Desde el cerro vienen bajando

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Espectáculos

Página 2/Sección 4/LA NACION

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Martes 14 de agosto de 2007

Mariano Díaz

Movida folklórica: los sonidos regionales en la gran ciudad

El espíritu del rock y las formas del jazz Hoy y mañana, en Notorious

Desde el cerro vienen bajando

El cantor Tomás Lipán trae un repertorio de autores jujeños olvidados

Tomás Lipán, Fortunato Ramos y las Hermanas Cari, puro sentimiento quebradeño Por Gabriel Plaza De la Redacción de LA NACION “Hace unos años recuerdo que el lugareño no quería ser coya. Después de la declaración de la Quebrada de Humahuaca, como Patrimonio de la Humanidad, ser coya está de moda”, dice Fortunato Ramos (acordeonista, erquenchero y escritor humahuaqueño) con cierta alegría y también un dejo de ironía. Es cierto, la declaración de la Unesco, para bien o para mal, transformó la vida cotidiana de la región, generó un boom inmobiliario incontrolable y, también, despertó un nuevo interés por la música de Jujuy. En 2003, en plena declaración del Patrimonio de la Humanidad también nació el proyecto Quebradeños, que primero fue un disco con todos los artistas más importantes de la región, y después se transformó en un espectáculo, que reunió a un auténtico dream team de la música jujeña, formado actualmente por Tomás Lipán, Fortunato Ramos y las Hermanas Cari, que vendrán a presentarse en dos funciones al ND/Ateneo. “Nosotros con Tomás y con las Cari pensamos que esta presentación de Quebradeños es una muestra sobre la vida de la gente de la Quebrada de Humahuaca, cuenta Fortunato Ramos. Las Cari y yo hemos nacido en Humahuaca, así como Lipán en Purmamarca, y qué mejor que quienes hemos vivido para mostrar lo que cantan, lo que tocan, lo que escriben y lo que sienten los lugareños”, apunta este músico y maestro de la región, que reconoce a Jaime Torres, como uno de los pilares de esta proyección de la cultura norteña. El espectáculo busca transmitir la cultura quebradeña a través de canciones y ritmos que representan los diferentes momentos de la vida en ese cordón de pueblos que van desde Volcán hasta Humahuaca: el tiempo de las fiestas patronales, con las sikureadas; el agradecimiento a la Pachamama (madre tierra), con las coplas, y la festividad de los carnavales, con los carnavalitos y anateadas.

“Buscamos hacer lo más representativo de la región –cuenta Lipán, artista purmamarqueño, con esa voz profunda que lo transformó en un ícono de su pueblo–. De alguna manera, es mostrar toda la música de la quebrada con todo el respeto y admiración por las cosas que heredamos de nuestros mayores, y también rescatando composiciones de la región

“Quebradeños es una muestra de lo que cantan, viven, escriben y sienten los lugareños”, adelanta Fortunato Ramos. muy poco interpretadas, que se inspiran en ese paisaje y en la forma de vida de la gente. Está la música, el canto y la danza y el humor espontáneo de las comadres.” Tomás Lipán no puede disimular la sonrisa cuando se acuerda de las Hermanas Cari, la joyita de este espectáculo, conocidas por acompañar

Fotunato Ramos con el típico sonido del acordeón criollo

durante años a Jaime Torres, por subirse a un escenario con Divididos, o por poner en aprietos a los políticos con sus comentarios ácidos y humorísticos sobre la realidad. “El otro día las llamé para este espectáculo y me pidieron varios días de ensayo, porque querían perfeccionar el baile del caño”, se ríe con ganas Lipán. Ellas, más allá de ese vodevil humorístico de comadritas que realizan en escena, son también las que llevan al escenario el canto con caja tradicional y cuentan los rituales ancestrales como el culto a la Pachamama, que se celebra durante todo agosto en la Quebrada. “Las Cari son una escuela de cultura y son las encargadas de representar lo que significa para nosotros la celebración de la Pachamama. Este tiempo es especial, porque la Pachamama es nuestra madre tierra, la que nos da de comer todo el año, y después nos cobija en su seno. Por eso, le ofrendamos nuestra comida y bebida. Somos hijos de la tierra y es lógico que una vez vueltos a la tierra vamos a necesitar esa gotita de vino que nos gustaba antes, la quinoa, la coca que nos gustaba coquear. Todo eso tiene

un sentido filosófico y bastante lógico en nuestro pueblo”, cuenta Fortunato Ramos, conocido por su participación en la película de Miguel Pereira, La deuda interna. El espectáculo será una forma también de adelantar el tiempo de carnaval. Fortunato cuenta: “Participo en los carnavales de la Quebrada desde los 13 años, saliendo en las comparsas del pueblo, Mina El Aguilar, o Abrapampa, y esas cosas que he vivido tanto en la Quebrada como en la Puna es lo que intento transmitir con mi acordeón, mi erquencho y mis poemas”. Además de músico, el maestro humahuaqueño acaba de editar su quinto libro, Personajes de la quebrada de Humahuaca, con crónicas sobre historias de la zona, que será presentado pasado mañana, a las 21, en la Casa de Jujuy, en Buenos Aires. “Toco el erque, el acordeón a piano y escribo, y para mí la escritura es la más profunda de mis expresiones. Son

testimonios tanto vividos en mi pueblo como en las escuelas rurales en las que estuve como docente hace muchos años. Muchas son experiencias que viví saliendo de Humahuaca a pueblos a 5000 metros de altura donde los hombres viven castigados por el paisaje, pero viven bien: tienen sus animalitos, sus choclitos y sus papitas.” Tomás Lipán también está entusiasmado con otro proyecto, paralelo a Quebradeños, que es el disco de la banda de sikuris que su padre fundó en 1957 y que todavía sigue sonando en las fiestas patronales. “Es un viejo proyecto que busca rescatar todas las melodías de las bandas de sikuris de mi pueblo, una banda que fundó mi papá, que se oficializó el 30 de agosto de ese año, día de Santa Rosa, patrona de Purmamarca. Quería que esas melodías que tocábamos de chicos con mi hermano Dominguito y mi padre perduren con el tiempo. Así que grabé un disco en el estudio de Tilcara con las marchas, dianas y algunas piezas oratorias, que se tocaban tradicionalmente en las fiestas religiosas para que los chicos que son sikureros no las olviden.” –¿Qué importancia le das al sikurero en tu cultura? –Ser sikurero es un privilegio. Por eso, en las procesiones más grandes a Punta Corral se llegan a juntar tres mil sikureros. Además es uno de los pocos instrumentos comunitarios, porque está partido en dos. Uno solo no lo puede tocar. Entonces, se comparte el sentimiento y el corazón tocando una misma melodía. Cuando una banda de sikuris toca, es un solo corazón tocando, una sola boca soplando. PARA AGENDAR

■ Quebradeños, Tomás Lipán, Fortunato Ramos y las Hermanas Cari.

Los sonidos jujeños que pusieron de pie a la Próspero Molina, en Cosquín de 2007

ND/Ateneo, Paraguay 918. Sábado 18 y domingo 19, a las 21. Desde $ 15.

Crecer a través del jazz es difícil, mucho más cuando se vive en el exterior. El caso de Mariano Díaz es uno de esos ejemplos de perseverancia y calidad que dieron sus frutos. Con quince años en España, este pianista forma parte de la primera línea del jazz ibérico, con participaciones en los grupos del saxofonista Perico Sambeat y del guitarrista Gerardo Núñez, por ejemplo. Su visita a Buenos Aires tiene un propósito concreto: en unos días entrará a grabar su disco para el sello S’Jazz, con un interesante plantel de artistas, entre los que se destacan Javier Malosetti, Juan Cruz de Urquiza, Oscar Giunta, Mariano Otero, Lito Epumer y Gustavo García. Hoy y mañana, Díaz se presentará, a las 21.30, en Notorious, Callao 966, en cuarteto con Urquiza en trompeta, Otero en contrabajo y Giunta en batería en busca de “ablandar” la música para la grabación. Una excelente oportunidad para reencontrarnos con uno de los pianistas de jazz más interesantes de estos tiempos. “La música que presentaré en Buenos Aires tiene bastante de rock y de pop, aunque desde una tónica absolutamente jazzística. Hay arreglos y mucha improvisación, pero la esencia tiene mucho que ver con el espíritu del pop y del rock”, afirmó el músico, durante la entrevista con LA NACION. Según el artista, los temas son una continuación de su anterior disco Plan B. “Hay temas como «Ringo», dedicado a Ringo Starr, y «Serú», dedicado a Serú Girán, que muestran esa suerte de fusión entre el espíritu del rock y las formas jazzísticas de interpretación”, estimó Díaz, que viene de presentarse junto al grupo del guitarrista flamenco Gerardo Núñez con la Sinfónica de Chicago. La entrevista pasó a girar en torno de sus actividades. “Lo de Chicago fue muy fuerte, pues acompañé a Núñez en su cuarteto (guitarra, cajón, contrabajo y piano) con la bailaora Carmen Cortés y Jesús Méndez en cante. Este chico tiene sólo 20 años y se paró con una autoridad delante de la sinfónica que daba miedo”, contó el músico. Respecto de sus trabajos, Díaz mantiene tres grupos: uno con Perico Sambeat, Javier Colina y Marc Miralta; otro, en trío con Colina y Guillermo McGill, y el restante con McGill, Carlos Barreto y Gustavo García. “Son propuestas bien diferentes, aunque todas jazzísticas. Con los cuartetos, la música suena muy abierta. Ambos grupos plantean así la propuesta; en cambio con el trío, nos volvemos intimistas. Casi diría que tocamos para nosotros”, expresó Díaz. Vuelve sobre su música, casi toda compuesta el año último y que refleja un proceso de madurez que lo acercó a sus raíces. “Crecí escuchando rock, aunque mi vocabulario sea el del jazz. Intento juntar la articulación del género, rica en matices, con la fuerza del rock y del pop. Creo en ese camino”, señaló. Ensayos y reuniones con colegas lo tienen al pianista en una especie de franco reencuentro. Los ensayos con Urquiza, Otero y Giunta no pueden ser más auspiciosos. “Me siento muy cómodo con ellos; además son permanentes los aportes que vienen de su lado y que mejoran vuelta a vuelta los temas. Es un lujo poder encontrarme con este nivel de músicos”, concluyó Díaz.

César Pradines PARA AGENDAR

Canciones con tonada cuyana

El creador mendocino Pocho Sosa

Jorge Viñas y Pocho Sosa presentan juntos un espectáculo Por Mauro Apicella De la Redacción de LA NACION Entre cuecas y tonadas, como dice el nombre del espectáculo que se presentará el próximo fin de semana en el teatro ND/Ateneo; pero también entre valses criollos y gatos, o tal vez algún cogollo. Porque quienes estarán presentes sobre ese escenario, además de Grupo Puntano, son los cantores Jorge Viñas y Pocho Sosa, dos referentes de la música mendocina. Y habrá una invitada especial: Mercedes Sosa. Estos cuyanos, como la tucumana Mercedes, crecieron artísticamente con el denominado Nuevo Cancionero. Y quizá se pueda decir que Jorge Viñas y Pocho Sosa pertenecen a una generación intermedia que se ubica entre algunos patriarcas y las nuevas camadas de músicos de Cuyo. Lo de “generación intermedia” habrá que dejarlo de lado por un rato, porque a Viñas no le cae bien. Y lo expresará durante la charla con LA NACION. En cuanto al espectáculo que ofrecerán, asegura que va a ser superior a la presentación que hicieron con Pocho en la última edición del fes-

tival folklórico de Cosquín. “Aquello fue una miscelánea –dice–. Esto va a ser una muestra más clara y evidente y con mejor sonido. En Cosquín no hubo un muestrario como habríamos querido. De todos modos, la presencia de la música cuyana en Cosquín fue algo muy importante. Y también empiezan a sonar vientos de una mayor presencia de nuestra región en Buenos Aires. Por eso hay que sumar lo positivo, como principio sociológico fundamental. A partir de allí, este espectáculo será superior.” Viñas recuerda que cerca de 150 intérpretes argentinos y extranjeros grabaron su obra, incluidos Mercedes Sosa y Los Chalchaleros. “No soy un invento promocional. Se que los diarios argentinos no lo conocen, pero nunca me interesaron las grandes promociones. Simplemente traté de hacer bien mi trabajo.” –¿Qué pasa con la música de PARA AGENDAR

■ Entre cuecas y tonadas. Pocho Sosa, Jorge Viñas y Grupo Puntano. Teatro ND/Ateneo, Paraguay 918. Viernes 17, a las 21. Entradas desde $ 15.

Cuyo, quedó un poco relegada? –Eso ha ocurrido. No hay una diáspora grande y muy evidente de nuestras provincias. Por eso tienen mayor presencia las comunidades que han venido, especialmente del Norte y el litoral, a Buenos Aires. Pero, como dice la letra, “nosotros nos iremos yendo, pero la tonada jamás morirá”. Muchos intérpretes se quedan allá, en Mendoza, San Juan y San Luis; es que los precios de Buenos Aires son difíciles de pagar. Yo tengo casi 40 años acá. Tuve que hacer una tarea titánica para sostenerme, luchar y tener un nombre. Llegué a Buenos Aires y viví durante cinco años en la pieza de una pensión, con mi señora y mi hija. Luego nació mi hijo y alquilé un departamento. Pero esto no ocurre sólo en la vida de los artistas, sino en la de cualquier ser humano. Después, cuando empecé a grabar, las cosas cambiaron. –¿Y no se lo puede considerar de generación intermedia? –Tal vez por la edad y por los tiempos que me han tocado vivir, pero no me siento así. Creo que la música está bien o mal hecha y lo que importa es el producto que manejás. Podés tocar

una cueca o una tonada netamente criolla con una altura que la transforma en atemporal. Por eso no se es más viejo ni intermedio. En cuanto a la composición, a veces compongo cosas muy criollas y sencillas para que se puedan manifestar los que no tienen mucha preparación musical, y también he grabado cosas de Bach, porque tengo la preparación para hacerlo. Yo alguna vez escribí una obra llamada “Mendoza, madre de vendimia” justamente por la gran diferencia que había entre lo tradicional y el Nuevo Cancionero. Había un enfren-

tamiento que no nos conducía a nada. Por eso escribí: “Tengo una tonada nueva, tengo una tonada vieja/ Se pelean por ser bellas porque me hablan de mi tierra”. –¿No existe hoy una nueva camada de músicos de Cuyo? –Hay generaciones que se han perdido por falta de estímulo. No pretendo que sea comercial, porque para eso hay caminos que tienen que ver con lo cuantitativo, pero sí que quienes están en los estamentos culturales tiendan a preservar a esta gente. –¿Y qué más se necesita? –Necesitamos más presencia en Buenos Aires, son pocos los que perseveran. No pretendo que sufran, sólo digo que, lamentablemente, eso me tocó vivir. Por eso me he sentido orgulloso. Y siempre he mantenido con la música a mi familia. Cuando el trabajo es serio la gente te sigue. Así se va generando la fuerza para continuar. Hoy, los que están en el folklore, en cualquier parte del país saben quién es Jorge Viñas.

■ Mariano Díaz Cuarteto. Con Juan Cruz de Urquiza, Mariano Otero y Oscar Giunta. Notorious Callao 966; hoy y mañana, a las 21.30, Entrada: $ 15.

Música popular La mano larga de Bush alcanzó a Pearl Jam ■ El cantante de Pearl Jam, Eddie Vedder, cambió la letra de “Another Brick In The Wall” para criticar con nombre y apellido al presidente norteamericano George Bush Jr. y fue censurado por la empresa AT&T, que transmitió el concierto a través de Internet. La banda de Seattle fue una de las atracciones de la última edición del festival Lollapalooza, una especie de circo itinerante del rock alternativo, y durante una versión de su tema “Daughter” incluyeron fragmentos de la canción de Pink Floyd, con la letra cambiada: “George Bush, leave this world alone” (“deja en paz a este mundo” y “George Bush, find yourself another home” (“buscate otra casa”), cantó Vedder, pero esos pasajes fueron eliminados por AT&T, al igual que el segmento en que el cantante invitó al escenario a un veterano de guerra en Irak.