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que la vocación de los laicos a participar en la Obra de María, sin tener su origen en un ... y su experiencia en la promoción de la vida marista, ya sea religiosa.
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D I R E C T O R I O sobre las relaciones entre

LOS MARISTES RELIGIOSOS Y LAICOS

D I R E C T O R I O sobre las relaciones entre

LOS MARISTES RELIGIOSOS Y LAICOS

PRESENTACIÓN “Asumiendo su responsabilidad de favorecer el desarrollo de la vida marista laical y de animar a la colaboración, la Provincia se guiará por un directorio provincial, el cual después de haber sido elaborado por los hermanos responsables en cada región, en consulta con la coordinación europea de los Laicos maristas, será sometido a la aprobación del provincial y su consejo.” Capitulo Provincial de Europa, enero 2013.

Este extracto de las actas del Capitulo de la Provincia de los Padres Maristas de Europa expresa perfectamente el origen del directorio que tengo a bien presentaros; está redactado de cara a los religiosos, y su objetivo es apoyarlos en la preocupación por suscitar todas las vocaciones, particularmente la vocación a la vida marista laical. Busca igualmente animarlos y sostenerlos en la colaboración con los laicos. Estoy muy agradecido a Jan Hulshof, Bernard Bourtot y Rory Mulligan, redactores del texto; y también por haberlo hecho, como pedía el capitulo, consultando con Michel Macquet, de la coordinación europea de los Laicos Maristas y con los hermanos responsables del contacto con los laicos en las diversas Regiones de la Provincia.

El mismo Capitulo del 2013 adoptaba un plan para la promoción de las vocaciones que apunta, por un lado a los jóvenes con los que estamos en contacto y, por otro lado, a los hermanos de la Provincia. En relación con los hermanos el texto dice así: “Para nosotros, el desafío fundamental es liberar la fuerza del carisma marista y compartirla con los demás”. ¿Es preciso repetir que este reto toma aquí todo su sentido? ¡Ojalá este directorio ayude a todos los miembros de la Provincia a estar a la altura de este desafío! Según la expresión de Pedro y a la luz pascual, que él nos ayude a dar cuenta de la esperanza que nos habita.

Pascua del 2014

Hubert Bonnet-Eymard Provincial de Europa

CAPÍTULO I. ACTITUDES Y CONVICCIONES

Vocación común 1. En nuestras relaciones con los laicos, en lugar de aferrarnos a lo que es propio de los unos y de los otros, nos fijamos en primer lugar en lo que nos une a todos. A través de las diversas formas de vida y de las responsabilidades diferentes, estamos abiertos a la vocación común a la santidad que debemos buscar aquellos que somos conducidos por el Espíritu de Dios (Lumen Gentium, 39-42).

Origen común 2. A la luz de las intuiciones de nuestro Fundador y de la enseñanza del Concilio Vaticano II, creemos que la vocación de los laicos a participar en la Obra de María, sin tener su origen en un mandato por parte de nuestra Congregación, brota de la misma unión con Cristo y de su consagración bautismal.

Misión común 3. Siguiendo al P. Colin y a los primeros maristas, compartimos la convicción de que todos los maristas, religiosos y laicos, participamos, de manera diferente, en la misma misión: formar una comunidad de creyentes bajo el nombre de María, con un solo corazón y una sola alma, a imagen de la Iglesia de los comienzos y como anticipo de la congregación de todos los fieles al final de los tiempos (Constituciones, 3).

Sentido de familia 4. We Cultivamos relaciones amistosas de colaboración con toda asociación religiosa, sea cual sea su índole. Pero nuestra relación con las Congregaciones maristas y con la rama del laicado marista no sólo es amigable, sino de naturaleza familiar, ya que afecta a la originalidad del proyecto marista, es decir, a la obra de María. María nos llama a formar parte de su familia para representar la reunión del pueblo de Dios en toda su diversidad. "Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios y la ponen en práctica" (Lc 8,21).

Sentido de responsabilidad 5. Onze Nuestras constituciones confían al superior general la responsabilidad de promover el desarrollo de la rama de laicos maristas en sus diversas formas (Constituciones, 193). Al hacer esto, las constituciones no abogan por una actitud paternalista hacia los laicos maristas. La intención es más bien la de subrayar el interés de nuestra Congregación por fortalecer la vida de todo el cuerpo marista, del cual la rama de los laicos es parte integrante e indispensable. Los Padres Maristas delegados formalmente por la Provincia o por la Región para impulsar las relaciones con el laicado marista apoyan los esfuerzos que cada hermano está invitado a hacer en este sentido.

Interés y generosidad 6. El interés por el laicado marista se hace palpable cuando los miembros de la Provincia están dispuestos a invertir su tiempo, sus energías y su experiencia en la promoción de la vida marista, ya sea religiosa o laical.

Interdependencia 7. Estaremos atentos a no crear dependencias unilaterales entre religiosos y laicos, sino más bien a mantener relaciones mutuas que incluyen el doble sentido de ida y vuelta: ni mera dependencia, ni mera independencia, sino interdependencia.

Confianza y solidaridad 8. Seguimos creyendo que la vida religiosa es un signo alentador para todos los creyentes, porque ‘ayuda a todos a ver cómo el reino de Dios está por encima de todas las cosas terrestres' (Lumen Gentium, 44). Esta confianza en nuestra propia vocación, lejos de fomentar un espíritu de rivalidad entre religiosos y laicos, nos motiva, por el contrario, a mostrarnos solidarios con los laicos y con su vocación, que consiste precisamente en buscar el reino de Dios en las circunstancias ordinarias de la vida familiar y social que tejen su existencia (Lumen Gentium, 31)

Espiritualidad del laicado 9. En consecuencia, tomamos conciencia de la riqueza que los laicos aportan al proyecto marista, ya que su experiencia cristiana reviste características particulares según las condiciones de vida y la actividad profesional y social de cada uno/a y según los dones personales del Espíritu Santo (Apostolicam Actuositatem, 4).

Ayuda mutua y colaboración 10. La conciencia de la riqueza contenida en la diversidad de la vida marista está acompañada por una actitud de generosidad en materia de apoyo mutuo y de colaboración entre los maristas religiosos y laicos. Por eso, cada uno de nosotros debería evaluar de manera realista lo que mutuamente tenemos para ofrecernos.

La dimensión mundial 11. Somos conscientes de la riqueza que la internacionalidad de la Sociedad aporta a nuestra vida marista. De ahí el interés que tenemos en conocer cómo nuestros hermanos de África, Asia, América y Oceanía viven sus relaciones con los laicos maristas en los diversos campos de la espiritualidad, el apostolado y el compromiso social.

Falta de formación 12. En nuestros textos capitulares tenemos la costumbre de preocuparnos, como religiosos, por la formación de los laicos, pero quizás sería más apropiado cuidarnos de nuestra propia falta de formación, sobre todo a propósito del lugar y el papel de los laicos en la Iglesia y en el conjunto del proyecto marista.

CAPÍTULO II. DESAFÍOS Revisar nuestras mentalidades, actitudes y comportamientos 13. Después de más de 50 años del inicio del Concilio Vaticano II, estamos familiarizados con la doctrina del Concilio sobre la vocación y la misión de todos los bautizados. Esto no excluye que haya entre nosotros algunos residuos de un clericalismo tradicional a extinguir y que tengamos que superar las nuevas formas de clericalismo. Todos los miembros de nuestra Provincia estarán abiertos a examinar sus mentalidades, actitudes y comportamientos a la luz del Concilio, que nos exhorta a ‘reconocer y promover la dignidad y la responsabilidad de los laicos en la Iglesia’ (Lumen Gentium, 37).

Intensificar nuestra conciencia de la importancia del laicado marista 14. Dada la riqueza de encuentros como los de Turín en 2007 y de Francheville en 2011, hay que decir que nosotros, los religiosos, no acabamos de comprender suficientemente en qué medida los laicos maristas constituyen un elemento vital del proyecto original de la Sociedad de María, puesto que son portadores indispensables de su misión. Los hermanos de la Provincia se esfuerzan por proporcionar el andamiaje teológico y espiritual necesario para el proyecto marista, que se expresa en el símbolo de un solo tronco con varias ramas.

Renovar el cuerpo marista 15. Si bien nos regocijamos al ver, en algunas regiones, el nacimiento de grupos de laicos más jóvenes, consideramos que el rejuvenecimiento del conjunto del cuerpo marista, religiosos y laicos, es un reto decisivo. Tenemos que aprender cómo los religiosos y los laicos pueden ayudarse mutuamente para promover las vocaciones a la vida marista, tanto laical como religiosa.

Reformular nuestra tradición marista 16. Mientras conservamos con gozo el recuerdo de nuestras visitas a los lugares de los orígenes maristas, no nos resulta fácil traducir el legado marista con un vocabulario coherente con la forma de pensar de una cultura en cambio y de una generación nueva. Los religiosos y los laicos maristas deberían ayudarse en la reformulación y transmisión de nuestro patrimonio, dando a la actual generación la oportunidad de enriquecerlo con una nueva expresión. (Constituciones, 49)

Afinar el sentido de nuestra identidad marista 17. Todos necesitamos escuchar juntos lo que nuestra tradición marista nos dice acerca de nuestro espíritu común, llamado a ser vivido en nuestras vocaciones específicas de religiosos y de laicos. En esta perspectiva, el laicado marista y los religiosos maristas de nuestra Provincia deberán entenderse en el uso de ciertos símbolos y signos de la vida marista (nombre de la asociación, fórmula de compromiso, elementos de un estilo de vida marista, insignia, los días fiesta y aniversarios, etc...) y la tendencia hacia un lenguaje común.

Entrar en un proceso de formación marista permanente 18. Sólo por medio de un proceso continuado de formación podemos hacer frente a los desafíos mencionados. La piedad, la amistad y el ambiente agradable son sin duda importantes, pero no son suficientes para cumplir el propósito misionero de la Sociedad: ‘reunir a todos los creyentes bajo el nombre de María’ (Constituciones, 3). Los laicos y los religiosos de nuestra Provincia pueden beneficiarse mutuamente de su experiencia y de su competencia, comprometiéndose conjuntamente en un proceso de formación permanente para la misión.

Abrirse a una experiencia amplia, marista, eclesial y ecuménica 19. Nuestro Fundador siempre repitió que necesitábamos de todo el mundo (Habla un Fundador, 76,6), e hizo mucho hincapié en el "espíritu de modestia, de humildad, de prudencia, de sencillez y de discreción" (Habla un Fundador 190.1). No hemos de encerrarnos en nuestra propia tradición. Buscamos vivir nuestras relaciones con los laicos con un espíritu amplio y generoso, que se abre a una experiencia marista, eclesial y ecuménica más grande que la de nuestra sola Congregación. Tratamos de favorecer a las otras congregaciones (Habla un Fundador, 189) y de aprovechar los dones que el Espíritu reparte entre los otros grupos eclesiales, especialmente los relacionados con las otras congregaciones maristas.

CAPÍTULO III. TAREAS Y HERRAMIENTAS Reclutamiento 20. Tenemos que reconocer que ante todo la Sociedad debe crecer en profundidad; pero también hemos de ser conscientes de la necesidad que tiene de atraer a nuevos miembros con el fin de llevar a cabo su misión. Ahí tenemos un campo importante para la colaboración entre los maristas religiosos y laicos. Unos y otros deben rezar continuamente por las vocaciones a cada una de las ramas y para detectar las herramientas más adecuadas en cada situación. Hay varias herramientas: 

El testimonio personal. La invitación directa a las personas interesadas sigue siendo el método más eficaz de todo reclutamiento, ya que el sistema “de boca a oído” es la forma más antigua de publicidad y la más natural.



Los Sitios Web de la Sociedad, de la Provincia y de las Regiones son medios importantes para ampliar el horizonte de nuestros contactos; (pero una página web no cuidada es un contra-testimonio y pone de manifiesto que una Región no tiene confianza en sí misma).



Folletos atractivos, con informaciones sobre los laicos maristas y con direcciones de contactos deben estar a disposición de aquellos y aquellas que encontramos en las parroquias, asociaciones y escuelas de nuestro entorno.



Los artículos breves y las noticias sobre las actividades de los grupos del laicado marista pueden ser insertados en los periódicos de la parroquia, del barrio y de la escuela...

Formación, inicial y permanente 21. La formación inicial y permanente de todos los maristas, laicos y religiosos, es una tarea en la que todos debemos estar implicados. Todos tenemos que estar formados y cada uno tiene una contribución que hacer al proceso de formación de toda la comunidad marista. Los religiosos están invitados a aportar su experiencia, especialmente en lo que respecta a los aspectos bíblicos, históricos y teológicos de la espiritualidad marista. Al mismo tiempo estarán abiertos a las experiencias que los laicos aportan a partir de la vida marista que llevan en su vida social y familiar y profesional...

a. Para la formación de los laicos ahora tenemos un modelo que describe los pasos esenciales. - Modelo de formación en la espiritualidad marista para los laicos de Europa (EMLC, eneero 2013) ; b. Este modelo no excluye las presentaciones y resúmenes de la espiritualidad marista existentes. Al contrario, proporciona una estructura que supone la utilización creativa de los materiales existentes, por ejemplo: 

Christopher Whelan, La historia Marista, una colección de recursos para rezar y reflexionar sobre los acontecimientos esenciales de la fundación de la Sociedad de María : 1. La experiencia de Fourvière; 2. La experiencia de Cerdon; 3. La experiencia del Bugey, 1991;



Edwin L. Keel, Textos para el estudio de la espiritualidad marista, Roma, Centro de Estudios Maristas, 1993 ;



El Laicado Marista. Guía de base, Roma (s.a.) ;



Laurence Duffy y Charles Girard, Como un puente. El pueblo de Dios y la obra de María, Roma 1994 ;



Craig Larkin, Con María, un camino, un instrumento para la Espiritualidad Marista, Paris, Centro de Documentación Marista, 2011 ;



Antonio Airò, El Laicado Marista en la parroquia, Il Rivaio-Castiglion Fiorentino 2003;



Como María. Espiritualidad de la familia marista, Un subsidio para las diversas ramas sobre la espiritualidad marista. Roma 2006 ;



François Drouilly, Orar quince días con Juan Claudio Colin, Paris, Nouvelle Cité, 2010 ;

Formas de compromiso 22. La Sociedad de María está abierta a una multiplicidad de formas y de modalidades de pertenencia de los laicos. Es cierto que el proceso de incorporación constará de un momento de compromiso formal. En cada región los laicos y los religiosos se pondrán de acuerdo sobre las modalidades de este compromiso: 

una fórmula: el nuevo miembro expresa su deseo y su decisión de unirse al laicado marista para vivir mejor el Evangelio con el espíritu de María según la tradición de la Sociedad de María;



la presencia de testigos: para significar la unión entre la rama de los laicos y la congregación de los religiosos, es deseable la presencia de uno o más miembros de la Provincia;



un registro: el libro en el que se inscriben los nombres de aquellos y aquellas que pertenecen al laicado marista es un elemento en el que el Fundador puso un gran interés como símbolo de la comunión de los bienes espirituales de la Sociedad;



un signo para expresar la manera marista de pertenecer a la familia de María. En algunas Regiones, los laicos llevan el mismo signo que los religiosos. Otras Regiones han creado un signo distintivo para los laicos.

Comunicación 23. La comunicación entre los religiosos y los laicos maristas es asunto de todos. Cada uno tiene su papel, no sólo por medio de sus aportaciones activas, sino también por la atención que presta a las informaciones que le llegan: 

a nivel de relaciones personales: visitas, cartas, llamadas de teléfono, mensajes electrónicos;  a nivel Regional: periódicos y circulares, escritos y hojas, correo postal y electrónico, desde los Laicos Maristas, desde la Región o desde toda la Familia marista: Alemania: Maristen Marianisches Apostolat; Unifra; www.maristenpatres.de Inglaterra: Marist Way Newsletter; www.maristway.org España: Familia Marista; www.laicosmaristas.es Francia: Maristes; Regards maristes; France SM; www.maristes-france.org Irlanda: Region of Ireland Newsletter; www.maristfathers.ie Italia: Maria, mensile sulle opere e sulle missioni dei Padri Maristi in Italia; Foglio di collegamento dei laici Maristi Italiani; www.padrimaristi.it Holanda: De Schakel; www.maristen.nl Noruega: Mariatanker; Letter; www.maristene.katolsk.no/link.english  a nivel Provincial: www.maristeurope.eu; Eurinfo. Un hermano asegura la comunicación entre la Coordinación Europea (EMLC) y la Provincia, así como entre los hermanos responsables de las relaciones entre los religiosos y los laicos en las diferentes Regiones: Circular Lazos Maristas Laicos Europa;  a nivel mundial: SM Bulletin; www.maristsm.org; World Marist Laity Coordination News (editado por la coordinación EMLC).

CAPÍTULO IV. RELACIONES ENTRE ESTRUCTURAS DE LA SM EN EUROPA Y EL LAICADO

Multiplicidad de formas 24. Inspirados por la imagen de una Tercera Orden que 'se pierde en medio de la Iglesia’ y por la hipérbole del 'universo marista', optamos por una actitud flexible respecto a la organización del laicado marista. Al igual que nuestro Fundador, no pretendemos la ampliación de las estructuras de la Sociedad, sino la impronta marial de la Iglesia. De esta manera el proyecto marista está abierto a una multiplicidad de formas y de modalidades que aceptamos con respeto. (Constituciones, 31-32)

La misión de los laicos y las obras de la Sociedad 25. La Provincia fomenta el compromiso de los laicos en las obras de la Congregación. Sin embargo, es consciente de que el laicado marista existe para la Iglesia y su misión en el mundo, y no sólo para el servicio de la congregación. Esto significa que los laicos que trabajan en las obras de la congregación no son, por ese solo hecho, laicos maristas, y que laicos maristas no están llamados, por el mero hecho de su vocación marista, a comprometerse en los ministerios de la Congregación.

Dirección ordinaria y acompañamiento 26. En el contexto religioso de la época del Padre Colin era obvio que el director habitual de los grupos de laicos maristas tenía que ser sacerdote. Después de la declaración del Concilio Vaticano II sobre la dignidad y la responsabilidad de todos los bautizados en la Iglesia, estamos gozosos de ver a los laicos maristas, extendidos por las Regiones de la provincia, organizarse y dirigir ellos mismos sus grupos. De acuerdo con el pensamiento del P. Fundador y para evitar todo conflicto de intereses, los religiosos maristas no deben encargarse de la dirección ordinaria de estos grupos, sino, en la medida de lo posible, del acompañamiento.

Coordinación europea 27. El interlocutor de la Provincia en Europa es la coordinación europea, conocida como “Coordinación Europea de laicos maristas” (EMLC). Fue establecida en 2008 como grupo de coordinación, compuesto por el coordinador, el secretario y los delegados de los ocho países. Sus objetivos son: la misión, la comunicación, la formación y el desarrollo del laicado marista.

El provincial y su consejo 28. Guiados por los Capítulos General y Provincial, el Provincial y su Consejo promueve el desarrollo de laicos maristas y fomentan las relaciones entre religiosos y laicos.

Contactos entre la Provincia y el EMLC 29. A nivel de la Provincia un hermano asegura la relación entre la Provincia y el EMCL. Su tarea comprende las actividades siguientes:  asistir a las reuniones del EMCL, sea por invitación o a petición propia;  supervisar la comunicación entre las Regiones, por lo que concierne a todas las cuestiones relativas a la colaboración con los laicos maristas y la Provincia;  recoger y hacer circular las informaciones que llegan de las Regiones y del EMCL;  ayudar a la Provincia cuando ésta es invitada a las actividades del EMCL;  armonizar los calendarios de la Provincia y del EMCL;  informar al Provincial y a su Consejo, al menos una vez al año.

El Regional y su Consejo 30. Los superiores Regionales con sus Consejos apoyan la actividad de la provincia en lo concerniente al Laicado Marista y velan para que las orientaciones del Capítulo Provincial y de otras instancias sean puestas en marcha en su Región.

Lazos entre la región y los Laicos Maristas 31. Los Hermanos encargados de Responsabilidades especiales en la Región (CRR) :    

mantienen los contactos con los laicos maristas; están dispuestos a ofrecerles servicios de animnación espiritual y de acompañamiento; aseguran la unión entre los laicos maristas y el superior Regional; tratan con el superior Regional la mejor manera de cumplir, a nivel de la Región, los elementos mencionados en el número 59 de las decisiones del Capítulo General de 2009, concernientes al laicado marista: a) crear espacios para el diálogo y el intercambio; b) proporcionar recursos para los programas de formación; c) establecer cauces de comunicación; d) fomentar una colaboración para la misión; e) pensar en invitar a los laicos maristas a los acontecimientos importantes de la Región y celebrar con ellos las fiestas importantes y los aniversarios; f) invitar a los laicos maristas a participar en los cursos de renovación marista;  intercambian experiencias e informaciones con la persona de enlace de la Provincia;  promueven los contactos con los laicos de las otras ramas de la Familia marista;  presentan un informe, al menos una vez al año, a sus superiores Regionales.

Foro de la Familia Marista 32. En la Provincia y en las Regiones las plataformas compuestas por miembros de las ramas maristas, incluida la de los laicos, son medios útiles para conocerse mejor y para promover la misión marista.

APÉNDICE TEXTOS DE BASE Vaticano II 1. Es, pues, completamente claro que todos los fieles, de cualquier estado o condición, están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad, y esta santidad suscita un nivel de vida más humano incluso en la sociedad terrena. En el logro de esta perfección empeñen los fieles las fuerzas recibidas según la medida de la donación de Cristo, a fin de que, siguiendo sus huellas y hechos conformes a su imagen, obedeciendo en todo la voluntad del Padre, se entreguen con toda su alma a la gloria de Dios y al servicio del prójimo. Así, la santidad del pueblo de Dios producirá abundantes frutos, como brillantemente lo demuestra la historia de la Iglesia con la vida de tantos santos. (Lumen Gentium, 40)

2. El deber y el derecho del laico al apostolado deriva de su misma unión con Cristo Cabeza. Insertos por el bautismo en el Cuerpo místico de Cristo, robustecidos por la confirmación en la fortaleza del Espíritu Santo, es el mismo Señor el que los destina al apostolado. Son consagrados como sacerdocio real y nación santa (cf. 1 P 2, 4-10) para que todas sus obras sean ofrendas espirituales y para dar testimonio de Cristo en todo el mundo. (Apostolicam Actuositatem, 3)

Constituciones de la Sociedad de María, 1987 1. La nueva Congregación estaría formada por varias ramas, reuniendo así a toda clase de personas. Sería al mismo tiempo universal y diocesana, dispuesta a acudir adonde se la necesitara, pero estrechamente identificada con la iglesia local. Estaría presente en la iglesia como María en medio de los apóstoles, una presencia tanto más eficaz cuanto más escondida. Finalmente, reuniría a todos los creyentes bajo el nombre de María en una tercera orden abierta a todos. De este modo se vería en la Iglesia al final de los tiempos lo que se había visto al principio: una comunidad de creyentes con un solo corazón y una sola alma. (Constituciones, 3)

2. El proyecto marista preveía desde un principio una rama abierta a los laicos, hombres y mujeres. En 1850, esta rama tomó una forma particular y fue reconocida oficialmente por la Santa Sede como “Tercera Orden de María”. Según el pensamiento del Padre Colin, debía ser una asociación amplia, abierta a todos, cualquiera que fuese su situación, edad o condición. Podría adoptar diversas formas y, si fuese necesario, recibir incluso un nombre distinto. (Constituciones, 31)

3. El proyecto marista está abierto también a otras formas de asociación. Cada provincia, de acuerdo con el superior general y su consejo, determina las modalidades que este proyecto podría adoptar, entendiéndose que esta asociación no le constituye a uno miembro formal de la Sociedad de María. (Constituciones, 32)

4. Todos los maristas, sacerdotes y hermanos, cada cual según su vocación, comparten un apostolado común, ya sea el trabajo manual, la administración, la predicación, la enseñanza, el servicio pastoral o la celebración de los sacramentos. Los religiosos enfermos o jubilados cumplen una importante tarea apostólica con su presencia, sus oraciones y su fidelidad a la vocación marista. Los miembros de la tercera orden de María y otros grupos asociados participan en la misma misión con la oración y el trabajo por la conversión de los pecadores y la perseverancia de los fieles. (Constituciones, 138)

5. El Superior General es responsable de promover la expansión de la Tercera Orden de María y de otras formas de la vida seglar marista. Mantiene también lazos de amistad con las otras ramas de la familia marista y colabora con ellas, y trabaja estrechamente con los superiores generales de las demás congregaciones religiosas. (Constituciones, 193).

Capítulo general, 2009 1. Ha ido tomando cuerpo un movimiento de laicos Maristas con una significativa variedad de visiones, expresiones y formas; al mismo tiempo, se ven signos de decadencia en otras partes del mundo. Esto nos empuja a responder y “a comprender de una manera nueva lo indispensables que son los laicos maristas como miembros de la Sociedad de María” (Declaraciones y Decisiones, 56)

2. Esto representa una llamada urgente para nuestra comunión y colaboración con los laicos Maristas asociados con nosotros. Estamos llamados a reconocer su identidad y misión para acompañarlos y animarlos, al mismo tiempo que nos dejamos acompañar y animar por ellos, en interdependencia, como hermanos y hermanas dentro de la familia Marista. En cuanto cuerpo, queremos compartir la misión de la Sociedad y, en colaboración, queremos ser instrumentos que llamen a nuevos miembros a formar parte del proyecto marista. (Declaraciones y Decisiones, 57)

DOCUMENTOS HISTÓRICOS Sumario de las reglas de la Sociedad de María, 1833 1. La Sociedad, tal como fue diseñada desde el principio y comprometida en la acción como se mencionó anteriormente, comprende varias órdenes de religiosos, 1º la orden de los sacerdotes, 2º la orden de los hermanos laicos, 3º la orden de las hermanas religiosas, 4º y la confraternidad de los laicos que viven en el mundo. (3)

2. El fin general de la Sociedad es contribuir en la medida de lo posible, por una unión de oraciones y de esfuerzos a la conversión de los pecadores y a la perseverancia de los justos, y reunir por así decirlo bajo el amparo de la Inmaculada Madre Dios a todos los miembros de Cristo, sea cual sea su sexo, su edad y su condición, para alentar su piedad, fortalecer su fe y alimentarse de la doctrina de la Iglesia Romana, de tal manera que al final de los tiempos como fue en los inicios del cristianismo, todos los fieles sean, con la ayuda de Dios, un solo corazón y una sola alma en el seno de la Santa Iglesia Romana, y todos, sirviendo a Dios con dignidad bajo los auspicios de María, lleguen con toda seguridad a la vida eterna. Por eso, los fieles que viven en el mundo forman parte, también ellos, de nuestra Sociedad por medio de esta Confraternidad que se llama la Tercera Orden de María. (109)

3. Los miembros de esta Confraternidad viven en el mundo, y no pronuncian ningún voto. Pero cumplen algunos ejercicios de piedad, accesibles a todos, y adheridos así a la Sociedad, participan de todos los bienes espirituales de la misma. Incluso los pecadores, siempre que sean católicos pueden ser agregados a la Confraternidad, y participar de las oraciones y otras riquezas espirituales de la Sociedad, con la única condición de que sus nombres se inscribirán en el registro de la Confraternidad llevado por los religiosos sacerdotes de la Sociedad de María.

4. Reglas o prácticas piadosas de la Confraternidad: (1) Al levantarse y al acostarse, los Terciarios se encomendarán ellos mismos y a sus familias y amigos a la Santísima Virgen María, y por esta intención recitarán tres Avemarías; (2) Cada día recitarán al menos dos misterios del Rosario, además de un Padre Nuestro y un Avemaría por la conversión de los pecadores y la perseverancia de los justos; (3) Se acercarán de corazón a los sacramentos en las fiestas de la Santísima Virgen, y harán todo lo posible para llevar también a sus familias; (4) En cuanto posible asistirán a las reuniones de los Terciarios y se esforzarán por observar fielmente estas Reglas de la Confraternidad.

Constitutiones del P. Colin, 1873 También es deber del superior general propagar por todos los medios la Tercera Orden de María, para la mayor gloria de Dios y salvación de las almas. (323)

Alfonso Cozon, Exposición de las ideas de Colin sobre la Tercera Orden (1880) En el pensamiento del P. Fundador la Tercera Orden no debe encerrarse en los límites de la So­ciedad. En cierto sentido debe ser una obra fuera de la Sociedad, a la que la Sociedad debe comunicar su espíritu propio, que es el de la Sma. Virgen. Su desarrollo no debe limitarse a las dimensiones de la Sociedad; no debemos retenerla en nuestras manos, sino sólo hacer que pase por ella. No es, pues, un engranaje de la Sociedad; no debe, por decirlo así, irradiar a nuestro alrededor como un planeta al rededor de su constelación, sino resplandecer en la Iglesia. Ya no es, pues, un medio apreciable para ayudar a la Sociedad atrayendo el interés de los fieles, sino un medio de extender su acción en el mundo, de suerte que el mismo fervor que nace en María y pasa por los Padres y por los miembros de la tercera orden vaya a perderse en la Iglesia sin ninguna consideración personal.

María, ayúdanos a decir nuestro “SI” ante la urgencia, más imperiosa que nunca de hacer resonar la Buena Noticia de Jesús. (Evangelii Gaudium 288)

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