Aprendizaje Experiencial

el primer paso de una experiencia estructurada: elaboración de objetos, rol-playing, resolución de problemas, comunicación no-verbal, juegos, redacción, etc.
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EL ADULTO EN FORMACIÓN INTELIGENCIA El concepto de aprendizaje esta íntimamente vinculado con el de inteligencia, entendiendo a la misma como la habilidad de resolver un problema o crear un producto que es valorado. Gardner, un investigador en Harvard, plantea la existencia de distintos tipos de inteligencia en el ser humano, las cuales tendrán que ser tenidas en cuenta en las propuestas de aprendizaje, para lograr su desarrollo y brindar propuestas que trabajen con cada una de ellas, logrando así una propuesta que tenga en cuenta las características de cada individuo. Cada una de estas inteligencias se desarrollan en todas las personas, pero en diferente medida, según hayan sido estimuladas por el medio familiar, educativo y cultural de cada persona. Las mismas son: La inteligencia lingüística: permite a las personas comunicarse y darle sentido al mundo mediante el lenguaje. La inteligencia lógico-matemática: permite a las personas utilizar y apreciar relaciones abstractas. La inteligencia musical: permite a las personas crear, comunicar y comprender significados del sonido. La inteligencia espacial: hace que las personas puedan percibir información visual o espacial, transformar esta información y representar imágenes visuales. La inteligencia cinestésica o corporal: permite a las personas a utilizar todo su cuerpo o partes para crear producciones o resolver problemas. La inteligencia intrapersonal: ayuda a que las personas puedan distinguir sus propios sentimientos, construir una buena auto-imagen y que esto les ayude a tomar decisiones. La inteligencia interpersonal: permite a las personas a reconocer y poder distinguir sentimientos e intenciones de otros. La inteligencia naturalista: permite a las personas distinguir, clasificar y usar elementos del medio ambiente.

MOTIVACIONES Y NECESIDADES Un adulto no actúa jamás sin un motivo, consciente o inconsciente. Ninguno de sus comportamientos es gratuito. Su presencia en un proceso de capacitación, si es deliberada, significa algo importante para él, a veces no explicitable, ni demasiado consciente. Cada uno llega con al menos un problema a resolver, y este problema no siempre puede reducirse a "aprender algo". El contenido de los cursos, la disciplina estudiada son, muchas veces, sólo un medio (entre otros) que lo ayudarán a resolver un problema personal, a satisfacer una "necesidad" tal como: - Mejorar su nivel y su condición profesional. - Satisfacer su curiosidad por nuevas técnicas. - Manejarse mejor en su rol actual. - Desarrollar una habilidad.

Existen también motivaciones más difusas, menos conscientes, más difíciles de explicitar, pero no menos importantes, tales como:

- Probarse a sí mismo que puede hacer "otra cosa". - Verificar que "sabía". - "Ubicarse" con respecto a otros. - Comprender mejor el rol que desempeña. - Clarificar sus relaciones interpersonales. - Reflexionar sobre su situación actual. - Encontrar un lugar donde se le preste atención. Por lo tanto, detrás de la expresión de expectativas, se ocultan otras menos conscientes pero no menos importantes, ya que estarán permanentemente presentes y constituirán una reserva de energía....y/o una fuente considerable de bloqueos. Esto hace que el adulto tienda a desvalorizar todo aquello que no logre satisfacer sus propias motivaciones y necesidades. Es decir, aquellas cosas que no le reportan ventajas o beneficios concretos y observables. Es fácil que el adulto confunda formación con educación, con “saber cosas”. El pensamiento estático, según el cual la formación se adquiere de una vez y para siempre, todavía se encuentra arraigado en él. El interés - necesidad - experiencia del adulto hace necesario diseñar programas, contenidos, estrategias y actividades en concordancia con la situación particular del adulto a formar.

REPRESENTACIONES Otra característica esencial del adulto en formación es que casi siempre tiene una experiencia (limitada o no) de los conocimientos (exactos o no) relacionados con los temas sobre los que va a trabajar. Tiene una "imagen" más o menos precisa. Los psicólogos dicen que tiene Representaciones. El adulto tiene también una idea de la relación pedagógica, que no siempre está de acuerdo a la que el instructor quiere suscitar. Tiene una Representación personal de la capacitación que se ha construido con sus propias experiencias (escuela, universidad, servicio militar, auto-instrucción, cursos por correspondencia, lecturas,...etc.). Es así como un adulto, aún cuando sea "su primer curso", tiene ya una idea (verdadera o falsa) de lo que va a ocurrir. Esta Representación de la capacitación puede convertirse en una fuente de malentendidos, e incluso de bloqueos e inhibiciones.

MARCOS DE REFERENCIA Los adultos tienen creencias y deseos, sobre el presente, el pasado y el futuro; esto les permite construir significados y actuar, en función de la cultura en la que están inmersos. Para comprender esta cultura, esta realidad externa, utilizan marcos de referencia.

Los marcos de referencia son: • Modelos internos de percepción de la realidad • Conjunto compatible de ideas, teorías, creencias, sentimientos, valores y supuestos que le dan significado a la propia experiencia • Un proceso para determinar lo que es relevante o no, bueno o malo, conveniente o no.

• Los marcos de referencia proporcionan un medio para construir el mundo, permiten ordenar para comprender, generar esquemas para la acción y no sentir que se está ante experiencias caóticas, donde todo debe reinventar.

Los marcos de referencia determinan...: ..lo que se percibe ..cómo se procesa la información ..lo que se piensa ..las opciones para tomar decisiones ..las creencias y expectativas ..las acciones que se llevarán a cabo Cuando el adulto participa de acciones de formación está expuesto a la necesidad de modificar y/o cuestionar patrones de comprensión y acción, que forman parte de sus propios marcos de referencia.

RESISTENCIA AL CAMBIO La asistencia a un programa de formación supone, inevitablemente, que se operen cambios de todo tipo en el interior de cada persona. En efecto, es habitual asociar el concepto de aprendizaje con el de cambio. El problema se plantea cuando el participante opone una resistencia a esa modificación. De hecho cada persona adulta ya tiene ideas desarrolladas sobre sí misma y sobre el mundo que la rodea, con su propio bagaje de conceptos, opiniones y experiencias (su propio marco de referencia). Para muchos adultos admitir que necesitan aprender algo nuevo los puede enfrentar con tener que admitir que hay algo equivocado en su situación actual. El adulto suele estar sujeto a estereotipos acerca de lo que es acertado y, aunque siempre es posible incorporar nuevos puntos de vista y/o modificar los existentes, éstos a veces soportan rígidas presiones internas y externas de signo contrario. Dicho de otro modo, el aprendizaje es vivido a menudo por el adulto como una amenaza.

APRENDER HACIENDO La posibilidad de aprender a través de la propia actividad, de las propias acciones, es bien acogida por los participantes adultos en cualquier tipo de actividad formativa. Además lo que uno hace o utiliza se “graba” mejor en la memoria, siendo reconocido y recuperado posteriormente con mayor facilidad.

De igual modo, si al experimentar una situación o habilidad nueva, se propicia la posibilidad de actuar exitosamente, esto incrementará propia autoestima, facilitando la transferencia de lo aprendido a la realidad. Una práctica individual o grupal que permita “vivir la experiencia” resulta más apropiado que escuchar y/u observar una demostración hecha por otro. Permitirle al adulto trabajar a su modo, estimulará su curiosidad, le animará a introducirse más hondamente en el aprendizaje y, mejor aún, lo colocará en el camino del aprender a aprender de sí mismo.

LA EXPERIENCIA ESTRUCTURADA El aprendizaje experiencial ocurre cuando una persona se compromete con una actividad, analiza críticamente la actividad realizada, obtiene conclusiones útiles del análisis, y pone los resultados en práctica. Este proceso se da en forma espontánea en cualquier actividad diaria. Se puede considerar a este proceso como inductivo, en tanto parte de la observación y no de una idea a priori. La experiencia estructurada es una metodología que facilita el desarrollo de procesos inductivos de aprendizaje. Las experiencias estructuradas se plantean para implementar un modelo experiencial en el cual el participante descubre por sí mismo el objeto de aprendizaje. Este enfoque experimental del aprendizaje se basa en la premisa de que la experiencia precede al aprendizaje y que el aprendizaje o significación - derivado de la experiencia - proviene del participante mismo. Cualquier experiencia individual es única en sí misma, nadie le puede decir a otro qué es lo que va a aprender o ganar en una actividad. Puede planearse o establecerse un probable aprendizaje, pero éste sólo puede ser válido por el propio participante. El modelo experiencial de aprendizaje es un proceso cíclico formado por cinco subprocesos interconectados:

Experimentar

Aplicar

Generalizar

Intercambiar

Procesar

Éste es generalmente el paso inicial de la experiencia estructurada.

Experimentar

Intercambiar

Procesar

Generalizar

Aplicar

El participante se involucra en una actividad, hace, se desempeña, observa, ve, dice, actúa o se comporta. Cualquier actividad que involucre un logro personal o una interacción puede ser utilizada como el primer paso de una experiencia estructurada: elaboración de objetos, rol-playing, resolución de problemas, comunicación no-verbal, juegos, redacción, etc. Lo que se busca en esta etapa del proceso es generar información que será luego analizada y discutida. Es la base de todo el proceso.

Durante esta etapa del proceso, los participantes rescatan las vivencias cognitivas y afectivas que tuvieron durante la experiencia y las comparten con las demás personas. Se intercambian las reacciones u observaciones con los que tuvieron la misma experiencia u observaron la misma actividad.

Durante esta etapa se examinan sistemáticamente las experiencias compartidas por los participantes. Más allá del intercambio de experiencias (paso anterior) es necesario integrarlas. La dinámica emergente de la actividad es explorada, discutida y evaluada (procesada) con los otros participantes.

Este paso tiende a abstraer principios de la actividad aplicables en la realidad cotidiana. En esta etapa es posible enunciar los contenidos del aprendizaje, ayudando a los participantes a definirlos, clarificarlos y elaborarlos.

El último paso del ciclo es plantear aplicaciones de los principios derivados de la experiencia. El proceso experiencial no se completa hasta que el nuevo conocimiento o descubrimiento es utilizado y testeado en la práctica. Ésta es la parte experimental del proceso. La experiencia es, a su vez, una experiencia en sí misma, y así se reinicia nuevamente el proceso.