Debate sobre Eutanasia

El avance de la tecnología médica ha producido el fenómeno de que la mayoría de las muertes ocu- rran en una institución, donde la vida es prolonga-.
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Cátedra de

Bioética

Licenciatura en Kinesiología & Fisiatría

Debate sobre Eutanasia Fragmento de Tesis de Maestría “Morir con Dignidad”-2001 Daniel de Michele Las sociedades modernas, especialmente las que ya se ha asegurado un razonable bienestar para vivir, han comenzado a debatir abiertamente la necesidad de procurarse una muerte digna. La controversia generada por la idea de la muerte digna traída hoy a la superficie, aparece como una opción más reflexiva y centrada en las decisiones del individuo, frente a la tecnificación médica de la muerte. La práctica oculta de la eutanasia en el ámbito de cuidado y asistencia de pacientes terminales, habitualmente está centrada en decisiones de personas que no han conocido a quien se halla al fin de su vida Las decisiones al fin de la vida se han transformado en un capitulo cada vez mas extenso de la Bioética, debido a que con mayor frecuencia la gente aboga por lo que considera es uno de los derechos humanos: Morir con Dignidad. El avance de la tecnología médica ha producido el fenómeno de que la mayoría de las muertes ocurran en una institución, donde la vida es prolongada artificialmente por un buen tiempo. Esta tenden-

decisiones por el paciente, cuando éste no puede hacerlo o comunicarlo. Estas decisiones han dejado de ser privadas o reducidas al núcleo familiar, y han quedado a cargo de un grupo cambiante de médicos. enfermeros, técnicos y otras personas que no conocen el estilo de vida del paciente, ni cual sería su decisión en una situación crítica, como la que atraviesa. El envejecimiento social, fenómeno global, ha prolongado el proceso de la senilidad, lo cual trae consigo un aumento de las enfermedades crónicas, las demencias, el Alzheimer, y otras enfermedades degenerativas La gente común teme al deterioro que estos síndromes producen y algunos, antes de las desestructuración de su personalidad prefieren terminar con su vida La medicalización de la vida y la tecnificación del proceso del morir, junto a la conciencia del público sobre la futilidad de ciertos tratamientos han movido al centro de la escena el tema del Morir con Dignidad. La tendencia cultural de la medicina de subestimar la autodeterminación de los pacientes y el perfil economicista de la práctica profesional e institucional de los cuidados críticos han ubicado al problema de la muerte digna en un espacio entre pacientes, familia y la sociedad De allí que algunos autores consideren que “la solicitud de un paciente terminal, jamás debería considerarse un asunto superfluo” En este trabajo, cada vez que se menciona el término “Morir con Dignidad”, tal lo define el Glosario incluido, nos estamos refiriendo únicamente a adultos competentes con enfermedad terminal, con el alcance que Maglio le da al concepto, esto es morir: -Sin dolor -En estado de lucidez -Rodeado de los afectos

I Antropología de la Muerte cia, ha institucionalizado y tecnificado la muerte. Es medio de estas circunstancias, alguien toma Bioetica

Maglio en “Muerte y Eutanasia” refiere que la conducta de la especie humana de enterrar sus muertos, aparece en el paleolítico superior, con Homo Sapiens hace unos 35.000 años.

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Desde entonces, la muerte no será un hecho individual, será un hecho social. La segunda característica antropológica de la especie humana es la de enterrar sus muertos en posición fetal, rito de pasaje en espera de una segunda vida que da sentido a la existencia; la trascendencia”

imperial sustentaron su legitimidad Si puedo escoger entre una muerte de tortura o una simple y fácil, ¿por qué no debería escoger la segunda? Como elijo en que barco navegar y en que casa vivir, elegiré la muerte por la cual abandonaré la vida, escribía Séneca, ensalzando el último acto de una persona libre a - La mirada del catolicismo

En el neolítico (4000-9000 años AC), el hombre descubre la semilla y como cultivarla, lo cual servirá para su alimentación y subsistencia y comprende que: “…la muerte es una necesidad existencial para el proceso de la vida, y no solo y su fin” “La trascendencia como entorno circular vida-muerte aparece en todas las religiones, en todas las culturas” (Maglio, F)

II El suicidio y el suicidio asistido Algunas civilizaciones, han creído que el corolario de una vida digna, debería ser una muerte digna. Sin embargo, la mirada de las religiones es otra. Uno de los pocos puntos de contacto entre las religiones cristiana, judía e islámica es la condena del suicidio. Aun antes de Moisés, Jesús y Mahoma, de aceptaba la inviolabilidad de la vida. Los romanos, sin embargo – hasta el advenimiento del catolicismo – veían al suicidio como una opción racional y honrosa en ciertas situaciones. Las ideas de los estoicos y la influencia de la ética Bioetica

Especialmente desde San Agustín (? – 604), el suicidio fue considerado como un pecado. Los rituales cristianos tras la muerte, quedaron vedados para los suicidas por imperio de las normas emanadas de los primeros concilios católicos. En el medioevo, la Iglesia profundizó estas ideas, confiscando las propiedades del suicida. Tomas de Aquino (1225-1274), principal exponente de la filosofía escolástica, afirmó: cualquier forma de suicidio es condenable” porque; viola los deseos naturales de las personas por vivir daña a otras personas, y especialmente la vida es un don divino, y solo Dios puede tomarla El la Carta Encíclica “Evangelium Vitae” dada en Roma, que Juan Pablo II envía a obispos y religiosos y a “toda la gente de buena voluntad” define desde la visión del catolicismo el valor y la inviolabilidad de la vida humana. La Biblia dice: “Caín se levantó contra su hermano Adán matándolo”

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Allí los católicos ubican la raíz de la violencia contra la vida, y desde ese lugar defienden su inviolabilidad La mirada de Oriente Las culturas orientales de algunos países honran cierto tipo de suicidio.

Los japoneses respetan el harakiri, como compensación de una persona por errores vergonzantes o el incumplimiento de un deber. En algunas sectas de la sociedad antigua de la India, se llevaba a cabo el sutee, (sati ó mujer virtuosa) ritual en que la viuda debía inmolarse en la pira funeraria de su marido. El sutee fue abolido por los ingleses en el Siglo XIX El Corán reza: “No te quitarás la vida” (Coran 4;29) Mahoma, a su vez dijo: “Cualquiera que se quitara la vida, con un instrumento de hierro será condenado al infierno para siempre” “Cualquiera que se quitara la vida bebiendo veneno, será condenado a beberlo para siempre en el infierno” “Cualquiera que se quitara la vida saltando de una montaña, seguirá cayendo por siempre en las profundidades del infierno” El fundamentalismo islámico ha inducido a sus seguidores a entregar sus vidas sirviendo de bombas humanas a cambio del bienestar intemporal del paraíso. Con la misma fe, durante 1945, los pilotos kamikaze consideraban un honor estrellar sus aviones contra el objetivo enemigo.

c- El suicidio, la Eutanasia y la idea Morir con Dignidad en el Siglo XX Luego de los pueblos latinos y orientales de la antigüedad, los países sajones en el en Siglo XX, han sido quienes mas atención y debate generan sobre la muerte digna y la eutanasia. A la idea de morir con dignidad, en los últimos 20 años, han sumado la figura del suicidio asistido como derecho positivo de los pacientes terminales. En 1935, en Inglaterra se funda la primera Sociedad de Eutanasia del mundo, con la idea de luchar por la sanción de una ley que protegiera los derechos de los adultos sufriendo por enfermedades terminales que solicitaran asistencia para morir. En USA, los primeros grupos pro-eutanasia surgen en 1938, aunque por veinte años, solo lograron pequeña adhesión. El gran público no se plegó al debate sino hasta 1976 cuando se generalizó la discusión sobre el derecho a morir de Karen Ann Quinlan (New Jersey). Allí se agudizo el interés público por opinar sobre la creciente tendencia de la tecnología médica a prolongar la vida de personas en estado vegetativo, por largos períodos.

Karen Ann Quinlan Bioetica

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En 1980 en Escocia, aparece una organización llamada EXIT (hoy VESS o Voluntary Eutanasia Scottish Society) que edita libros pro-eutanasia. En los ´80 Holanda legaliza parcialmente la Eutanasia, cuado la Corte de Rótterdam decide no perseguir penalmente a los médicos que ayudan a morir a sus pacientes bajo ciertas circunstancias. En los ´90, el foco de atención se traslada a USA y Australia, donde se sancionan las primeras leyes provinciales, legalizando el suicido asistido (Oregon y Northern Territory). En el 2001, se informa que la tasa de muertes por suicidio asistido legal en Oregon fue del 0,09%. La propuesta de los defensores de la consigna “Morir con Dignidad”, pasa ahora a ser la sanción de leyes que permitan a los médicos a ayudar a morir a sus pacientes terminales, sin ser perseguidos por ello. En la Argentina, a partir de casos individuales, comienzan a aparecer algunas iniciativas legislativas, vinculadas al tema. En Cámara de Diputados de la Nación se conocieron cuatro proyectos de ley, durante 1996, los que destacan el derecho de los pacientes a rechazar tratamientos. No han prosperado a la fecha.

III ¿Existe el Derecho a Morir con Dignidad? ¿Es un derecho positivo de las personas? ¿Cómo lo garantizan las sociedades que lo reconocen? Evolución de la idea en el Siglo XX A pesar de las críticas sociales que ha recibido, la eutanasia se practica en silencio en muchos lugares del mundo donde se asiste a pacientes terminales. Es por ello que en algunos países se ha bregado por su legalización. Otros autores opinan lo contrario. El ataque mas contundente que ha recibido la practica de la eutanasia, proviene de la posibilidad cierta de que ocurran excesos, entre los cuales sobresale la no consulta a los pacientes o familia, como parece haber ocurrido en Holanda. Estos hechos transforman a la eutanasia, en involuntaria, ilegal y antitética, además de condenable penalmente. Los países que han avanzado en la definición y protección del derecho a morir con dignidad (USA, Australia y Holanda) han generado salvaguardas legales, para evitar los excesos mencionados. El Acta de Oregon “Morir con Dignidad” y el “Acta de los Derechos de los Pacientes Terminales del Northern Territory”, son documentos legislativos en donde el estado define precisamente el alcance del derecho que se reconoce.

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En ambos casos, se trata de extensos y detallados procedimientos que intentan poner al paciente terminal en el centro de la escena.

IV—Terminología utilizada En este trabajo, los términos mencionados abajo, son utilizados con el alcance que en esta sección se describe: MORIR CON DIGNIDAD / MUERTE DIGNA La velocidad del desarrollo tecnológico de la medicina ha vuelto rutinaria al prolongación artificial de la vida en casos terminales. Esto conlleva un sinnúmero de procedimientos invasivos y la tecnificación del proceso de morir. Consideramos con Maglio que una muerte digna es aquella en que : No haya dolor insoportable (se considera que no hay dignidad en el sufrimiento evitable) Haya capacidad para recibir y transmitir afectos Haya lucidez: ya que es el momento mas trascendente de la vida BRINDAR ASISTENCIA PARA MORIR Poner al alcance del paciente terminalmente enfermo que lo solicita, información y medios para poner fin a su vida EUTANASIA Literalmente, buena muerte (eu - thanatos) En la actualidad, el termino Eutanasia ha adquirido un significado mas complejo, incluyendo al suicidio, al suicidio asistido, la auto eutanasia, la ayuda para morir, y en general, procedimientos que permitan el objetivo defendido por los impulsores del Derecho a Morir Dignamente. EUTANASIA PASIVA Facilitación de la muerte de una persona mediante retiro de los equipos sostenedores de la vida, detención de los procedimientos médicos, medicamentos, retiro de alimentación, agua, etc. EUTANASIA ACTIVA Acelerar o causar directamente la muerte de una persona a través de procedimientos EUTANASIA ACTIVA INVOLUNTARIA Lo mismo que lo anterior, pero sin el consentimiento del paciente SUICIDIO ASISTIDO Información y medios puestos a disposición del paciente terminal por otra persona y por solicitud

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expresa de la persona que muere, con el fin de poner fin a su sufrimiento. SUICIDIO ASISTIDO POR UN MEDICO Información y medios puestos a disposición del paciente terminal por un medico, para que aquel termine con su propia vida. DOBLE EFECTO Utilizar grandes cantidades de opioides para aliviar el dolor, reconociendo que al mismo tiempo pueden acortar la vida DIRECTIVAS POR ADELANTADO Nombre legal para englobar los documentos generados por el paciente en relación con al Eutanasia Voluntaria Pasiva (Living Wills. Poder Legal para decisiones de tratamientos o de evitar los mismos) DNR:(Do Not Resucitate) Prescripción colocada en la historia clínica, indicando no resucitación en caso de paro cardiaco. LIVING WILLS O TESTAMENTO VITAL Documento en donde una persona, por adelantado y en estado de salud, declara hasta donde permitirá que se extienda el tratamiento médico, si se presentaran situaciones donde esté impedido de tomar decisiones. MCD Morir con dignidad PODER LEGAL PARA DECISIONES DE SALUD Una directiva por adelantado por la cual una persona designa a otra persona para tomar las decisiones del cuidado de la salud, cuando la primera no pueda hacerlo, por grave enfermedad que amenaza la vida. PODER DE CUIDADO DE LA SALUD La suma de los dos documentos anteriores ESTAR TERMINALMENTE ENFERMO Tener una enfermedad incurable o irreversible, con alta posibilidad de causar la muerte dentro de un tiempo relativamente corto (menos de un año) con o sin tratamiento ENFERMEDAD TERMINAL Síndrome irreversible e incurable, la que ha sido confirmada y que producirá la muerte dentro de los seis meses, a juicio medico razonable y con 2da opinión Bioetica

DISCUSION El hallazgo más importante sobre el tema en análisis en nuestra investigación, fue que cerca del 60% de la población adulta entrevistada consideró adecuada la idea de solicitar ayuda para morir, en caso de estar en trance de enfermedad terminal. En la franja etaria entre 50 y 60 años, la respuesta positiva alcanzo al 63%. Estudios previos de investigadores de USA, quienes condujeron una encuesta de similares características (Boston Globe y la Escuela de Salud Pública de Harvard), sobre una muestra de 1004 adultos, hallaron que el 52% “consideraría la alternativa de poner término a su vida si tuvieran una enfermedad sin esperanza de recuperación” Otras investigaciones, también coinciden con nuestros resultados.El alto porcentaje de encuestados con creencias religiosas, (mas del 75%) no refleja mas que el perfil de fe de nuestro país. El predomino de católicos dentro de los que respondieron afirmativamente, es una consecuencia esperada de que entre la población encuestada hay un 80% de personas que profesan esa religión. Entre las personas que acuerdan con esta opción, se hallan individuos de todos los grupos etarios, ocupaciones y diferentes niveles de educación, lo cual puede ser un indicador de toma de conciencia por parte del público sobre el problema. En nuestro estudio, un elevado porcentaje (80%) de individuos, eligen como sitio para morir, su propio hogar, su lecho. Este hallazgo, podría interpretarse como un desacuerdo del público con la tendencia del sistema asistencial a institucionalizar la muerte, definido por el hecho de que el 75% de las defunciones ocurren en una institución médica. El deseo de morir en el hogar corroborado en nuestra serie, es un dato comunicado fuera de nuestro país por muchos otros investigadores en los últimos años. Estos resultados obtenidos parecen una crítica silente de la población a la medicalización, institucionalización y tecnificación de la muerte. Luna, lo sintetiza con justeza cuando interpretando las representaciones de la población general afirma; -“Hay un visceral temor ante la muerte; una muerte indigna, desfigurada por intervenciones y aparatos, una muerte con dolor o sedada hasta la inconciencia” Casi dos tercios de la población en nuestro estudio, entiende que una muerte digna, es aquella sin dolor ni sufrimiento, tal lo expresa Maglio 11 y es abordada en nuestro marco teórico. Es interesante remarcar que en Holanda (primer

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país del mundo que legalizo la eutanasia) hace mas de quince años, el Parlamento en consonancia con la Asociación Medica Holandesa y el Ministerio de Justicia, enmendó su Burial Act (certificados de defunción), dando status legal a la eutanasia en pacientes terminales con dolor intolerable y solicitud voluntaria de ayuda de un medico para morir. Luego, la Corte de Holanda y la Asociación Médica Holandesa, extienden mas allá el concepto inicial de “dolor intolerable”, no limitándolo al dolor físico, sino también incluyendo la “potencial desfiguración de la personalidad” En 1993, la Corte de Apelaciones de Leeuwarden confirma este fallo, introduciendo el concepto de que “la fuente del sufrimiento es irrelevante”, aunque recomienda excluir la depresión, en ausencia de fundamento somático para el dolor. Una elevada proporción de la población general, en nuestro estudio opina que debería existir el derecho a solicitar asistencia para morir a los pacientes terminales (80%), y aparece también un alto porcentaje de individuos que opinan que dicha asistencia debería legalizarse. Entre las personas que acuerdan con este criterio se hallan individuos de todos los grupos de edad, ocupaciones y diversos niveles de educación. Este hallazgo coincide con el de Bachman (Michigan-USA) quien condujo un estudio similar al nuestro diez años atrás. Cerca del 90% de los miembros del equipo de salud considera que debería considerarse al Morir con Dignidad como un derecho de los pacientes terminales. Hallazgos similares han sido comunicados por investigadores del estado de Oregon en USA, donde el movimiento de muerte digna comenzó con sus consignas de legalización del suicidio asistido en los ´90. Este trabajo histórico realizado en Oregon, enroló a 2700 médicos que asistían a pacientes terminales. Emmanuel publica en 1996, un estudio en que catalogó la opinión de 355 oncólogos con respecto a la asistencia para morir, obteniendo resultados similares a los nuestros. En nuestro estudio, las enfermeras mostraron en un 87%, coincidencia con la idea de morir con dignidad, irrespectivamente de grupo etario o creencias religiosas. En otras latitudes, el juicio de las enfermeras parece diferir cuando están institucionalizadas o cuando opinan individualmente. La American Nurses Association, informa que “las enfermeras no deberían participar en el suicidio asistido”, desde que Bioetica

individual y colectivamente tienen la obligación de brindar cuidados al fin de la vida, como adecuado control del dolor, respeto de las órdenes DNR (no resucitación en caso de paro cardiaco) y supresión de hidratación/nutrición solo en circunstancias limitadas. Por otro lado, Asch reporta opiniones de 1139 enfermeras (852 trabajando exclusivamente en cuidados críticos) y describe un 16% de involucradas en prácticas de eutanasia y un 4% en eutanasia activa. Coincidentemente con estos reportes de otros países, en nuestra serie, las enfermeras (como los médicos), reconocen haber recibido solicitudes de pacientes terminales para poner fin a su vida. Más recientemente, otros autores destacan el involucramiento de las enfermeras en el distintas fases del proceso de la eutanasia. En Australia, un estudio dirigido a revelar la actitud de las enfermeras hacia el manejo del fin de la vida revela que casi la mitad de las incluidas en el estudio (47%) había recibido solicitudes de acortar la vida a través de supresión de tratamientos paliativos, y un tercio de ellas, solicitud de eutanasia activa. El dolor inaliviable y persistente fue la razón mas invocada en tales requerimientos. Los holandeses informan que las causas mas comunes por las cuales sus pacientes solicitan ayuda para morir dignamente fueron; dolor insoportable, dependencia de otros, y “cansancio de la vida” 36 Este hallazgo, es idéntico al de nuestro estudio, en el que las enfermeras reconocen que la causa mas frecuente por la cual los pacientes piden terminar con su vida, es el dolor insoportable. Los trabajadores sociales, representaron una muy pequeña proporción del equipo de salud en nuestro estudio. Institucionalmente en otros países (Canadá), piensan que asistir a un paciente para que ponga fin a su vida es antiético. En nuestra serie, mayoritariamente (64%) en el equipo de salud predomina la idea de que es un “acto humano” facilitar información y medios para que un paciente terminal, mentalmente competente, pueda concluir con su vida en una forma digna. Un 17% cree que se trata de un acto ilegal, mientras una minoría piensa que se trata de una violación de principios religiosos. En el análisis de los aspectos legales del morir con dignidad, el 70% de los nuestros entrevistados del equipo de salud opina que debería establecerse normas para la supresión de tratamientos sostenedores de la vida en pacientes con enfermedad incurable, terminal e irreversible y el 81% prefiere que la asistencia para morir, sea objeto de legislación específica.

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Stevens informa opiniones similares de las enfermeras en su estudio. Este hallazgo coincide con la opinión de profesionales encuestados en USA (estado de Washington), los que en un estudio de 939 médicos, el 54% opinó que la asistencia para morir debería legalizarse bajo ciertas circunstancias. Algunos autores informan que los médicos prefieren la legalización a la práctica oculta de la eutanasia, sin embargo Cuttini et al., (2004) recoge opiniones dispares en un estudio multicéntrico que involucra a 1391 médicos y 3410 enfermeras, de Holanda, Suecia, Hungría y Países Bálticos, aunque su estudio se limito a casos de neonatología. La practica de la resucitación tras el paro cardiaco, se ha generalizado, y en algunos países se requiere una orden especial para no hacerla (DNR) con el consentimiento del paciente, familiar o representante desde 1990. Coincidentemente, en nuestro estudio, más de la mitad de los miembros del equipo de salud, entendieron que en trance de enfermedad terminal, aceptarían solicitudes DNR, y utilizarían grandes dosis de opioides para el dolor, aun a riesgo de presentación del doble efecto. A su vez el 78% de nuestra población, admite el valor de un documento del tipo del Living Wills para la toma de decisiones médicas al fin de la vida. Recientemente, varios autores reportan hallazgos similares en el equipo de salud - - y otros, llaman a reflexionar sobre los living wills en situaciones especiales. La cuidadosa determinación de la competencia mental del paciente terminal, ha sido destacada por varios autores en la literatura médica, desde que se han registrado solicitudes de ayuda para morir en portadores de demencia. La depresión, a su vez, puede disminuir la capacidad de apreciar los beneficios de la vida y magnificar las miserias, pudiendo entorpecer el juicio al tiempo de tomar decisiones al fin de la vida. El concepto hipocrático de aliviar el dolor, es visto en nuestros días, como una obligación positiva del médico, una de las menos discutida –y algunos agregan- y “es dudoso que haya exista otra mas importante”. El impacto en el estado de Oregon (USA) , de la legalización de la ayuda para morir, fue estudiada por Chin et.al, un año después de la vigencia del Acta de los Derechos de los Pacientes Terminales, comprobando que se registraron 23 solicitudes de ayuda para morir. No tenemos registros que nos permitan analizar el número de pacientes terminales que solicitan ayuda Bioetica

para morir en nuestro país, ni sus implicancias éticas y legales. Solo disponemos de unos pocos casos ventilados en la Justicia, y las cuatro iniciativas legislativas de 1996 ya mencionadas, que solo se limitan a proponer protocolos de suspensión de tratamientos.

CONCLUSIONES En los países centrales, el debate ético-legal del Morir con Dignidad se ha instalado en la agenda de las ONG y el gobierno, especialmente en los últimos 15 años, tal se desprende del volumen de publicaciones que hacen eje en el asunto. Este fenómeno se verifica como consecuencia de la tecnificación de la medicina y su capacidad de alargar la vida por medios artificiales, así como por el alargamiento de la esperanza de vida, lo cual da lugar a patologías crónicas, degenerativas e invalidantes. Concomitantemente, ha crecido la concepción de que las personas tienen derecho a una muerte digna, de que este es en verdad, uno de los derechos humanos. En realidad, analizando los resultados de nuestra serie y los reportes de otros autores, se recorta con nitidez una actitud global y continua; los médicos y enfermeros han ayudado a morir a sus pacientes terminales, antes y ahora. La práctica actual de la eutanasia se apoya en un pacto de silencio entre los actores sin ninguna participación de la justicia. Hay muchos ejemplos (no reportados) de médicos que aceptan haberla practicado con pacientes terminales en trance de muerte. En nuestro país - a pesar de que casi no se detecta el accionar de ciudadanos u ONGs bregando por el acceso a este derecho - las personas involucradas en este estudio exploratorio, parecen interesarse en el tema de la muerte digna. Sorprendentemente, a pesar de nuestra raíz latina, frente al hecho trascendente de la muerte, las coincidencias en el conocimiento, actitudes y opiniones sobre la muerte digna de nuestra serie (población general y equipo de salud) se superponen casi completamente con las de los autores sajones. El hallazgo mas destacable en nuestra serie, es que la población y especialmente el equipo de salud, reconoce que la asistencia para morir debería tener un lugar definido en el capitulo de los cuidados paliativos de pacientes terminales. - Nuestra población adulta entrevistada considera que la ayuda medica para morir con dignidad en pacientes terminales, es un acto de buena praxis, que debería ser legalizado.

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-Buena parte de enfermeras y en menor proporción los médicos reconocen haber recibido solicitudes de ayuda para morir de pacientes terminales - El factor común en estas solicitudes es el dolor inaliviable. - Como en los países sajones, la mayoría de los entrevistados opina que debería existir un documento del tipo de los living wills. - La legalización de la Asistencia para Morir y los living wills son considerados éticos por la mayoría de la población entrevistada y por el equipo de salud. El público, los legisladores, jueces y cortes de los países que desarrollan debate sobre Morir con Dignidad, acuerdan con que efectivamente existe el derecho a poner fin a la propia vida, siempre que se trate de una persona mentalmente competente en estado terminal. Las dificultades surgen cuando otra persona asiste al suicida, pasiva o activamente, apareciendo así las figuras del Suicidio Asistido y Eutanasia. El deseo de un médico de asistir en la muerte a su paciente, depende así demasiado de su actitud ante el riesgo legal, y muy poco de la naturaleza de la demanda de su paciente. Probablemente estas opciones extraordinarias para los pacientes terminales, deberían acompañarse por regulaciones que minimicen el riesgo de abuso con poblaciones vulnerables, así como preservar la integridad del médico.

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