Debate cultural

22 may. 2010 - do Brizuela, el autor del libro; Liliana. Bodoc, la presentadora, y Lidia Borda, que amenizó la velada con sus cancio- nes. Elogiosa se mostró ...
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POR EL MUNDO

Debate cultural

GRITOS Y SUSURROS

POR JOSÉ MIGUEL ONAINDIA

De qué habla la gente de la cultura cuando casi nadie la escucha

Para La Nacion

L

Pablo Zunino y Jorge Luz

Leopoldo Brizuela MAURO ROLL

INVITADO ESPECIAL. Jorge Luz participó en una emisión especial del programa La ronda de los teatros, el noticiero radial del Complejo Teatral de Buenos Aires, que se grabó en vivo en el hall del San Martín y se emitió el sábado pasado. Entrevistado por Pablo Zunino, conductor del ciclo, el actor se lució con sus anécdotas e hizo reír al público con imitaciones de figuras como Lola Membrives. En el comienzo se proyectó, en una pantalla grande, un film con imágenes de su carrera realizado por Clara Zapettini y Claudio Segovia. Antes de presentarlo, Zunino dedicó el programa a Kive Staiff, que presenció la grabación desde la cafetería. Allí también se ubicaron Andrea Bonelli e Ignacio Gadano, que no pararon de sacar fotos durante la entrevista. El humorista contó que su apellido original era Da Luz y que se lo acortó siguiendo los pasos de su hermana Aída, que quería evitar la connotación “dar a luz”. Al recordar su etapa como integrante del grupo “Los cinco grandes del buen humor”, rescató una anécdota de los inicios: “Un teatro del interior en el que actuábamos era de dos hermanos que se odiaban. Uno siempre le boicoteaba los espectáculos al otro. Una noche que teníamos función, llegamos a la sala y no había público. Era porque el hermano boicoteador había organizado esa noche un baile gratis para todo el pueblo”, dijo con picardía y provocó las carcajadas de los oyentes. Sobre el final, imitó a los actores que se emocionan cuando reciben un premio y dan largos discursos entre sollozos. Para que la escena fuera completa, Zunino le alcanzó un trofeo y Luz lo agradeció como si fuera realmente para él. Cuando el periodista le aclaró que era de utilería, Luz remató: “La risa del público es el mejor reconocimiento”.

INAUGURACIÓN. Estuvo muy concurrida la apertura de la muestra Lo Indecible II, de la psicoanalista y artista plástica Diana Chorne, en el Museo Eduardo Sívori. Chorne llegó acompañada de su esposo José Nun, ex secretario de Cultura de la Nación. Mientras “Pepe” Nun ofrecía masitas a los presentes, entre las casi 40 obras –pinturas y esculturas– se mezclaban en el hall del museo funcionarios, intelectuales y artistas plásticos consagrados con psicoanalistas y con los clásicos deportistas de fin semana que corren alrededor del lago de Palermo. Pudo verse, entre otros, a Alberto Petrina, director nacional de Patrimonio y Museos; Liliana Piñeiro, directora ejecutiva de la Casa del Bicentenario; María Isabel de Larrañaga, directora del Museo Sívori; los pintores Jorge Abot, Ana Eckell, Carolina Cerverizzo, Berta Roth, Ana Candiotti, Cristina Dartiguelongue, Marta Pérez Temperley y el diseñador y artista gráfico Juan Lo Bianco. Los temas de conversación giraron en torno al Bicentenario, las técnicas y los estilos empleados en la muestra y se oían, recurrentes, términos psicoanalíticos como “simbólico”, “real” e “imaginario”. Todos coincidieron en que esta exposición de Chorne representa “un momento de introspección y madurez en su trayectoria plástica”.

as peripecias de las crisis económicas no impiden que se reflexione y se actúe sobre políticas de Estado. El Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación de España y la Agencia Española de Cooperación, en colaboración con otras entidades internacionales, realizaron un seminario que reunió a representantes de África, Europa y Latinoamérica para debatir y comentar experiencias sobre cultura y desarrollo, tema estratégico para la mejora de la calidad de vida de la comunidad internacional. La ciudad de Girona y su universidad nos recibieron con buenos modos y mal tiempo, y fueron escenario de una concurrencia que honraba la diversidad. La íntima relación entre cultura y desarrollo humano, si bien tiene una formulación teórica y práctica contemporánea que ya produjo un importante número de declaraciones y pactos internacionales, sigue interesando, y el intercambio de reflexiones e información sobre avances concretos es indispensable para que los principios postulados en esas normas internacionales tengan vigencia en los países que los han ratificado. Es el caso argentino, a pesar del olvido. De las múltiples reflexiones vertidas en el encuentro, cabe destacar la advertencia ante el riesgo de caer en una interpretación meramente económica de la cultura, con su consecuente evaluación numérica (tema de la disertación de Ticio Escobar, ministro de Cultura de Paraguay), pues aunque los bienes culturales tienen cuantificación material, no puede prescindirse de su valor simbólico. Tampoco el éxito de una acción puede medirse por las reglas del mercado, pues su importancia no depende sólo del éxito obtenido, sino también de razones extraeconómicas, como la posibilidad de expresar una corriente estética o una forma particular de un grupo minoritario de la comunidad. La diversidad presente en cuerpo y en palabra en el seminario no es un eslogan. Así lo sostuvo la ministra de Cultura de Colombia, Paula Moreno Zapata, al reivindicar la profundidad que conllevan la aceptación de los diferentes grupos de la sociedad y la necesidad del reconocimiento de sus relatos históricos. No todo fue teoría, pues se presentaron “buenas prácticas” de los temas abordados. Se explicó el rol de los derechos culturales en planes de salud sexual y reproductiva en Bolivia y en Mali, y el productor argentino Pablo Rovito, con agudeza y encomiable síntesis, relató la experiencia de Ibermedia, fondo de cooperación iberoamericano para la coproducción y distribución de películas, y destacó las ventajas de una austera estructura administrativa. En un rato de ocio, en esta pequeña ciudad catalana se pudo visitar un didáctico y entrañable Museo del Cine (y lamentar la ausencia de una sede en Buenos Aires). Otro sabor amargo que deja esta rica experiencia: advertir cómo en la Argentina se pierden tantas energías en intrigas pueriles.

© LA NACION

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Liliana Piñeiro y Diana Chorne JUANA GHERSA

*** MÚSICA Y NOVELA. Tres personalidades con iniciales LB se reunieron en una sala colmada para la presentación de Lisboa, un melodrama: Leopoldo Brizuela, el autor del libro; Liliana Bodoc, la presentadora, y Lidia Borda, que amenizó la velada con sus canciones. Elogiosa se mostró Bodoc hacia la nueva novela del escritor platense. Brizuela contó el accidente que había sufrido su padre, maquinista de un barco petrolero de YPF, cuando la nave en la que viajaba explotó. Después de terminar de escribir la historia, el escritor se dio cuenta de que uno de los episodios principales del texto estaba basado en

Qué están leyendo

Gustavo Nielsen Sí, de Thomas Bernhard “La Persa está destinada a habitar un refugio que parece una central eléctrica, sobre un terreno venenoso, pero la construcción conduce a su muerte. En otro libro, Corrección, un cono se alzaba en el baricentro geométrico de un bosque para sanar a su habitante. Tampoco lo lograba. Bernhard es un arquitecto de casas tóxicas.”

GENTILEZA MUSEO SÍVORI

los sucesos de aquella noche angustiante en la que, junto a su madre, recorrió las calles de Ensenada en busca de su padre. Borda cantó “Secretos”, un tango de Enrique Santos Discépolo, y “Extraña forma de vida”, un fado de Amalia Rodrigues, dos canciones que son también elementos importantes de la novela. ***

Sábado 22 de mayo de 2010 | adn | 3