Dos detenidos por el triple asesinato

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Información general

Página 26/LA NACION

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Sábado 27 de octubre de 2007

La masacre de policías en La Plata: encontraron manchas de sangre en las ropas de dos sospechosos

Dos detenidos por el triple asesinato Continuación de la Pág. 1, Col. 5

Respuestas a los principales interrogantes

donde vivían Vatalaro y Torres Barbosa. El taxista hizo un dictado de rostro de uno de los maleantes. Algunas fuentes dicen que Colucci habría sido el autor intelectual de la masacre y que, además, habría participado activamente en el hecho. Otros informantes sostuvieron que otros habrían sido los autores intelectuales. Esta línea de la investigación apunta a un proveedor del Estado o a un ex comisario retirado. Colucci, que vive en la esquina de la diagonal 74 y 30, integra la barra brava de Estudiantes de La Plata. No concurrió a su trabajo en toda la semana. El otro aprehendido habría sido identificado como Gustavo Gabriel Mastrovita, que también sería barrabrava y fue hallado en una casilla detrás del barrio 5 de Mayo, en Ensenada. Este sospechoso tendría una herida de bala en una mano. Una de las víctimas, el sargento Pedro Germán Díaz, de 45 años, disparó su pistola 9mm contra los asesinos tras recibir 14 puñaladas y tres tiros.

Del mensaje mafioso al crimen pasional – ¿Dónde se perpetró el triple crimen? – Se produjo en el predio de la planta de transmisión de la Dirección de Comunicaciones de la policía bonaerense. Está situada en el barrio Aeropuerto, en las afueras de la ciudad de La Plata. – ¿Cuándo sucedió? – Ocurrió en la madrugada del viernes de la semana pasada.

WILLY GOMEZ

En la mira Entre los sospechosos que estuvieron en la mira de los investigadores, aunque no habría suficientes elementos para probar su presunta participación en el hecho, figura Fabián Gianota, un ex policía exonerado en 1997, sindicado como el actual jefe de la hinchada del mencionado club, que se traslada en un BMW amarillo. Cuando los investigadores llegaron a su casa, en 59 y 131, en el barrio Los Hornos de esta ciudad, el sospechoso ya no estaba. Eso sí, la casa se encontraba llena de gente: estaban festejando un casamiento. En el mismo barrio, en 62, entre 142 y 143, vive otro de los sospechosos que también integraría la barra brava de Estudiantes. Además, ayer se dijo que uno de los autores materiales sería un policía conocido de dos de las víctimas: los oficiales Vatalaro y Ricardo Torres Barbosa. Al parecer, ese policía dejó una huella dactilar en un llavero roto que fue hallado cerca del cadáver de Díaz, pero esta prueba no sería

– ¿Quiénes fueron las víctimas? – Los oficiales de la policía bonaerense Alejandro Vatalaro, de 27 años; Ricardo Torres Barbosa, de 26, y el sargento de la fuerza Pedro Díaz, de 45 años.

Ayer fueron realizados varios allanamientos en busca de los sospechosos del crimen de los policías

concluyente. El hermano de Vatalaro, Cristian, dijo ayer a LA NACION: “Si realmente son los autores, tendrán que pagar y morirse en la cárcel, como corresponde”.

Prendas En los allanamientos, los investigadores secuestraron varios elementos manchados con sangre: cuatro remeras, una camiseta de fútbol, dos pulóveres, un toallón y una toalla pequeña, frascos de anticépticos y dos pares de zapatillas. “En la escena del crimen quedaron marcadas, sobre la sangre, huellas de zapatillas similares que no pertenecían a las víctimas. Creemos que intentaron, con los antisépticos, borrar las huellas. No pudieron”, dijo un investigador. También se halló una gorra de policía, una agenda, cuatro cuchillos y proyectiles de calibres 9 mm y de escopeta calibre 12 mm. Estos allanamientos fueron or-

denados no bien terminaron las reuniones que mantuvieron el gobernador Felipe Solá y el ministro de Seguridad, León Arslanian, con las familias de Torres Barbosa y Vatalaro. Al salir de la gobernación, Arslanian dijo: “Es muy probable que haya diligencias en las próximas horas”. Minutos después, el juez de Garantías César Melazo autorizó cinco allanamientos en La Plata y en Ensenada.

La saña Se dijo que el móvil principal de la masacre fue el pasional. ¿Por qué, entonces, también fueron asesinados el oficial Torres Barbosa y Díaz? Hay una línea investigativa según la cual estos dos uniformados fueron asesinados “para desviar la atención y evitar futuros reconocimientos”. Como se informó, Vatalaro recibió 33 puñaladas y dos tiros: uno en el pecho y otro, de gracia, en la

nuca. Torres Barbosa, siete u ocho puñaladas y, también, dos tiros: uno en un pómulo y otro unos centímetros más arriba de la nuca. Díaz, 14 puñaladas y tres tiros. La otra hipótesis es que existieron, además del despecho de un hombre, otros motivos, pero los investigadores no quisieron revelar cuáles. Tal vez, esos motivos estén relacionados con las actividades de las barras bravas. “O tal vez, además de la venganza pasional, fue una venganza por cuestiones policiales. Uno de los sospechosos que no lograron aprehender anoche es un ex policía exonerado”, dijo ayer un investigador cercano a Arslanian que, desde un principio, se refirió a policías exonerados. En el gobierno también se habló del condimento político. El único que había hasta el cierre de esta edición era una difusa relación del sospechoso Colucci con sectores del peronismo local. Desde la gobernación, anoche sólo decían: “El caso está esclarecido”.

– ¿Cómo murieron los policías? –Vatalaro tenía 33 cortes en distintas partes del cuerpo, un disparo en la nuca y otro en el pecho. Se sospecha que intentó defenderse. Torres Barbosa tenía siete puñaladas, un balazo en la nuca y otro en el rostro. El sargento Díaz tenía dos impactos de bala en el cuerpo y una docena de cortes en el cuerpo. Intercambió disparos con los criminales. –¿Qué se llevaron los delincuentes? –Al huir, los asesinos se llevaron dos pistolas calibre 9 milímetros, una escopeta 12/70, una ametralladora marca UZI y tres chalecos antibalas. Se fueron en una vieja camioneta policial, que luego dejaron abandonada a unos cinco kilómetros del lugar del crimen. –¿Cuál es la pista más firme que siguen los investigadores?

–La hipótesis más fuerte es que se trató de un crimen pasional por encargo. Esto se desprende de declaraciones testimoniales y de análisis de las comunicaciones telefónicas. –¿Quién investiga el caso? –La pesquisa está en manos de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N° 5, a cargo de las fiscales Leyla Aguilar y María Cristina Barroca. La Procuración General de la Corte aportó especialmente ocho instructores para seguir el caso. En tanto, la policía conformó un comité de crisis integrado por el jefe de la fuerza, Daniel Rago, y los superintendentes de Investigaciones en Función Judicial, Hugo Matzkin; de Evaluación de Información para la Prevención del Delito, Oscar Farinelli, y de Comunicaciones, Hugo Silva, dentro de cuya jurisdicción funciona la planta de transmisión donde ocurrió la masacre. –¿Cuáles fueron las reacciones? –A pocas horas del hecho, el presidente de la Nación, Néstor Kirchner, habló de un “mensaje mafioso” y lo vinculó con la proximidad de las elecciones. Lo mismo hicieron funcionarios nacionales y provinciales, incluido el propio gobernador Felipe Solá. Luego hubo varios días de silencio oficial hasta que, en las últimas horas, Solá reveló que había delincuentes identificados y el ministro de Seguridad, León Arslanian, adelantó que habría allanamientos y detenciones que se concretaron horas más tarde.

El asesinato en el country Carmel, de Pilar

Delivery trágico en La Paternal

Tras cinco años, no se sabe quién mató a García Belsunce El caso quedó a cargo de un nuevo fiscal que sigue dos pistas Por Gustavo Carabajal

TEXTUAL

De la Redacción de LA NACION

DYN

(Télam).– Un joven venezolano fue asesinado de un balazo en la espalda en su casa del barrio de La Paternal, delante de toda su familia (en la foto, la esposa de la víctima), por delincuentes que lo asaltaron cuando le abrió la puerta a un repartidor de pizza. El crimen ocurrió anteanoche, a las 22.30, en Lascano al 2300.

A cinco años del asesinato de María Marta García Belsunce y después de un juicio oral que terminó con la condena a cinco años y medio de prisión del marido de la víctima, Carlos Carrascosa, por encubrimiento, no se pudo establecer quién asesinó de cinco balazos en la cabeza, en su casa del country Carmel, de Pilar, a la vicepresidenta de Missing Children Argentina. En la actualidad, Gonzalo Aquino, el nuevo fiscal en la causa por el crimen ocurrido el 27 de octubre de 2002, investiga con la misma intensidad las pistas que apuntan tanto a la supuesta participación de la media hermana de la víctima, como aquellos indicios que dirigen las sospechas hacia un grupo de vigiladores que, comandados por un vecino, se dedicaban a robar casas en dicho barrio cerrado. En la primera de las hipótesis, aparecen como sospechosos Irene Hurtig y su marido, Guillermo Bartoli. Durante el juicio oral, Diego Molina Pico, el primer fiscal del caso, le pidió al Tribunal Oral N° 6 de San Isidro que se extrajeran fotocopias de los testimonios y pruebas incorporadas durante el debate para que se trate de determinar si la media hermana de la vicepresidenta de Missing Children Argentina y su esposo tuvieron una presunta intervención en el asesinato. Por otra parte, la segunda hipótesis –que, según la familia de la víctima, Molina Pico no investigó– apunta a que García Belsunce habría sido asesinada porque al llegar a su casa encontró allí a uno o dos ladrones. Según sostuvieron los familiares de la víctima, la mujer habría reconocido a uno de los delincuentes porque aparentemente trabajaba como custodio en Carmel. De acuerdo con esta hipótesis, esos vigiladores tendrían alguna vinculación con Nicolás Pachelo, un vecino del country. Además de la investigación para tratar de esclarecer el homicidio, en el ámbito judicial una parte de la causa siguió adelante. Una resolución de la Cámara de Apelaciones de San Isidro, que rechazó las apelaciones de los defensores y confirmó el procesamiento por encubrimiento agravado, puso a Bartoli, cuñado de la víctima; John Hurtig, hermanastro de María Marta, y el padre de éste, Constantino Hurtig, a un paso del juicio oral.

Carrascosa

A cinco años del asesinato de mi mujer, lo único que me mantiene vivo es luchar para que el homicidio de María Marta sea esclarecido Todos ellos serían sospechosos de haber tirado en el inodoro la sexta bala que se disparó contra la víctima. Durante los cuatro meses del juicio, los abogados defensores de Carlos Carrascosa, el marido de la víctima, quien fue condenado a cinco años y medio de prisión por encubrimiento del homicidio y fue absuelto de la acusación por asesinato, intentaron plantear la posible participación de Pachelo en el hecho. Pero los jueces del Tribunal Oral N° 6 de San Isidro decidieron que esa pista debía ser investigada por un fiscal de instrucción. En los últimos días, el fiscal Aquino, quien se hizo cargo de la causa debido a que Molina Pico fue designado como fiscal en Tigre, realizó una inspección en la escena del crimen. Allí, Carrascosa le abrió la puerta de su casa para que el fiscal recorriera y estudiara el lugar en el que fue asesinada García Belsunce.

Confianza “Le tengo mucha confianza al fiscal nuevo. Fue a conocer el lugar y no necesitó firmar ninguna orden de allanamiento. Yo le abrí la puerta como otras veces hice con el otro fiscal. Nunca puse impedimentos para que nadie investigara”, dijo Carrascosa a LA NACION.

Luego de pasar 35 días preso, Carrascosa recuperó la libertad el 17 de agosto último, luego de que la Cámara de Apelaciones de San Isidro hizo lugar a un recurso de hábeas corpus aunque dicho tribunal no se expidió sobre la cuestión de fondo. Esa cuestión deberá ser resuelta por la Cámara de Casación Penal bonaerense, que en estos días se abocó al análisis de las apelaciones presentadas por los abogados de Carrascosa y por el fiscal Molina Pico, quien insistió en que Carrascosa fuera condenado por el homicidio. Mientras tanto, la defensa de Carrascosa apeló la sentencia que lo condenó como supuesto encubridor. “Molina Pico es la única persona que odio en el mundo. No sólo me hizo mucho daño a mí, sino que hizo sufrir a muchos de los amigos y afectos de María Marta y míos”, dijo Carrascosa en declaraciones difundidas por el programa Todo dicho, que se emite por radio La Red. Al salir de la cárcel, Carrascosa anunció que apoyará la investigación del fiscal para tratar de esclarecer el homicidio. “A cinco años del homicidio de mi mujer, lo único que me mantiene vivo es la esperanza de poder encontrar al asesino de María Marta”, concluyó Carrascosa.