Debe ser que tu Dios te ama mucho

reunido varias veces desde aquel domingo de junio en la casa de la familia. Bender, y él siempre procuraba hablar con Sara y mostrarle un interés especial.
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Debe ser que tu Dios te ama mucho (La historia se encuentra en la página 8)

julio - agosto, 2018 volumen 32, número 4

Este librito no es para la venta Junta Directiva: Eugenio Heisey Duane Nisly Marcos Yoder Pablo Schrock Noé Schrock Antonio Valverde Jesús Villegas Sanford Yoder

CONTENIDO Debe ser que tu Dios te ama mucho . . . . . . . . . . . . . . . . . .portada Editorial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .3 Paz, paz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .4 El enemigo número uno . . . . . . . . . . .17

Historia bíblica:

El día de Pentecostés . . . . . . . . . . . . . .18

Sección para padres

Editor Duane Nisly

Circulación Jimmy Ramírez

Ser madre, una oportunidad de oro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .20 ¿Y si mis hijos rechazan la fe? . . . . . . .23 La naturaleza de la semilla . . . . . . . . .24

Sección de cocina

Cualquier correspondencia debe dirigirse a: La Antorcha de la Verdad Apartado Postal #15 Pital de San Carlos Costa Rica, C. A. Tel: (506) 2465-0017 Fax: (506) 2465-0018 [email protected]

Puré de yuca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .25

Sección para jóvenes

El camino que ella escogió Una promesa... 4c . . . . . . . . . . . . .26

Sección para niños

El muchacho no entremetido . . . . . . .31 Actividad para niños . . . . . . . . . . . . . .34 La Biblia contiene . . . . . . . . .contraportada

LA ANTORCHA DE LA VERDAD se publica bimestralmente por Publicadora La Merced, ubicada en Santa Rita de Río Cuarto, Costa Rica. PUBLICADORA LA MERCED trabaja sin fines lucrativos para extender el Evangelio, para propagar doctrina sana y bíblica de orientación anabaptista, y para presentar consejos para la vida cristiana práctica en América Latina. Si desea hacer una donación, la puede hacer por medio de un cheque en dólares estadounidenses a nombre de Asociación Servicios Cristianos Menonitas, o por medio de una transferencia internacional: (Asociación Servicios Cristianos Menonitas, cuenta #15201347000014732 en dólares estadounidenses. SWIFT: BCRICRSJ y/o UNIVERSAL ID019339, Banco de Costa Rica. San José, Costa Rica, entre Av. central y segunda, calles cuatro y seis.) Diseño de la portada: Duane Nisly

Estimado lector: El Día de la Madre es una festividad de las madres que se celebra en casi todo el mundo en diferentes fechas del año según el país. En Costa Rica acostumbramos a celebrar ese día el 15 de agosto. Pero, aunque se celebra un día especial en el año para las madres en casi todo el mundo, eso no significa que le damos a las madres la debida importancia que merecen. La influencia de la madre piadosa en la vida de sus hijos es imposible medir. El papel importante que desempeña la madre en el hogar merece ser reconocido. Quisiera pedir que nos detengamos por unos momentos y reflexionemos sobre la gran influencia que tiene la madre piadosa. Agradezco a Dios que me privilegiara con una madre piadosa. Jamás merezco yo la madre preciosa que Dios me dio. Además, es un regalo de Dios que a los 83 años, todavía está con vida y buena salud. No todos tenemos esa dicha de tener una madre piadosa. Aun algunos ni siquiera conocen a su madre. Muchos otros han sufrido por tener una madre que no les ha sido la ayuda y el ejemplo debido. Hay muchos corazones heridos o rotos hoy por no haber tenido ese privilegio. Hoy, quisiera compartir con usted un poco, y decirles que aún, no es demasiado tarde para poner mano en este asunto. Primero, Dios ama igualmente a los que no han tenido una madre piadosa y los que la han tenido. Su amor es igual para todos. Luego, si usted ha sufrido por no tener una madre piadosa, Dios le da a usted la oportunidad de cambiar esa situación para la próxima generación. Si usted es madre, Dios le dice que usted puede ser una madre piadosa para sus hijos. Puede proporcionar a sus hijos lo que la madre suya tal vez no pudo

lograr. Con la ayuda de Dios, y por seguir sus principios especificados en su Palabra, usted puede ser la madre que sus hijos necesitan y merecen. Yo no conozco bien la situación en que se encontró el joven pastor, Timoteo, en 2 Timoteo capítulo uno. “La fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también” (2 Timoteo 1:5). Él era hijo de un padre griego, probablemente no creyente. Pero su abuela y su madre eran mujeres piadosas que criaron a Timoteo en los caminos del Señor. Es obvio que su situación no era ideal. Sin embargo, por la fidelidad de unas madres piadosas, llegó a ser un gran siervo de Dios. Quiero públicamente agradecer a mi madre por ser una madre piadosa. No sé qué sería de mí si no fuera por su gran ejemplo, su sacrificio, sus oraciones, y su amor por mí. No puedo agradecerle a Dios ni a ella suficientemente. Luego, quiero reconocer a mi esposa por ser una madre piadosa y ejemplar a mis hijos. Cuánto le agradezco a Dios por ella, y por lo que ella ha hecho por nuestros hijos. También quiero agradecer a todas las madres que toman su responsabilidad con seriedad de ser madre piadosa. Que Dios las bendiga ricamente en ese gran trabajo sagrado. Aprovecho también para desafiar a todas las madres hoy de ser usted esa madre piadosa. Dios se acerca a la madre que en realidad quiere agradarlo con cumplir con ese papel tan importante. Ahora, le pido a Dios por usted, madre, que él le dé todo lo necesario para cumplir con su sagrado deber. Qué el Señor le bendiga.

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Paz, paz Sanford Yoder

n estos tiempos se oye mucho acerca de la paz. Se está haciendo un gran esfuerzo por traer la paz a los países latinoamericanos. Tanto los cristianos como los incrédulos, estamos contentos de ver que se toman medidas hacia este fin. Le deseamos a toda nación libertad y tranquilidad. Debemos agrade-

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cer a Dios y al gobierno la protección que nos brindan y la libertad de adorar a Dios como lo manda la Biblia. Pero no debemos confundir la paz civil con la paz que Cristo ofrece en el Evangelio. Él dijo: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se

turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14:27). Jesús deja que los gobernantes y políticos hagan acuerdos y compromisos para obtener y mantener la paz entre las naciones. Pero él ofrece mucho más que esto. “Mi paz os doy”, dice. Esta paz es la que hay en el corazón. Es amistad con Dios, nuestro Creador. Llena con completa satisfacción aquel vacío que los placeres y vicios del mundo nunca pueden satisfacer. Esto es porque el Espíritu Santo, el autor de la paz, vive en nosotros. La paz de este mundo es muy superficial. Se rompe por cualquier desacuerdo. La paz de Dios permanece mientras andemos con él. Cristo abrió el camino a la paz con Dios cuando quitó la barrera de enemistad que nos separaba de él. Esta barrera es el pecado. “Pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios” (Isaías 59:2). Dios no soporta ningún pecado en su presencia. Él es santo. Cristo quitó este pecado cuando lo tomó sobre sí y pagó con la muerte. En 1 Pedro 2:24 dice: “Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sana-

dos”. También en Efesios 2:15 dice: “Aboliendo en su carne las enemistades…para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades”. Gracias a Jesús, que murió en nuestro lugar, tenemos paz con Dios. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios…” (Romanos 5:1). Debemos apreciar la paz que te-

nemos con Dios. Qué precioso es vivir diariamente con paz en el corazón. En el día de la muerte nada tendrá valor sino la paz con Dios. En Filipenses 4:7 dice: “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. 5

También debemos cuidar bien la paz con Dios. No debemos permitir que nada la destruya. Somos responsables de guardarla. Con el poder del Espíritu Santo debemos evitar todo lo que estorba la paz y la comunión con Dios. Quiero que veamos una lista de unas cosas que matan la paz con Dios: El pecado o la desobediencia. En Isaías 57:20-21 dice: “Pero los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, …No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos”. Cuando desobedecemos lo que sabemos ser la voluntad de Dios, perdemos la paz con él. Esto, porque al desobedecer edificamos de nuevo la barrera de pecado que nos separa. El cristiano que aprecia la paz con Dios obedece al Señor en todo lo que él dice. La negligencia o pereza. Qué fácil es caer en esta trampa. Aun la persona más espiritual tiene que luchar con este enemigo tan astuto. En Santiago 4:17 dice: “Y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado”. El apóstol Santiago no está hablando de pecados grandes, sino de la pereza o el descuido en lo que sabemos. Y Hebreos 2:3 dice: “¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan 6

grande?” Para mantener la paz viva en nosotros se requiere mucha diligencia. En 2 Pedro 1:5 dice: “Poniendo toda diligencia” y en el versículo 10 sigue: “Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás”. La negligencia y la pereza destruyen la paz. El rencor, el no perdonar. En la parábola de los dos deudores en Mateo 18:23-35 vemos que aunque el siervo había sido perdonado, al no perdonar a su consiervo, perdió la paz con Dios y cayó en condenación peor que antes. Si no perdonamos, Dios no nos perdonará (Mateo 6:15). Efesios 4:32 nos dice como perdonar: “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”. ¿Cómo perdona Dios? Salmo 103:12 dice: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”. ¡Así perdona Dios! Así nos toca perdonar. Sería una lástima perder la paz de Cristo por no perdonar. Los problemas no resueltos en la familia. Los problemas matrimoniales, y los entre padres e hijos, también estorban la paz. 1 Pedro 3:7 dice: “Vosotros, maridos, igualmente,

vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo”. En Tito capítulo 2, hablando de los deberes materiales, Pablo exhorta en el versículo 5: “Para que la palabra de Dios no sea blasfemada”. Cuando hay problemas en el hogar, se levanta una barrera de modo que las oraciones no llegan a Dios y el testimonio es manchado. La rebeldía hacia las autoridades. Todos estamos bajo autoridades puestas por Dios. Él quiere que vivamos de tal manera que la ley no nos toca. Para mantener la paz divina debemos respetar y honrar toda autoridad. La única excepción a esta regla sería si alguna autoridad humana nos obligara hacer algo en contra de la voluntad de Dios. En tal caso tuviéramos que decir como Pedro y Juan en Hechos 4:19: “Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios”. En todo lo demás debemos sujetarnos para mantener la paz divina. El amor al mundo. En la epístola de 1 Juan capítulo 2 versículos 1517 él advierte: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo,

el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”. Desde la caída de Adán y Eva el amor a las cosas terrenales ha separado al hombre de su Dios. Si estamos dominados por algún deseo de la carne (las comidas y bebidas, los deseos sexuales), o si somos esclavos de los deseos de los ojos (la moda, las vanidades, los lujos), o la vanagloria de la vida (los títulos, la fama, el prestigio), ya no tenemos parte con Dios. No podemos servir a dos maestros. Mi amado amigo, ¿ha experimentado la paz que Cristo da al que clama en arrepentimiento y fe en Dios? Si no, arrepiéntase hoy y sea lleno de la paz que sobrepasa todo entendimiento. Si la ha experimentado, cuídela con toda diligencia y no permita que ninguna de estas cosas le hagan perderla. Así puede llegar al juicio final con confianza porque Jesucristo es su paz y la puerta del cielo se abrirá y será recibido en la eterna presencia de Dios. Gloria sea a él.

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uanita, madre de cinco preciosos hijos, se sentía feliz ese día, el 12 de diciembre, 2017. El cuarto hijo, Gabriel, cumplía cinco años ese día. Como familia, habían planeado algo muy especial para celebrar la ocasión. Su esposo Carlos, que trabajaba de noche en una fábrica de repuestos automotrices, tenía la tarde libre. El plan era salir esa noche con la familia, algo que muy rara vez lograban hacer debido al trabajo del padre. Ahora, Juanita se apresuraba, alistando a los niños con el fin de estar lista para la hora en que planeaban salir. La situación económica de Carlos y Juanita no ha sido fácil. Han tenido que trabajar arduamente y sacrificarse para solventar los retos económicos. Los cinco hijos pequeños exigen mucho tiempo y cuidado de una madre. Los dos muchachos mayores, uno de diez años y el otro de ocho, tienen dificultades en los estudios. Además, hacía como un año, el tercer hijo, Mauricio de siete años, inexplicablemente había perdido la audición en ambos oídos. Casi al mismo tiempo, se dieron cuenta de que el siguiente hijo, Gabriel, también había sufrido la pérdida de la audición en ambos oídos en algún momento durante los primeros dos años de su niñez. Este problema físico de los dos hijos aumentó aun más la carga para Juanita y su esposo. Finalmente, el menor de dos años, un niño muy activo ha requerido un cuidado constante de Juanita. Todo esto, además de un sinfín de otros deberes de una ama de casa, ha sido causa de un horario agotador de quehaceres para esta madre. A pesar del cansancio y la presión que la madre muchas veces sufre, ella ama mucho a sus hijos y atiende sus necesidades con todo esmero. Su mayor deseo para sus hijos es darles una crianza piadosa en el Señor. Después de que los dos muchachos perdieran la audición, Carlos y Juanita comenzaron a buscar ayuda para ellos. Se enteraron de un sistema electrónico llamado “implante coclear” que probablemente les ayudaría a sus hijos a oír de nuevo. Eran aparatos muy caros, de varios miles de dólares. Sin embargo, en el transcurso del año lograron 8

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conseguirlos para los dos niños. Primero, probaron el implante con Gabriel y el resultado fue sumamente exitoso. Luego lo hicieron con Mauricio, y también fue exitoso. Los muchachos podían oír de nuevo. ¡Qué gran cambio efectuaron estos aparatos para toda la familia; fue una verdadera transformación! El “implante coclear” consta de dos dispositivos principales. Uno se inserta quirúrgicamente en la región craneal detrás de la oreja, y el otro se coloca en la parte exterior detrás de la oreja. El componente interno consiste en un aparato electrónico que proporciona una sensación de sonido para el que tiene una sordera grave u otros problemas en el oído. El dispositivo externo consiste en un procesador de sonido que se coloca en la piel y contiene microchips, componentes electrónicos, batería, y una bobina que transmite una señal al implante dentro del oído. Éste tiene una bobina para recibir las señales, y otros componentes electrónicos y 1 electrodos que, colocados en la cóclea, estimulan el nervio coclear. Juanita viene de una familia grande, pero ella no siempre ha gozado de una buena relación con su familia. Carlos y Juanita han sentido cierto desprecio de parte de algunos de la familia de ella, y algunos no han podido aceptar muy bien a Gabriel con sus limitaciones. Sin embargo, para celebrar el cumpleaños de Gabriel, decidieron invitar a toda la familia de Juanita a salir a comer fuera y disfrutar de un paseo. Juanita esperaba con anticipación compartir este evento con ellos. Cuando sólo la mamá y una hermana llegaron para acompañarlos, Juanita estaba muy decepcionada. Para ellos era un día tan especial. Al no poder compartirlo con su familia como había esperado, se sintió bastante triste. Con esa pesadumbre, siguió con los preparativos para la noche. Gabriel, debido a su dificultad auditiva, prácticamente tenía que aprender a hablar de nuevo, ir al baño, y desarrollar otras habilidades básicas que de otro modo habría aprendido a una edad más temprana. Y ahora, mientras Juanita alistaba apresuradamente para la noche y con la desilusión de que la mayoría de su familia no los acompañaría, descubrió que, para colmo de males, su hijo se había ensuciado en el pantalón. 9

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Ahora tendría que darle una ducha antes de salir, lo cual retrasaría más los planes. Rápidamente llevó a Gabriel al baño para asearlo y darle una ducha de nuevo. Juanita siempre le quitaba los dispositivos externos a Gabriel antes de desvestirlo, porque no eran resistentes al agua y fácilmente se dañaban al mojarse. Además, como eran aparatos muy costosos, siempre tenía mucho cuidado al manejarlos. Pero esta vez, a causa del apuro, y quizá porque habían sido afectados los ánimos, se le olvidó quitarlos antes de desvestir a su hijo. Al quitarle la camisa a Gabriel, de alguna forma los dispositivos se desprendieron y volaron uno por un lado, el otro por otro lado. ¡Ay no!, pensó. ¿Cómo se me olvidó algo tan importante? Rápidamente trató de apañarlos, pero logró agarrar sólo uno. ¡Y por gran desgracia, el otro cayó dentro del inodoro! En ese preciso momento, Gabriel, por alguna razón inexplicable, extendió la mano y vació el inodoro. Horrorizada, la madre vio donde el dispositivo desaparecía. ¡Ay no, qué terrible… miles de dólares han desaparecido en un instante! pensó. ¿Qué vamos a hacer? Oh, Señor, ¿qué hice? Pero… imposible… ¿Cómo puede ser? Señor, ¿por qué permitiste que esto nos sucediera? Los pensamientos de Juanita estaban en un ajetreo completo. ¡No, no, imposible! ¿Cómo pude haber sido tan descuidada? Juanita contuvo las lágrimas y procedió a duchar a su hijo. Después de asear a Gabriel y vestirlo de nuevo, Juanita contempló la terrible situación que tenía por delante. Para comenzar, tendría que contarle a su marido lo que había sucedido… que acababa de perder el dispositivo en el inodoro. Estaba preocupada de que Carlos se enojaría. Pero, para su gran asombro, Carlos recibió la noticia con sorprendente calma y sin reaccionar. Esto fue una sorpresa y gran bendición para ella. Juanita sabía que si hubiera podido recuperar el dispositivo, aunque fuera defectuoso, la compañía aseguradora habría provisto uno nuevo contra la entrega del defectuoso. Pero éste había desaparecido en el 10

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inodoro. ¿Qué vamos a hacer ahora? pensó Juanita. Esto es un verdadero desastre. Sentía que el alma se le caía a los pies. Cuánto había esperado que ese día fuera especial, y ahora parecía que todo se encontraba en ruinas. Un gran pesar como una nube oscura se cernía sobre ella. En medio de todo el desorden, decidieron quedarse y comer en casa en lugar de comer en un restaurante. Luego saldrían para andar un rato en el automóvil por la ciudad. Para toda la familia, esto fue una gran decepción. Sobre todo, Juanita sintió un gran pesar. Le parecía que, por el descuido de ella, su hijo había perdido el vínculo que tenía con el mundo a su alrededor. A pesar de todo, los niños disfrutaron el paseo que hicieron. Ellos no sentían la turbulencia que estaban viviendo los padres. Cuando volvieron a la casa esa noche, Juanita no podía pensar en otra cosa que en el dispositivo que ya se encontraba en las aguas negras del tanque séptico. Después de acostar a los niños, Juanita también se acostó, pero no pudo conciliar el sueño. Sólo daba vueltas en la cama mientras repasaba en la mente hora tras hora, el desafortunado acontecimiento de la tarde. Pensaba en que ahora su hijo volvería a quedar sordo como antes. Señor, ¿qué podemos hacer? No tenemos el dispositivo dañado para poder cambiarlo por medio de la compañía aseguradora. No tenemos el dinero para comprar otro, pensaba mientras daba vueltas en la cama. Finalmente ella oró: “Señor, te entrego todo esto que está atormentándome la mente. Yo no sé qué hacer, pero te lo entrego. Tú conoces la situación en la que nos encontramos. Tú sabes lo costoso que es reponer el dispositivo, y que nosotros no tenemos el dinero. Así que, te lo entrego todo, Señor… haz lo que tú consideres mejor”. No fue hasta como las tres de la mañana cuando al fin la madre cayó en un sueño perturbador. Mientras dormía de esa forma inquieta, tuvo un sueño. En el sueño vio que el dispositivo que traía un imán interno, estaba pegado a la pared exterior del motor de la bomba amoladora en el tanque séptico. Era una bomba que se encargaba de moler los desechos y luego enviar las aguas negras al sistema de alcantarillado de la ciudad. En el sueño, llamó a la compañía de alcantarillados de la ciudad y les pidió 11

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que fueran a destapar el tanque séptico para recuperar el dispositivo. A la mañana siguiente, le contó su sueño a su esposo. Él se rio y dijo: —Ahora vas con eso. Por favor, no me digas que vas a creer un sueño. No, por favor. Eso es ridículo. Ni se te ocurra eso. Pero Juanita no se desalentó por la falta de apoyo del marido. Ella sentía que este sueño provenía de Dios. Así que, antes de que perdiera el ánimo, marcó el número telefónico de la compañía de alcantarillados. La mujer que atendió la llamada trató a Juanita con cortesía, pero obviamente no creyó lo que le dijo. Le respondió que a esas alturas sería imposible hallar algo tan pequeño en el tanque. Pero al fin accedió a enviar a una cuadrilla de trabajadores para investigar el asunto, con tal de complacer a aquella mujer que creía algo tan extraño. Como media hora más tarde, Juanita oyó que llamaron a la puerta. Cuando la abrió, se encontró con dos empleados de la compañía de alcantarillados. Juanita les explicó lo que había sucedido con el dispositivo y que en el sueño lo había visto pegado al motor de la bomba. Les mostró el otro dispositivo para que supieran exactamente cómo era lo que tendrían que buscar. Los hombres miraron a Juanita, incrédulos. Creían que se trataba de una loca que hablaba disparates. Al fin dijeron: —Bueno, señora, disculpe, pero es imposible hallar algo así en un tanque séptico, totalmente imposible. —Pero, señores, por favor —les rogó Juanita—. Si al menos pudieran hacer el intento, les agradecería muchísimo. Dios me mostró en un sueño que el dispositivo está pegado a la bomba, y yo estoy segura de que allí está. Por favor, hagan el intento. Los hombres eran muy reacios a hacer lo que para ellos parecía algo sumamente absurdo. Sin embargo, uno de ellos dijo: —Bueno, señora. Está bien. Lo vamos a hacer para complacerla, pero estoy seguro de que no está. No hay manera de que pueda estar allí. Los hombres prosiguieron a cumplir con la absurda súplica de la 12

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mujer insistente y empezaron a excavar, buscando la tapa del tanque séptico. Luego abrieron la tapa y miraron hacia adentro. Obviamente no había ningún implante flotando por encima de las aguas negras. Luego se volvieron hacia Juanita con una mirada desafiante que decía: “Ve lo que le dijimos. El aparato no está aquí”. —En verdad necesito que me saquen la bomba y que revisen si está pegado allí —insistió Juanita—. Estaría pegado al costado exterior del motor. Allí fue donde lo vi en el sueño. De mala gana, los hombres procedieron a sacar la bomba del lodo asqueroso. Juanita volvió a la casa y oró de nuevo: “Señor, por favor, que sea así como tú me mostraste. Yo sé que no hay nada difícil para ti, y sé que puedes hacer que esté allí. No tengo ninguna duda de que tú puedas hacerlo, si quieres. Confío en que tú me has mostrado qué hacer a través del sueño”. El corazón de Juanita clamaba a Dios con angustia, pero con toda sinceridad. “Padre, tú puedes mostrarnos a nosotros y a esos dos hombres en realidad quién eres. Si quieres, el dispositivo va a estar pegado a la bomba”. De repente, sonó el timbre de la puerta. Juanita fue a la puerta y cuando la abrió, vio a los dos hombres parados allí. —Mire, señora, eh …, no sabemos cómo decirlo, pero, eh…, aquí está el dispositivo. Estaba pegado al motor. No podemos explicarlo, pero allí lo hallamos. Juanita tomó el dispositivo sucio y cayó de rodillas. —¡Oh, gracias, Padre celestial! Te alabo; te adoro. ¡Muchas gracias, muchísimas gracias! ¡Gracias infinitas a ti, mi Padre! Los dos hombres, atónitos y completamente mudos de asombro, se quedaron mirando a Juanita. Nunca habían presenciado cosa semejante. ¿Estaría loca esta mujer? Después de un rato, procedieron a explicar a Juanita que habían hallado el dispositivo pegado a la parte metálica de la bomba. Se encontraba a sólo cinco centímetros de la boquilla de la bomba donde todo es succionado y molido para ser enviado a la tubería del alcantarillado. 13

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—¡Esto es verdaderamente increíble! — exclamó el mayor de los dos—. En mi vida he visto cosa semejante. Si alguien me lo hubiera contado, no lo habría creído. —Luego miró a Juanita a los ojos—. Señora, no sé qué decir, pero debe ser que usted sirve a un Dios que la ama mucho y se preocupa por usted. —Es correcto —respondió ella—. Ese Dios es mi Papá. Él me ama mucho, se preocupa por mí, y nunca me falla. No hay nada difícil para él. Él siempre hace lo bueno, lo mejor en todos los casos. Él es bueno; en verdad, es bueno. Los hombres procedieron a cubrir el tanque séptico y luego salieron. Ahora, Juanita no sabía qué hacer. Ya tenía el dispositivo en la mano, pero el aparato había pasado toda la noche sumergido en unos dos metros de aguas negras. Este dispositivo no es resistente al agua y ahora tiene que estar dañado, pensó ella. Sin embargo, voy a limpiarlo y secarlo por si acaso pudiera servir. Tal vez… ¿Será posible que Dios haya preservado este dispositivo que cuesta tanto dinero? Juanita lo lavó bien y después lo desinfectó en cloro por varias horas. Finalmente, enjugó el aparato y lo colocó en una caja de secado para 14

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secarlo aun más. Cuando creía que ya estuviera suficientemente seco, lo sacó y lo conectó a un aparato probador que verificaba la función auditiva del implante. ¿Pudiera el dispositivo funcionar aun después de haber pasado tanto tiempo sumergido en el agua? Para sorpresa suya, el dispositivo funcionó, según el probador. Juanita estaba asombrada. ¡Qué milagro! ¡Nada menos que un gran milagro! ¡El aparato funciona! Primero, fue un gran milagro haber hallado el dispositivo en aquellas aguas negras. Y ahora, otro milagro de que aun funcionara. Juanita no quiso ponerle el dispositivo a Gabriel de una vez. Decidió llevarlo primero a la clínica de audición para que lo revisaran bien y se aseguraran de que todo funcionaba debidamente. Así que, lo llevó a la clínica y le explicó al personal que el dispositivo había sufrido un accidente. Por vergüenza no contó lo sucedido. Probaron el implante en el laboratorio de la clínica. Luego le dijeron a Juanita: —Todo está funcionando al cien por ciento. No hay ningún problema; el dispositivo no sufrió ningún daño. Está en perfectas condiciones. “Gracias, Padre celestial”, oró Juanita. “Otra prueba de tu gran amor por mí. No lo merezco, pero te agradezco mucho, Padre mío”. Todavía le era difícil creer lo que había sucedido. Dios, por alguna razón, no permitió que el dispositivo entrara en la bomba para ser molido y enviado a la planta de tratamiento de aguas negras. Luego, hizo que se pegara a la bomba y le mostró en un sueño a Juanita que allí estaba. Y ahora, para colmarlo todo, no había sufrido daño alguno. De verdad, es demasiado maravilloso para mí. Es increíble… realmente sobremanera maravilloso. A la mañana siguiente, Juanita llamó a una hermana de la iglesia y le contó lo maravilloso que era Dios para con ella. Le contó toda la historia y luego dijo: —Hermana, no merezco lo que Dios ha hecho por mí. No soy nadie especial. Pero alabo a Dios y le agradezco tanto por lo que hizo… es algo tan maravilloso. No puedo explicar lo que siento en mi corazón. Siento que Dios es mi Papá. Me cuida, se preocupa, y hace tanto por mí. No 15

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puedo dejar de agradecerle. Sólo quería contar lo acontecido a alguien para que se regocije conmigo. Yo lo quiero servir fielmente, lo quiero seguir de todo corazón siempre. Que Dios reciba toda la honra y toda la gloria. Escrito por: Duane Nisly Contado por Juanita Marzo de 2018

(Los nombres han sido cambiados por razones de privacidad.) 1 hps://es.wikipedia.org/wiki/Implante_coclear

Nota de la redacción: Muchos hoy día interpretan a la ligera cualquier sueño como enviado de Dios o una revelación de Dios. No todos los sueños son mensajes de Dios, así que, es importante tener cuidado en la confianza que ponemos en un sueño. Siempre tiene que concordar con la Palabra de Dios si de verdad es de él.

Respuestas: Actividad para niños 1) adinerado 2) empleado 3) entremetido 4) contrataría 5) habitación 6) prueba 7) tazón 8) tapa

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9) mesa 10) quitó 11) plumitas 12) marcharte 13) sirve 14) empleado 15) muchacho 16) esperara

17) falló 18) creer 19) honrado 20) cumplidor 21) sentado 22) confianza 23) entremetido 24) ajeno

Palabras del anciano Sanford Yoder

EL ENEMIGO NÚMERO UNO Mateo 26:36-56

como va avanzando el tiempo, noto que la vista se me ha deteriorado drásticamente. Por cierto, es una dificultad que yo no había anticipado. El deterioro de la vista me ha causado muchas inconveniencias y limitaciones. Ya no puedo conducir el vehículo como lo había hecho toda la vida. Me cuesta mucho la lectura, algo que me ha gustado siempre. Antes me encantaba ver las bellas aves tropicales que tenemos en Costa Rica, pero ya me cuesta apreciar su belleza por la falta de la vista. Muchas cosas se han visto afectadas por el deterioro de la vista. Se podría ver ese mal como cierto tipo de enemigo. Pero he encontrado a un enemigo mucho más peligroso que me acecha la vida. Como cristiano tengo que tratar con él. Ese enemigo es el “yo”, y tengo que tratar severamente con él. Ese enemigo del “yo” es el egoísmo que busca todo para sí mismo. Jesús nos dice: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame” (Marcos 8:34). Lo maravilloso de estas palabras de Jesús es que no solamente las expresó, sino las vivió en su vida. Ni siquiera para él era fácil vivirlas, como vemos cuando dijo: “Mi alma está muy triste, hasta la muerte” (Mateo 26:38). Luego en su oración a su Padre él dijo: “Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú” (Mateo 26:39). Según parece, Jesús luchó con lo que su carne humana deseaba. Sin embargo, él entregó el “yo” a su Padre. Ahora, no pide nada de nosotros que él mismo no estaba dispuesto a hacer. Por eso sus palabras resuenan de autoridad. Como el enemigo probó al Hijo de Dios, así también nos prueba a nosotros. Pero, gracias a Dios, podemos vencer por medio del que nos amó y se entregó por nosotros.

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HISTORIA

EL DÍA DE PE Dios envía el

os discípulos de Jesús claramente lo habían visto desaparecer en una nube cuando ascendió al cielo. Ellos estaban gozosos por las promesas que Jesús les había dado. “Regresen a Jerusalén para que reciban el Espíritu Santo”, les había dicho. “Él les dará poder para ser mis testigos”. Esto era algo nuevo para los discípulos. ¿Cómo podrían ellos recibir poder? ¿Quién era el Espíritu Santo? Pero aunque ellos no entendían eso, siempre obedecieron las órdenes de Jesús. En Jerusalén, 120 creyentes se reunieron en una casa. Allí estuvieron diez días, orando y adorando en una hermosa unión de corazón. Ansiosos, ellos esperaron la venida del Espíritu Santo que Jesús les había prometido. Llegó el día de Pentecostés, cuando de repente oyeron un sonido como de un fuerte viento. Vieron lenguas de fuego que bajaban sobre cada uno de ellos. En ese instante, fueron llenos del Espíritu Santo, así como Jesús lo había dicho. A través del Espíritu, recibieron un poder especial. ¿Qué era ese poder especial? Muy pronto Dios lo mostró poderosamente a través de los creyentes. Antes ellos eran débiles y llenos de temor. Pero ahora no podían contenerse de hablar de su Señor. En el templo se encontraron con grandes multitudes de gente que habían venido de más de 18 ciudades y países a la fiesta de la Pascua. La gente escuchaba con atención a los discípulos. Estaban asombrados porque cada uno les oía hablar en su propia lengua. ¡Qué milagro! ¡Los discípulos hablaban en lenguas que nunca antes habían aprendido! Muchos alababan a Dios por su gran poder. Ese día Pedro mostró cuánto lo había cambiado el Espíritu Santo. Sólo hacía unas pocas semanas él había negado a Jesús, pero ahora era un predicador valiente, y ya no tenía temor. Su mensaje de la gracia salvadora de Jesús era tan profundo y poderoso que 3.000 personas se arrepintieron y creyeron ese día. Así fue como la iglesia cristiana nació por el poder del Espíritu Santo.

L

Hechos 1:8-14; 2:1-42 18

BÍBLICA

ENTECOSTÉS

Espíritu Santo

Dios envía el Espíritu Santo sobre los discípulos.

“Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne...” (Joel 2:28). 1. ¿Qué sucedió el día de Pentecostés? 2. ¿Cuántas personas creyeron después de la predicación de Pedro? 3. ¿Ayuda el Espíritu Santo a la gente hoy día? Usado con permiso de: Christian Aid Ministries, Berlin, Ohio Del libro: Historias favoritas de la Biblia © 1994

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Ser madre, una oportunidad de oro l ver a las madres que tienen una fila de niños pequeños, me pregunto si reconocen sus grandes oportunidades. Pregunto a las madres: ¿Considera usted que criar a hijos es una oportunidad de oro? ¿O lo considera como noches sin descanso, pañales sucios, una casa desordenada, niños llorones, y un cuerpo cansado y dolorido? El llamamiento más alto que puede tener la mujer es la preciosa oportunidad de desarrollar a sus hijos. Madre, los niños que Dios le ha encomendado son tan inocentes, tan listos para aprender, y tan flexibles. Usted debe preocuparse por moldearlos bien cuando están pequeños. Es tanto más fácil corregir un problema cuando aun están en una edad tierna. Nosotros tuvimos siete hijos en diez años, incluidos los gemelos. Ahora todos han salido de nuestro hogar. Ojalá hubiera sacado más tiempo con ellos cuando se criaban. Trataba de darles el primer lugar, pero reconozco que fallé muchas veces. Como madre habrá días difíciles. Por lo menos yo los tuve. Pero Dios es nuestra ayuda constante. Usted necesita constantemente de la gracia de Dios. En mi caso había días en los que sentía sólo deseos de llorar. A veces es bueno llorar para desahogarnos. Yo lo hacía a veces. Me sentía mejor después de llorar y pedir ayuda a Dios. Él me daba fortaleza y paciencia para seguir adelante.

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Como madre, usted tiene tantas cosas que aprender, pero gracias a Dios, él conoce todas sus necesidades y siempre es fiel en ayudarle. Entre más tranquila esté la madre, tanto más tranquilos estarán los niños. Aun el bebé pequeño pronto siente si usted está tensa y ansiosa, o si mantiene la calma. Los niños perciben lo que es más importante para usted: su trabajo o ellos. Tendrá gran recompensa si les da más importancia a los hijos que al trabajo. Usted puede estar más tranquila en sus quehaceres si primero ve por las necesidades de los niños. Yo me di cuenta de que podía evitar mucha frustración durante el día si no me fijaba metas demasiado altas. Durante todo el día hacía primero las cosas más importantes. Unos días podía hacer mucho más de lo que esperaba. Otros días no logré hacer casi nada. Pero no me sentía tan mal si no me había fijado metas demasiado altas. Pude enfrentar mejor las muchas interrupciones. Pude pasar el tiempo mucho más tranquila. Querida madre cansada, recuerde: el tiempo que tiene para estar con sus hijos es corto. Pronto se van para siempre. ¡El trabajo y la suciedad nunca terminan! Pero dentro de veinte años sus niños no se acordarán del trabajo que usted no pudo terminar. Recordarán los ratos felices que usted sacó para ellos. El trabajo de la madre es de tiempo completo. Ninguna madre puede trabajar fuera de la casa y tener tranquilidad en los quehaceres en la casa. He oído a algunas madres, que trabajan fuera de la casa, decir: “Salgo a trabajar después que los niños salen para la escuela, y vuelvo a casa antes que ellos”. Si usted hace esto, le pregunto: Con todos los quehaceres que le esperan al llegar a la casa, ¿tiene tiempo para estar con los niños cuando llegan a casa? ¿Tiene tiempo para escucharles y compartir sus gozos o tristezas? ¿Tiene tiempo para conocer sus dificultades y saber lo que les ha pasado durante el día? Generalmente, usted llega cansada en el espíritu, mente, y cuerpo. Dificilmente, tendrá la energía necesaria para proveer a la familia de un hogar feliz y tranquilo. Madre, usted debe preocuparse por alabar a sus hijos por sus esfuerzos. Debe hacerlo aun si no siempre tienen éxito. Mi experiencia me ha enseñado que la mejor manera de expresar mis críticas es por la alabanza honrada. Aunque han hecho algo malo, la disciplina traerá más resultado si también puede alabarlos por alguna cosa bien hecha. Anímelos, téngales confianza, aunque no parezca dar resultado. Por lo general responden mejor cuando los animamos que cuando los criticamos. Los niños se vuelven rebeldes y duros si reciben muchas críticas y no reciben suficiente amor y comprensión. Si les es difícil obedecer, me he dado cuenta de que 21

hay más resultados si clamo a Dios pidiendo su ayuda, pidiendo que el Espíritu Santo también les hable en lugar de hacerlo yo sola. Los niños también tienen luchas. Tal vez no le parecen de mucha importancia, pero para ellos son tan reales como las suyas. Ellos necesitan de su tiempo y preocupación. Es importante establecer una buena relación con sus hijos durante sus años tiernos. Así, cuando llegan a la edad crítica de la adolescencia, sabrán que su mamá los atenderá cuando lo necesiten. Madre, es imperativo que tenga tiempo para sus hijos cuando llegan a la adolescencia. Es una etapa en la vida del joven que exige mucha oración, y mucho amor, tiempo, y sabiduría. Sólo Dios puede dar la capacidad de dirigirlos con confianza. Le voy a dar un consejo personal en cuanto a la oración. Yo antes acostumbraba orar por mis hijos en grupo, es decir por todos en conjunto. Pero aprendí a orar por cada uno por nombre. Ahora oro diariamente por las necesidades específicas de cada uno individualmente. Recomiendo hacerlo así desde que están pequeños. A nuestros hijos, ya adultos, todavía les gusta volver a casa y hablar de los acontecimientos en su vida. Comparten sus alegrías y tristezas. Esos ratos son de gran bendición para nosotros y para ellos. Los niños pequeños no entienden el por qué de ciertas restricciones. Aun así es importante que entiendan esto: “Si hago lo prohibido, habrá consecuencias desagradables”. Pero al desarrollar la mente, ellos quieren saber el por qué de las cosas. Es importante que aprendan por qué se hace esto y por qué no se hace lo otro. Debe poder darles una razón bíblica. Por favor, no les diga solamente: “Porque yo se lo mandé” o “porque la iglesia no lo permite”. Esto puede ser suficiente razón, pero los jóvenes necesitan razones que dan el verdadero por qué. Si usted no sabe por qué, ¡quizás es hora de que usted se dé cuenta! La sumisión que usted muestra a su esposo hace mucho para enseñar a sus hijos la sumisión a sus padres, a la iglesia, a la ley civil, y a Dios. Si usted se burla de su esposo, los niños pronto creerán que su papá no tiene la razón. Tantas veces he visto que cuando los hijos pierden el respeto para su padre también pierden el respeto para la madre, para la iglesia, y aun para Dios. Si usted no respeta a su esposo, ni confía en él, los hijos generalmente harán lo mismo. Es importante enseñarles a los hijos con su ejemplo que su padre es su autoridad dada por Dios. Su palabra tiene autoridad. Si usted no hace lo que él le pide, ¿qué puede esperar de los hijos? Oh, madre, ¿reconoce usted que su ejemplo o edifica o destruye el fundamento de la vida de sus hijos? A veces mis hijos me decían: “Pero usted sólo hace lo que Papá dice”. Eso es precisamente lo quería oír. Madre, nunca debe hacer nada, a sabiendas, que su esposo no aprueba. ¿Quiere 22

usted que sus hijos hagan cosas a escondidas? Usted debe honrar y respetar a su esposo, así como quiere que sus hijos la respeten a usted. Usted es su ejemplo vivo. El trabajo de la madre es una responsabilidad muy grande, pero tiene muchas recompensas. Así que, madre, tenga ánimo. Dios le ayudará. Claro que su esposo tiene las mayores responsabilidades, pero usted es su ayudante. Busque el rostro de Dios, pida su dirección para ayudarles a sus hijos a ser triunfantes. Es su oportunidad de oro: ¡Ser madre de sus hijos! —Por una abuela Tomado de: Calvary Messenger

¿Y SI MIS HIJOS RECHAZAN LA FE?

Algunos hijos de padres cristianos rechazan la fe y las enseñanzas de sus padres. En estos casos, los padres tienen la tendencia a amargarse y desanimarse. Muchos aun dejan de orar por ellos. Pero si esos hijos alguna vez hubieran necesitado de las oraciones de sus padres, sería precisamente en tal momento. Si los padres quieren ganar a esos hijos para el Señor, tiene que ser mediante la oración. Pueda ser que rechacen lo que les han enseñado. Pueda ser que nunca abran la Biblia. Pueda ser que cierren los oídos a los mensajes del Evangelio. Pero les será imposible evitar los efectos de la mano de Dios en respuesta a la oración. La oración es un arma que produce efectos. Si los padres dejan de orar por sus hijos, están pecando contra la gracia y la misericordia de Dios. Algunos padres han dicho: “¡Yo me doy por vencido con mis hijos!” Pero Dios no se ha dado por vencido. Recuerde, padre: Dios no se dio por vencido con usted en su juventud ni en las veces en que usted fue rebelde contra su voluntad. Usted ha estado orando en el pasado, y Dios está obrando en la vida de sus hijos hoy. ¡Pudiera ser que sus hijos estén más cerca del arrepentimiento de lo que usted se imagina! Cobren ánimo, Mamá y Papá. Sigan orando. Si ustedes no oran por sus hijos, ¿quién lo hará? Pueda ser que en todo el mundo no haya otra persona que ore por ellos si ustedes no lo hacen. Tengan ánimo. Sean fieles en la oración. “Así que, lejos sea de mí que peque yo contra Jehová cesando de rogar por vosotros” (1 Samuel 12:23). —Tomado de: The Herald of His Coming

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La naturaleza de la semilla “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará” (Gálatas 6:7). e estado contemplando algo interesante. Los que venden semillas son bien sabios en que presentan sus productos por medio de bellas fotografías de lindas flores y deliciosas frutas. Nadie se interesaría por comprar las semillas por ver fotografías de las pequeñas semillas todas arrugadas y feas. El cliente está dispuesto a desembolsar su dinero al ver las evidencias de los resultados de esas semillas y pensar en la cosecha que producirán. Esta idea tendría valor en otras áreas de la vida. Por ejemplo, sería prudente mostrar la cosecha que dan las semillas de la avaricia. En el mundo de hoy, la avaricia es alimentada por todos lados por la propaganda de: “Compre ahora; pague más tarde”, “Crédito instantáneo”, “Compre en 12 pagos fáciles”, “Compre sin prima y sin fiador” y mucho más. Las tarjetas de crédito han ayudado a muchos a alimentar su avaricia increíblemente. Pero, ¿cuál es la cosecha de todo eso? ¿Por qué no muestran también las imágenes de un hombre estresado viendo su estado de cuentas y todo lo que debe? Pudiéramos añadir la escena del pleito que tuvo con su esposa relacionado con las deudas acumuladas. ¿Por qué no muestran los casos de bancarrota, o reposesión de propiedades? Debieran mostrar igualmente el fruto de esas semillas de “dinero fácil” y no solamente la semilla. Satanás también tiene sus semillas a la venta, pero él trata de embellecer la semilla y esconder la cosecha. No muestra la indignidad y el odio que resultan de vivir una vida de orgullo. No muestra la culpa, la soledad, la inseguridad que resultan de la infidelidad en el matrimonio. No muestra la mente deteriorada y el cuerpo arruinado como resultado de consumir drogas. Por otra parte, las semillas de la piedad se siembran con la anticipación de lo que será la cosecha. Qué gran diferencia. El que siembra semillas para el reino de Dios, cosechará una cosecha espiritual. “Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz” (Santiago 3:18). Es un hecho que habrá una cosecha. Ésta es la naturaleza de las semillas. Lo que se cosecha dependerá de la semilla que sembramos.

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—Gary Miller

Beside the Still Waters

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Puré ^_ Puré yu][ Ingredientes: 1 2 4

kg de yuca huevos cucharadas de mantequilla 1 cucharada de manteca Sal y pimienta al gusto

Preparacio´n: Cocine la yuca, agregándole sal a su gusto, escúrrala y májela mientras esté caliente. Bata los huevos y agréguelos a la yuca junto con los demás ingredientes. Mézclelo bien, échelo en un molde engrasado y hornee a 175ºC hasta que dore. Marlene de Vargas De: El rinconcito de la cocinera menonita

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EL CAMINO QUE ELLA ESCOGIÓ Una promesa de por vida Capítulo 4c

abía pasado más de un mes desde que Sara había platicado en privado con sus padres. Era una mañana caluroso de agosto. En cuanto despertó, Sara oyó el trinar de las aves. Era domingo, y todo lucía radiante y pacífico. Las hermanas de Sara todavía dormían. Sin hacer ruido, ella se levantó de la cama y se puso de rodillas. Oyó a sus padres en la cocina. Laura dio vueltas en la cama. Rut parloteaba en el cuarto de enfrente. ¿Qué estarán haciendo tan temprano? se preguntó Sara. En un intento de distraer su mente de los ruidos a su alrededor, Sara

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repitió varios versículos conocidos de la Biblia. Luego trató de orar una vez más. Sin embargo, no se podía concentrar en la oración, ni aun en el hecho de que era domingo, su día favorito de la semana. Sólo le llegaba a la mente de que ese día era su cumpleaños: estaba cumpliendo dieciocho años. ¿Podrían ceder sus padres y dejarla salir con un novio? La mayoría de las jovencitas de la iglesia salían con un novio aun antes de cumplir los dieciocho años. ¿Por qué sus padres querían hacerle esperar hasta que tuviera los dieciocho años y medio para salir? Jacob no le había pedido otra cita desde aquel encuentro en el porche de su casa. Pero Sara estaba segura de que en cualquier momento lo volvería a hacer… ¡tal vez muy pronto! Su interés en ella era evidente. No mostraba un interés especial por otras muchachas. Los jóvenes se habían reunido varias veces desde aquel domingo de junio en la casa de la familia Bender, y él siempre procuraba hablar con Sara y mostrarle un interés especial. Tal vez me pida otra vez ahora que tengo los dieciocho, pensó Sara. Estoy segura de que él sabe en cuál día cumplo años. Si me pide, aceptaré, decidió. Papá y Mamá no dijeron definitivamente que no puedo tener un novio ahora, razonó dentro de sí, tratando de justificar su decisión de aceptar su amistad. Con todo, Sara sabía que sus padres no le aprobarían una amistad especial con Jacob aun si ella tuviera los dieciocho años y medio. A propósito, escogió pasar por alto el mandato de sus padres. Un profundo suspiro salió de la joven arrodillada junto a la cama. Sabía en el corazón que se estaba rebelando y no tenía paz debido a su decisión. Pero Sara escogió no hacer caso a los ruegos de su conciencia y, a cambio, disfrutar la atención especial que Jacob le daba. Laura se dio vuelta en la cama otra vez. Sara sabía que sus hermanas pronto se levantarían. Una vez más trató de orar. “Padre en los cielos”, clamó con un corazón dividido, “ayúdame este día a concentrarme en ti y en tu Palabra. Ayúdame a hacer tu voluntad. No permitas que otras cosas estropeen lo bueno y los pensamientos puros”. Sara deseaba 27

fervientemente el favor de Dios en su vida, tan fervientemente como también deseaba a Jacob Bender. ¿Cuál deseo era más fuerte? Quizás ni ella misma lo sabía. ¿Por qué no puedo disfrutar ambos? razonó obstinadamente; no estaba dispuesta a renunciar la amistad de Jacob. El reloj marcó las seis y media. Sara se sorprendió. ¿He estado de rodillas media hora? En realidad, no he pasado mucho tiempo en oración. Estaba avergonzada, pero puso a un lado el sentimiento de culpa. Para entonces, sus hermanas se estaban vistiendo e iban de un lado al otro del dormitorio. “Oh, Dios”. Trató otra vez. “Te doy las gracias por tus bendiciones. Padre, muéstranos tu voluntad para nuestras vidas. Te pido especialmente que hoy me hables por medio del mensaje del pastor. Y por favor, guíanos a Jacob y a mí juntos si no es en contra de tu voluntad”. Sara se detuvo y respiró profundamente. ¿Era correcto pedir eso? ¿Debía pedir sólo la voluntad de Dios? Sé que estaría feliz con Jacob, y también podría ser una buena ayuda para él. Jacob parece muy sincero. Sólo que no ha tenido una oportunidad justa en la vida. De nuevo los pensamientos angustiosos le llenaron la mente mientras todas las enseñanzas del pasado le inundaban la conciencia. ¿Será que en realidad es sincero? Ya es adulto. Si realmente desea hacer la voluntad de Dios, ¿por qué no puede comprometerse a la iglesia, aunque sus padres no lo hagan? Sara dudaba seriamente de que su oración hubiera llegado a Dios. ¿Era sincera ella misma y vivía tan cerca del Señor como debía? De algún modo, no se sentía tan cerca del Señor como lo había estado antes. Sus pensamientos agitados daban vueltas y vueltas en su mente. Recordaba ocasiones cuando tanto había querido algo, algo que sus padres le hubieran prohibido. Conocía los resultados tanto cuando persistía como cuando se sometía. Quería someterse a Dios y sentir esa profunda seguridad de que él guiaba su vida. Por otra parte, si eso significaba renunciar a Jacob... Cuán vívidamente Sara recordó el día en que había engañado a su 28

padre con la idea de obtener el permiso para ir a visitar a María Miller. Sí, más tarde lo lamentó. ¿Por qué me viene eso a la mente ahora? No estaba tratando de engañar a nadie, pero tenía que hacer que sus padres entendieran cuánto significaba Jacob para ella. ¡Seguramente lo aceptarán cuando vean que todo camina bien! Sin embargo, Sara no dejaba de estar confundida y afligida. Se puso de pie muy deprimida, se vistió, y se peinó. Pronto Sara se juntó con sus hermanas y su madre en la cocina. —¡Feliz cumpleaños! —la saludaron con cariño. Sara se sentía tan apesadumbrada que no podía estar feliz, así que respondió sin entusiasmo: —Gracias. Su madre lo notó y se preocupó. Últimamente había observado otras cosas. Sara no era la muchacha sincera y alegre que siempre había sido. Cada vez le resultaba más difícil platicar libre y sinceramente con sus padres. La madre la observó con tristeza, y decidió buscar pronto una oportunidad para conversar seriamente con su hija mayor. Era obvio que algo la inquietaba. Durante todo el culto de la mañana, la lucha feroz continuó en el corazón de la joven. Su deseo de hacer la voluntad de Dios y adorarlo sinceramente competía con su deseo de relajarse y agradar a la carne y sus deseos egoístas. A veces Sara ni sabía cuál tenía la prioridad en su corazón. ¡Cuánto deseaba ambas cosas! ¿Por qué no puedo hablar con mis padres? se preguntó, mientras el hermano Mast seguía predicando. Ellos a menudo le habían hablado acerca de su amistad con los jóvenes, especialmente desde que les había contado de su interés en Jacob. Había recibido de ellos ánimo y muchos buenos consejos. Pero cada vez más, Sara sentía que cedía a la tentación de creer que sus padres no trataban de comprenderla, y que trataban de hacerle la vida imposible. Es culpa de ellos si me he apartado, razonó con rebeldía.

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—¿Quién recuerda qué leyeron para la meditación de esta mañana? —preguntó el padre mientras almorzaban. —Romanos 5 —respondió Santiago rápidamente. —¿Y el texto del sermón? —Hebreos 11. El capítulo de la fe —le contestó Laura inmediatamente. Únicamente Sara permanecía callada mientras el padre hacía más preguntas acerca del culto de la mañana. Trató de pensar en lo dicho esa mañana, pero no recordaba nada. Con la cabeza agachada, tenía cierta vergüenza. Me perdí de mucho, concluyó mientras el resto de la familia compartía de las verdades que habían recibido a través del mensaje. Algo sí recordaba vívidamente. Varias veces durante el culto, Jacob y ella se encontraron mirando el uno al otro. Y, después del culto, no había salido por la puerta de atrás. No estaba segura por qué. ¿Qué estaría pensando Jacob? Sara seguía perpleja con sus pensamientos confusos. Pasó el resto de la tarde en su dormitorio, leyendo. Ya tengo dieciocho años, dijo para sí resueltamente. Se hacía tarde y Sara se peinaba cuidadosamente antes de salir a la cocina para cenar. Si Jacob pide mi amistad otra vez, lo aceptaré. Podemos probarlo por un tiempo, y luego puedo cambiar de opinión si después decido que no debemos seguir con una amistad especial. ¿Cómo sabré si es lo correcto sin probarlo? Si lo rechazo otra vez, puede que se desanime completamente y hasta se aleje de la iglesia. Habiendo tomado esta decisión tan importante, Sara salió del dormitorio para encontrarse con los demás en la cocina. (continuará en el siguiente número)

—Mary Miller Reimpreso con permiso de: Rod and Staff Publishers, Inc. Crockett, Kentucky, EE.UU. Derechos reservados

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El muchacho no entremetido ace muchos años, un anciano muy adinerado, necesitaba a un empleado. Vivía en una casa muy bonita con árboles en el patio. Pensó que, si hallara al muchacho que le serviría sin ser entremetido, lo contrataría. Algún día le haría heredero de todo cuanto tenía. Puso un anuncio en el periódico: “Se busca empleado”. Anticipadamente, había preparado una prueba para el que respondiera al anuncio. El primer muchacho que respondió se llamaba Carlos. El anciano lo llevó a una habitación. Le pidió quedarse allí hasta que él volviera. Había muchas cosas interesantes en la habitación. Carlos se fijó en un tazón con tapa en la mesa. Comenzó a preguntarse qué contenía. Quitó la tapa. ¡Salió un montón de plumitas! Volaron por todos lados y cayeron en la mesa y el piso. Carlos comenzó a recogerlas. En eso apareció el anciano. Carlos se ruborizó. El anciano le dijo: —Basta ya. Puedes marcharte. No me sirve el empleado entremetido. El día siguiente llamó a la puerta Henry. El anciano le dijo: —Quédate en esta habitación. Dentro de poco volveré. Henry notó unas cerezas rojas y jugosas en la mesa. Echó varias en la boca. Pronto comenzó a balbucear y toser. El anciano entró y supo lo que

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había pasado. Él mismo había sacado la semilla de las cerezas y las había llenado de pimentón picante. El anciano dirigió a Henry a la puerta delantera y le dijo: — Puedes irte a la casa. No tengo trabajo para ti. No me sirve el entremetido. Después de venir un muchacho más y ser despedido por haber activado una alarma al abrir un cajón de la mesa, el anciano se preguntó: “¿Por qué no puedo hallar a ningún muchacho que no sea entremetido?” Comenzó a creer que no hallaría nunca a ningún muchacho honrado y cumplidor. Uno por uno, pasaron tres muchachos más. Jorge abrió la puerta de un ropero. El anciano había atado un extremo de una cuerda a la puerta y el otro extremo a una bolsa de canicas. Jorge se asustó muchísimo por el ruido de las canicas que cayeron a todas partes. Alberto se asustó por una culebra de resorte que salió de una cajita cuando la abrió. Así, por una razón u otra, falló la prueba cada muchacho. El anciano le dijo a cada uno: “No me sirve tener a un empleado entremetido”. El sábado por la mañana, llamó a la puerta el séptimo muchacho. El anciano lo llevó a la habitación de prueba y le dijo que le esperara. Preguntó Harry, que así se llamaba el muchacho: —¿Hay algo con que le puedo ayudar mientras espero? —No, no. Hay unas tareas que sólo yo puedo hacer. —El anciano salió por la puerta y la cerró. Cerca de la puerta de la habitación había una silla. Los otros muchachos la habían visto, pero no les había interesado. Harry vio el trasto con tapa, el plato de cerezas y los otros artículos interesantes. En especial vio la silla y creyó que habría una relación entre la silla y la orden del anciano de esperarlo. Al otro lado de la puerta esperaba el anciano. Esperaba oír algún sonido de la habitación de prueba. El anciano esperó media hora; no oyó ningún ruido. Harry esperó media hora, pero el anciano no llegó. Los dos esperaron otra hora. No había ruido ni dentro ni fuera de la puerta. Harry ya estaba cansado de quedarse sentado, pero dijo para sí: “Me mandó esperarlo, así que, eso haré”. 32

El anciano dijo para sí: “Harry se durmió”. Cuando habían pasado dos horas, el anciano decidió entrar en la habitación para despertar a Harry. Silenciosamente, entreabrió la puerta y miró por dentro. Harry estaba sentado cerca de la puerta en la silla en que había esperado dos horas. Sonrieron el uno al otro. Cada uno notó que el

otro le tenía confianza. El anciano miró por la habitación para asegurarse de que todo estuviera en orden. Después le estrechó la mano a Harry y dijo: —Harry, ¡te contrato! Al fin, he hallado a un muchacho que no es entremetido. Harry trabajó bastantes años para el anciano. Cuando éste se fue al cielo, Harry heredó la casa grande con los árboles muy bonitos en el patio. —De Gospel Stories —Traducido con permiso

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Llena los espacios con palabras de la historia o el versículo para formar un resumen de la historia.

El anciano 1) ________ necesitaba a un 2) _______. Si el muchacho no fuera 3) _________, lo 4) __________. El anciano preparó una 5) ___________ de 6) ________. Carlos vio un 7) __________ con 8) ___________en la 9) ___________. Cuando 10) _________ la tapa, salieron 11) _________. El anciano le dijo: “Puedes 12) _______. No me 13) _________ el 14) __________ entremetido”. A cada 15) __________ el anciano le dijo que le 16) _________. Cada uno 17) ________ la prueba. El anciano comenzó a 18) _________ que no había ningún muchacho 19) __________ y 20) __________. Harry se quedó 21) __________ dos horas. El anciano le tenía 22) ____________ porque no era 23) _____________. Nosotros no debemos padecer por entremeternos en lo 24) ____________. (Las respuestas se encuentran en la página 16)

VERSÍCULO DE MEMORIA

“Así que, ninguno de vosotros padezca . . . por entremeterse en lo ajeno” (1 Pedro 4:15). 34

E

l “no” de Dios no significa rechazo, sólo un

cambio de rumbo.

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