Cuatro glorias de la escena nacional, juntas

19 ago. 2014 - Cárpena, Carreras, Faiad y Montanari, de nuevo en la calle Corrientes. Zulma Faiad cuenta que esta pieza se la propusieron hace seis años y.
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espectáculos | 3

| Martes 19 de agosto de 2014

Cuatro glorias de la escena nacional, juntas

Pepe Cibrián y Ángel Mahler, en concierto

tEatrO. Mujeres de ceniza une intriga y humor en esta pieza centrada en la amistad

SHOWS. En los países donde los autores son convocantes a través de sus obras, en este caso los musicales, es común que ellos realicen espectáculos donde la presencia de ambos creadores atraigan a sus seguidores y a otros por el placer de ver a quienes dieron vida a esos personajes interpretarlos personalmente y en vivo. Se podría hablar de Jerry Herman, o de Andrew Lloyd-Webber o de Stephen Sondheim. Y acá en la Argentina se podría hablar de Pepe Cibrián y Ángel Mahler, autores de tantas obras musicales, muchas de ellas, hitos del teatro musical argentino. Ellos decidieron brindar dos conciertos en donde darán vida a sus temas. Será una velada informal donde Ángel, con su piano, y Pepe, con su voz, interpretarán y recorrerán junto al público este camino. Anécdotas llenarán de humor y únicos recuerdos las melodías y, en definitiva, será una oportunidad única de ver y escuchar a Pepe y a Ángel, acompañados en la primera función por Cecilia Milone y Juan Rodó, y en la segunda por Nacho Mintz y Damián Iglesias, dando vida a las máximas creaciones de sus musicales. Recorrerán obras como Los Borgia, Y al final otra vez, Drácula, El jorobado de París, Las mil y una noches, George Sand, Calígula, La importancia de llamarse Wilde y muchas otras. Además, habrá un anticipo de la próxima obra que producirá el dúo: El hombre de la Mancha, de Dale Wasserman.ß Laura Ventura

Viene de tapa

Zulma Faiad cuenta que esta pieza se la propusieron hace seis años y no pudo interpretarla. Por aquel entonces ocupaba el cargo de directora del Centro Municipal de la Mujer, en Vicente López, y ese trabajo le demandaba mucho tiempo. Pero quería volver a la calle Corrientes: “es mi calle”, dice con orgullo. Y aquí está. Algo similar le sucede a Mercedes Carreras. Quería regresar al centro de la escena porteña, después de desarrollar mucha actividad personal en Mar del Plata, y también se muestra feliz por esta posibilidad. Por su parte, después de diez años de integrar el elenco de Brujas, Nora Cárpena explica que volver a expresar aspectos del mundo femenino y con mujeres es algo que sigue disfrutando. En tanto para Silvia Montanari, Mujeres de ceniza es la posibilidad de retornar al teatro después de mucho tiempo, con muchas expectativas. La pieza cuenta la historia de un grupo de amigas, que se reúnen con la intención de acompañar a una de ellas al conmemorarse un año de la muerte de su esposo. La obra posee humor y una intriga particular. Nada de lo que esperaban encontrar en ese reencuentro, será como ellas lo imaginaban. Faiad define esta trama como “un abanico de sentimientos”. Explica que tiene “gracia, dolor, sentimiento, drama, suspenso, bronca, algunas cosas reprimidas”. En escena ella interpreta a Isabel,

una destacada artista plástica que apuesta a la felicidad, sin lograrlo. “Siempre que acepto un proyecto me propongo disfrutarlo y me gustan los personajes que son diferentes a mí –cuenta quien fue una de las principales vedettes de la historia de la revista porteña–. Esta mujer tiene mi romanticismo, mi intensidad, mi pasión, pero no tiene coherencia. Los seres humanos somos únicos e irrepetibles pero si abrimos el corazón y nos bajamos del ego, podemos entender el sentimiento del otro, la emoción del otro.” El rol de Estela lo tiene Mercedes Carreras. Ella define al personaje como “delicioso”. Dentro de esta historia esa mujer es muy misteriosa. “Me toca aportar una cuota de humor con un personaje que no tiene nada que ver conmigo, pero me gusta mucho componerlo. Estoy contenta. Estoy sobre el escenario, ese ámbito donde el actor es dueño. La vida está llena de momentos. Yo siempre acepto los momentos y éste, en particular, es muy bueno. Además, en esta obra, cada una de nosotras tiene un momento de lucimiento muy importante.” Por su parte, Silvia Montanari aclara que son cuatro mujeres muy intensas y distintas. “Eso y el libreto hacen que el proyecto resulte verdaderamente interesante. Mi personaje, Teresa, es el más lanzado. Ella no piensa cuando actúa y, a veces, se arrepiente de lo que hace o dice. Es loca, es como un barrilete: puede

teatro

Melodrama campero con grandes actores El cOrazón dEl incautO. ★★★★ muy buena. autoras: Patricia Suárez, Sandra Franzen. elenco: Georgina Rey, Mariano Mazzei, Martín Urbaneja. escenografía y luces: Magalí Acha. vestuario: Ma-

rina Apollonio. stage: Victoria Rodríguez Cuberes. asistente de dirección: Moisés Delgado. producción ejecutiva:

Roni Isola. puesta en es-

cena y dirección: sala :

ciones : ción: 75

L

Alejandro Ullúa.

Hasta Trilce, Maza 177. funmartes, a las 20.30.

dura-

minutos.

os laberínticos y misteriosos senderos del amor no siempre conducen a lo sublime y celestial de este sentimiento. El amor también puede ser una tragedia que arrastra al horror. Y es en esta tensión, de apariencia discordante, donde se instala el profundo relato rural de Patricia Suárez y Sandra Franzen. Década del 20 del siglo pasado. Un campo en la inmensidad de la llanura solitaria. Silencios solo interrumpidos por los sonidos ásperos de la naturaleza. Afonías que esconden lo no permitido para la moralidad aceptada. Mutismos que encubren lo indecible en el seno de un matrimonio de inmigrantes italianos que trabaja su tierra en un transcurrir de la vida teñido por una rutina perturbadora. Puertas adentro, algunos códigos se ponen en práctica en el ejercicio del erotismo, la sexualidad y el deseo insatisfecho. Son justamente esos apetitos no saciados los que signan el día a día de esta pareja chúcara, precaria. Ella se aferra al fanatismo camuflado en fe para pedir por una maternidad que no se concreta. Él, se transforma en Ángeles para desarrollar su femineidad en complicidad con la propia esposa, canalizando así una fantasía, un deseo no concretado e intolerable para el afuera. En el medio, un peón enamorado de esa mujer ficticia. Será este lazo inesperado el que romperá esa rutina patológica de acciones repetidas y sentimientos acorazados. Será ese amor del ingenuo el que sembrará el germen de la tragedia acaso inevitable. Teñida por la atmósfera del melodrama, El corazón del incauto trasciende su propio universo para hablar del amor, de sus contradicciones y sobre las consecuencias de la manipulación ejercida en el otro a través de la pasión. La pieza pinta a tres

Mazzei, Rey y Urbaneja seres primarios, en estado salvaje, que se dejan corroer y remolcar hacia una maldición cuyo germen se halla en el silencio y la insatisfacción. Alejandro Ullúa acierta con su puesta y con la marcación actoral que conduce al lucimiento mayúsculo de tres eximios intérpretes. Con inteligencia, el director lleva a sus actores por un camino de austeridad y sutilezas. Georgina Rey, Mariano Mazzei y Martín Urbaneja son tres actores exquisitos que conforman un trío tan sólido como convincente en la creación visceral y profunda de sus personajes sombríos. Georgina Rey compone con loable precisión a esa esposa mística e ilusionada que va in crescendo en su enajenación. Mariano Mazzei alterna entre el marido “convencional” y Ángeles. Su talento le permite pasar, con comodidad, del hombre de campo a esa mujer sutil, alejada de todo estereotipo, en una tarea de desdoblamiento muy acertada. Martín Urbaneja, por su parte, apela a un delicado equilibrio entre el cándido apasionado y el rudo peón de campo con lograda convicción. El diseño de escenografía y luces de la experimentada Magalí Acha dibuja lo austero de la inmensidad campera con los objetos necesarios para convertir el afuera en interior en un doble plano permanente. Los sonidos del entorno y la música seleccionada por el director terminan de completar una pintura por demás acertada. El corazón del incauto regresa sobre un tema trascendental como lo es el amor. Desde la poética del melodrama campero se sumerge en la universalidad de un tópico que bucea sin ingenuidad en lo trágico. Tan trágico como suelen resultar los ostracismos, los deseos no concretados, la sexualidad reprimida y los lazos nacidos en lo patológico. Temas tan hondos que solo resultan categóricos de la mano de notables actuaciones, un texto lúcido y una dirección precisa.ß Pablo Mascareño

Cárpena, Carreras, Faiad y Montanari, de nuevo en la calle Corrientes volar pero la tenés que hacer volver a la tierra”. Clara, es la dueña de casa, la que promueve la reunión. “Y es la que teje una telaraña en la cual van cayendo todas – cuenta Nora Cárpena–. Es una persona que tiene un gran resentimiento y un gran odio. Pero, por otro lado, tiene un gran cariño por esas mujeres. Está tratando de rescatar cosas y le resulta difícil.” Historias delicadas A lo largo de sus carreras estas intérpretes se han cruzado en algún momento, en el cine, en el teatro o en la televisión. Algunas de ellas son amigas entrañables y comparten salidas. Cada una es muy cuidadosa de su mundo particular. Hablan de sus carreras de manera apasionada. Recuerdan a compañeros de trabajo e historias singulares. “¿Por qué digo que mi calle es Corrientes? –pregunta Zulma Faiad–, porque empecé en el Maipo a los 18 años, pero Carlos A. Petit me sacó y me llevó a El Nacional y allí consolidé mi carrera dentro de la revista. He compartido el escenario con gente como Nélida Lobato, Norman Briski, Ubaldo Martínez,

entre tantos otros. Y no he parado. Últimamente estuve haciendo Barbierísima, en gira por el país. Carmen (Barbieri) me invitó a formar parte del espectáculo y ha sido impresionante.” El teatro y la televisión son espacios que Nora Cárpena conoce a la perfección. “No podría decirte exactamente qué ámbito me gusta más, en realidad yo amo la profesión: ser actriz. La televisión me ha dado muchas satisfacciones y adoro ese mundo. Pero fijate que ahora estoy muy interesada también en la radio. Comparto un proyecto de radioteatro con Víctor Agú, en Radio Provincia, Historias en el aire. Soy una actriz muy migreniana y disfruto mucho su lenguaje.” Testimonios fieles “Chicas, miren que soy una de las pocas testigos vivientes de toda una época”. Es Mercedes Carreras que les dice a las espectadoras que todos los domingos por la tarde asisten a El Café de los Angelitos, donde ella repasa aspectos de su historia como actriz, lee poemas y homenajea a algún músico reconocido. “Soy una gran trabajadora”, afirma, quien úl-

PATRICIO PIDAL/AFV

timamente se ha dedicado a escribir y a versionar piezas teatrales. El mundo de Silvia Montanari no es menos atractivo, claro. Aquella muchachita que en su adolescencia estudió en el Conservatorio de música de La Plata, que luego ingresó al mundo televisivo de la mano de Narcizo Ibáñez Menta y que protagonizó éxitos tales como La sombra o Son de Diez, no sólo ha desplegado una importante actividad en la televisión y en el teatro sino, también, en el campo de la docencia. Hoy recuerda con sentida nostalgia sus temporadas con Rodolfo Bebán en el teatro y sigue admirando profundamente a Alejandro Doria con quien trabajó mucho en televisión. Cuatro seres admirables que parecieran homenajearse hoy en el escenario, con una comedia que disfrutan y con la seguridad que conforman un cuarteto que conmoverá a los espectadores.ß

Mujeres de ceniza De S. Marcos y M. Guerra. Picadilly, Corrientes 1524. Miércoles a sábados, a las 20.30, y domingos, a las 20 Localidades, $ 200

Cibrián-Mahler Dos únicas funciones Velma Café, Gorriti 5520. Hoy y el martes 26, a las 21.