobrador de impuestos” que reza a sólo unos pasos de distancia. El fariseo sabe con toda claridad lo que no es, pero ¿sabe lo que sí es? Aun cuando dar el diezmo y el ayunar son base fundamental de su práctica espiritual, centrales a cómo él se mira a si mismo, nos quedamos con la pregunta de qué es lo que lo motiva en estas prácticas. ¿Poder? ¿Privilegio? ¿Prestigio? ¿Piedad? Y mientras que el fariseo enfoca gran parte de su práctica y oración en las faltas de otros, ¿cuánto se enfoca en Dios como fuente de toda vida y dador de todos los dones buenos? ara ser buenos mayordomos de las bendiciones que recibimos, es necesario tener un sentido de quién y qué somos frente a Dios, para así llegar a un mejor entendimiento de qué nos llama Dios a llegar a ser. Desafortunadamente, una autoevaluación honesta puede ser dolorosa. Miremos al cobrador de impuestos: la pena y la vergüenza lo llevan a no alzar los ojos y a golpear su propio pecho. Sin embargo, aún más fuerte que su pena es su confianza y fe en la compasión de Dios. Su clamado,

Preguntas para reflección •

¿Cuáles son algunas de las motivaciones para dar?



¿Es fácil caer en orgullo o en vergüenza acerca de nuestra ofrenda?



¿Cómo se involucran el juzgar a los demás y el juzgarnos a nosotros mismos como obstáculos a recibir la gracia de Dios?



¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!” abre su corazón a la posibilidad de ser transformado por la bondad de Dios. En cambio, la oración del fariseo da poca cábida a la posibilidad de crecer o cambiar. El fariseo lo tiene todo resuelto, en contraste a esos ladrones y malvados que percibe lo rodean por todas partes. Pero la oración del cobrador de impuestos deja un espacio para vida nueva.

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Preguntas para reflección •

¿Cuáles son algunas de las motivaciones para dar?



¿Es fácil caer en orgullo o en vergüenza acerca de nuestra ofrenda?



¿Cómo se involucran el juzgar a los demás y el juzgarnos a nosotros mismos como obstáculos a recibir la gracia de Dios?



¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!” abre su corazón a la posibilidad de ser transformado por la bondad de Dios. En cambio, la oración del fariseo da poca cábida a la posibilidad de crecer o cambiar. El fariseo lo tiene todo resuelto, en contraste a esos ladrones y malvados que percibe lo rodean por todas partes. Pero la oración del cobrador de impuestos deja un espacio para vida nueva.

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uestras finanzas, finanzas personales y finanzas en común, a veces nos llevan a golpearnos en el pecho, ya sea por frustración, preocupación, vergüenza u otro sentimiento. Muchos de nosotros, como el fariseo, podríamos desear dar la mejor impresión suprimiendo nuestros sentimientos más profundos y evadiendo un examen crítico de quíen somos, dónde estamos, y a quién le pertenecemos. Otros de nosotros tal vez desearíamos tomar el ejemplo del cobrador de impuestos de manera exagerada, golpeándonos en el pecho hasta estar dolidos de vergüenza.

uestras finanzas, finanzas personales y finanzas en común, a veces nos llevan a golpearnos en el pecho, ya sea por frustración, preocupación, vergüenza u otro sentimiento. Muchos de nosotros, como el fariseo, podríamos desear dar la mejor impresión suprimiendo nuestros sentimientos más profundos y evadiendo un examen crítico de quíen somos, dónde estamos, y a quién le pertenecemos. Otros de nosotros tal vez desearíamos tomar el ejemplo del cobrador de impuestos de manera exagerada, golpeándonos en el pecho hasta estar dolidos de vergüenza.

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ios nos ama en cualquier situación o posición en la que nos encontremos, pero no necesariamente desea que permanezcamos ahí. Con la ayuda de Dios, podemos evadir los extremos de estar demasiado satisfechos con nosotros mismos, o no reconocer suficientemente nuestro propio valor como ser humano. Con la ayuda de Dios, podemos reconocer honestamente la realidad de todo lo que somos, confiando que su gracia nos dará fuerza y nos ayudará a florecer. Al dar nuestra ofrenda en nuestra congregación, que Dios nos libre de nuestras ansiedades, y a la vez nos lleve a la renovación de vida. Joseph Downing Thompson, Jr. Seminarista Seminario Teológico de Virginia Diócesis Episcopal de Missouri

ios nos ama en cualquier situación o posición en la que nos encontremos, pero no necesariamente desea que permanezcamos ahí. Con la ayuda de Dios, podemos evadir los extremos de estar demasiado satisfechos con nosotros mismos, o no reconocer suficientemente nuestro propio valor como ser humano. Con la ayuda de Dios, podemos reconocer honestamente la realidad de todo lo que somos, confiando que su gracia nos dará fuerza y nos ayudará a florecer. Al dar nuestra ofrenda en nuestra congregación, que Dios nos libre de nuestras ansiedades, y a la vez nos lleve a la renovación de vida. Joseph Downing Thompson, Jr. Seminarista Seminario Teológico de Virginia Diócesis Episcopal de Missouri

© 2013 The Episcopal Network for Stewardship

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