domingo xvi del tiempo ordinario comentario a las lecturas

Jesús nos habla del Reino de Dios; es un tema central en su vida. Con su venida, Dios empezó una nueva manera de actuar en nuestro mundo. Quiere reinar ...
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DOMINGO XVI DEL TIEMPO ORDINARIO COMENTARIO A LAS LECTURAS P. JORGE PETERSON, OCSO

PRIMERA LECTURA: Sb 12, 13, 16-19 SEGUNDA LECTURA: Rm. 8, 26-27 EVANGELIO: Mt 13, 24-43 Jesús nos habla del Reino de Dios; es un tema central en su vida. Con su venida, Dios empezó una nueva manera de actuar en nuestro mundo. Quiere reinar en cada persona. En el Padre Nuestro oramos por la venida de su Reino a nosotros, en la actualidad, en nuestro presente. Hoy nos habla de su Reino a través de parábolas. La gente de Galilea que escuchaba a Jesús, entendía fácilmente estos relatos; Jesús se valía de imágenes de su vida diaria. Ellos sabían que la semilla de mostaza era tan pequeña como la cabeza de un alfiler. También habían visto cómo crecía y llegaba a ser un arbusto y cómo los pájaros venían en bandadas para posarse en sus ramas. Entendían fácilmente que Jesús estaba enseñando que el Reino de Dios parecía insignificante, pero que tenía una fuerza vital que sobrepasaba lo esperado. También habían visto cómo una pequeña cantidad de levadura era capaz de transformar una buena cantidad de harina. En relación con la cantidad de harina, la levadura era insignificante; pero silenciosamente la transformaba en una gran masa. En aquel tiempo muchos esperaban un Mesías que los liberaría

espectacularmente del opresivo poder de Roma. Jesús estaba enseñándoles que el Reino no iba a llegar así. Nosotros, cristianos, en la medida que imitamos el amor de Jesús, vamos a elevar la salud espiritual de otros para que Dios reine más en nuestro mundo. De manera parecida se dieron cuenta de que cuando sembraban trigo, siempre aparecía la maleza. ¿Porqué? Jesús mismo explicaba que Dios sembró buena semilla en la creación; pero el diablo tentó a Adán y Eva y así sembró desorden en el alma del ser humano y en la creación. El intento de arrancar la maleza, hacía daño también al trigo. El mensaje de la parábola es claro. Dios permite que haya buenos y malos, juntos, en el Reino. De hecho Dios tiene paciencia y espera; los malos pueden cambiar; de hecho nadie nace perfecto. Casi todos tenemos que aprender de nuestros errores. Quizá este designio de Dios a nosotros nos desconcierta. Tenemos que tener cuidado. Exigimos que los demás sean perfectos. Los apóstoles que Jesús eligió tenían mucho camino que recorrer para llegar a ser santos. Nosotros también. Estamos en camino. En vez de juzgar a otro, nos conviene mirar lo bueno que tiene; al mismo tiempo, reconocer nuestros propios defectos. En el comienzo del Evangelio de S. Marcos, Jesús anunció "Se ha cumplido el tiempo y está cerca el Reino de Dios: Arrepiéntanse y crean en la Buena Nueva." Esta palabra: "arrepentir" significa un profundo cambio interior. Jesús nos invita a abrir nuestros corazones a lo que Dios está haciendo en medio de nosotros: su venida inauguró una nueva presencia y acción en el mundo: como levadura, Él está transformando la historia del mundo, no de una manera espectacular sino desde adentro de las personas. Es una invitación de despegarnos de nuestra normal forma de pensar y juzgar, para abrirnos a ver la realidad como Dios lo ve. En Isaías, Dios dijo: "Mis planes no son sus planes, sus caminos no son mis caminos." En muchas ocasiones Jesús podría decir a cada uno de nosotros: "Piensas como los hombres, no como Dios." Por lo general, tendemos a buscar a Dios en las cosas grandes, en los milagros o en éxitos y números, no en lo pequeño e insignificante, lo escondido. Muchas veces el poder salvador de Jesús está actuando en secreto. Nadie se da cuenta en el momento. La vida es más de lo que se ve. Dios está trabajando en el mundo, en nuestro mundo de hoy. Se necesita fe y paciencia para mirar el resultado final; para mirar hasta el fondo e intuir la secreta acción de Dios. En esta Eucaristía, pidamos la gracia de escuchar en nuestro corazón lo que Jesús quiere enseñarnos sobre su Reino.