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2 may. 2014 - de las Islas Caimán o las Bermudas, los pala- cetes de Mónaco y Luxemburgo, las bóvedas de los bancos suizos. Pensamos en estrellas.
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10 | ADN CULTURA | Viernes 2 de mayo de 2014

Viernes 2 de mayo de 2014 | adn cultura | 11

Los sueños de Catherine Millet

Best sellers

Críticas

ficción

economía

1 Bajo la misma estrella

Corsarios financieros

John Green Nube de Tinta, $ 115 (19)*

El ExtranjEro

2 las tres bodas de manolita Almudena Grandes Tusquets, $ 248 (2)*

3

cincuenta sombras de Grey E. L. James Grijalbo, $ 125 (57)

Escrito con ritmo narrativo, Las islas del tesoro, de Nicholas Shaxson, describe el asombroso funcionamiento del mundo periférico de los “paraísos fiscales”

4 el juego de ripper

Isabel Allende Sudamericana, $ 199 (15)*

5 seducción

Jordi Ellen Malpas Planeta, $ 149 (2)*

no ficción

1 10K

Jorge Lanata Planeta, $ 190 (3)*

2 Usar el cerebro Facundo Manes Planeta/Libros del Zorzal $ 159 (7) *

3 la dueña Miguel Wiñazki, Nicolás Wiñazki Margen Izquierdo, $ 159 (17)*

4 no quiero envejecer Pilar Sordo Planeta, $ 149 (4)*

Las islas del tesoro

5 Ágilmente Estanislao Bachrach Sudamericana, $ 125 (34)*

niCholas shaxson

FCE Trad.: Lilia Mosconi 514 páginas $ 217 Librerías consultadas: Boutique del Libro, Clásica y Moderna, Cúspide, Distal, Santa Fe, Galerna, Vuelo Nocturno, El Ateneo y Yenny (Capital, Gran Buenos Aires e interior); Rubén Libros y Emporio Libros y Revistas (Córdoba) * Semanas en lista

Ana María Vara para La nacion

C

uando hablamos de paraísos fiscales, surgen imágenes de lugares remotos, exóticos y exclusivos: las playas de las Islas Caimán o las Bermudas, los palacetes de Mónaco y Luxemburgo, las bóvedas de los bancos suizos. Pensamos en estrellas de Hollywood o en espías, o narcos, o en dictadores o estafadores de alto vuelo. En fin: sitios y personajes peculiares, anomalías. La gran virtud de Las islas del tesoro. Los paraísos fiscales y los hombres que se robaron el mundo es poner en evidencia que lo que parece singular es, en realidad, general: que la rareza forma parte del sistema. En fin, que los habitantes de las “islas del tesoro” de las que habla el periodista británico Nicholas Shaxson no son piratas sino corsarios: bandidos al servicio de algún reino que recibe buena parte de sus beneficios, mientras se declara incompetente para controlar sus trapisondas.

Hace poco más de una década, la curadora y crítica de arte Catherine Millet provocó una pequeña conmoción entre colegas y lectores cuando salió la vida sexual de Catherine M., volumen autobiográfico en el que hablaba de sus multitudinarias aventuras íntimas. En la misma línea confesional, Millet acaba de publicar Une enfance de rêve. Pero según la reseña de libération, es un “título irónico”. “Casi nada parece haber sido ‘ensueño’ en la niñez, aunque puede leerse también en sentido literal: un ‘sueño’ de infancia que la realidad alimenta sin perturbar.”

“Más de la mitad del comercio mundial pasa, al menos en los papeles, por los paraísos fiscales”, revela Shaxson. La definición que ofrece es amplia, y proviene de su trabajo en la ONG Tax Justice Network: “Lugar que procura atraer negocios ofreciendo instalaciones políticamente estables que ayudan a personas o entidades a eludir reglas, leyes y regulaciones establecidas en otras jurisdicciones”. El fenómeno es de una magnitud que merece no ya la breve corrección de “guarida”, en lugar de “paraíso” –un error de traducción que se arrastra por la confusión entre las palabras “haven” y “heaven”, en inglés– sino una terminología más abarcadora. “Mundo extraterritorial”, dice Shaxson, y lo que describe se parece bastante a una realidad paralela. Son lugares donde no llegan las leyes. No solo los impuestos: tampoco la regulación financiera, la legislación penal o el derecho hereditario. Y donde no se hacen preguntas. El recorrido de una banana por el mundo real y el virtual es un buen ejemplo. El camino de la banana es de por sí bastante simple: la recoge un trabajador al servicio de una transnacional en Honduras, la compra una gran cadena de supermercados, la vende una sucursal de Londres. Pero las ganancias generadas son más elusivas. Shaxson imagina la recomendación de los contadores de la transnacional: la red de ventas podría manejarse desde las islas Caimán y los servicios financieros desde Luxemburgo. La marca podría estar localizada en Irlanda, la logística en la isla de Man, sus “competencias de gestión” en Jersey y la filial de seguros en Bermudas. Esta compleja red permitiría sacar provecho de la legislación más benigna en cada lugar y generar transacciones que permitieran “trasladar las ganancias a un paraíso fiscal con bajos impuestos y los costos a los países con altos impuestos, donde los gastos pueden deducirse de la suma por la que corresponde tributar”, en la síntesis del autor. Está claro que ni Honduras ni sus trabajadores tienen chance de quedarse con una porción justa de los ingresos generados. El ejemplo permite a Shaxson hablar del mundo extraterritorial como nuevo sistema colonial. De hecho, Eva Joly, la jueza francesa del affaire Elf –un vasto esquema de corrupción que involucraba al establishment político de París, hacia donde se descubrió drenaban las ganancias del petróleo de Gabón, con la complicidad local– concluyó su trabajo con la siguien-

te reflexión: “Me ha llevado mucho tiempo entender que el uso de esas jurisdicciones [los paraísos fiscales] se vincula a la descolonización. Es una forma moderna de colonialismo”. No sorprende, entonces, que el centro del mundo extraterritorial sean la city londinense y Wall Street, en ese orden. Shaxson traza un mapa de las tareas que distintos paraísos fiscales cumplen en función del conjunto y cómo el dinero termina alimentando esos grandes centros financieros. Y, con datos respaldados por el Banco Mundial, explica también que los narcos y el terrorismo usan los mismos mecanismos que las grandes empresas: bancos pantalla, trusts o fideicomisos y empresas fantasma. El extraterritorial es un mundo que ayuda a los grandes a hacerse enormes y a disfrutar los beneficios de vivir en sociedad (seguridad, salud, educación, infraestructura) sin retribuir de manera equitativa, mientras aumenta la carga impositiva en las espaldas de quienes no pueden acceder a él. Por eso es una de las causas de la creciente desigualdad, que hoy afecta no sólo a los países en desarrollo sino incluso a la tierra de las oportunidades, Estados Unidos. También contribuye al riesgo financiero global, en tanto fue precisamente en este mundo paralelo donde tuvieron lugar muchas de las transacciones esotéricas, derivatives incluidos, que contribuyeron a la crisis iniciada en 2008. Además de encubrir las redes delictivas entendidas en sentido clásico. Para los argentinos, el libro tiene un bonus track: Shaxson dedica un capítulo a los hermanos Vestey, legendarios “evitadores” de impuestos que fueron el centro de varias investigaciones en Gran Bretaña y que son los mismos que desenmascaró Lisandro de la Torre por aquí. Sí, estas maniobras llevan ya un siglo. Y se terminaron de consolidar en los acuerdos de Bretton Woods tras la Segunda Guerra Mundial. Las islas del tesoro salió en inglés en 2011 y desde entonces no ha enfrentado desmentidas. Hace poco el mismísimo Paul Krugman lo elogió en una de sus columnas, al referirse a la crisis de Chipre, guarida preferida de los capitales rusos. Extraordinariamente informado y escrito con buen ritmo y un tono de indignación que representa la huella del compromiso del autor, es un trabajo clave para entender cómo funciona realmente la economía mundial. C

litEratUra argEntina

Nueva etapa creativa En brazos del enemigo, la primera novela para adultos de Canela, cuenta, con idas y vueltas entre el pasado y el presente, el desarrollo de una artista y del contexto de su arte

En brazos del enemigo CaNela

Edhasa 280 páginas $ 145

Graciela Melgarejo La nacion

L

os seguidores de Canela (Gigliola Zecchin) tienen ahora otro motivo para volver a elegir sus obras. Largamente reconocida como periodista y conductora de programas culturales en radio y televisión, editora y escritora de narrativa infantil y juvenil –sus libros Marisa que borra y La silla de imaginar fueron distinguidos por el White Ravens International–, poeta y ensayista, Canela acaba de publicar su primera novela para adultos, En brazos del enemigo. Un título provocativo y una historia más provocativa aún. Canela elige contar prácticamente desde la niñez el nacimiento de la vocación de una artista y su concreción final, lo cual implica muchas veces (y así se va construyendo el texto) ir y venir desde el pasado al presente, y viceversa, porque no siempre el narrador quiere ofrecer una visión definitiva, para ceder al lector la posibi-

lidad de encontrar, claro, su propia lectura y sacar sus conclusiones. Ésta es una de las virtudes de la novela: ir recreando paso a paso el universo de la joven Lucía, a través de sucesivas mudanzas, de lugar y de familias (la que le dio la vida y las que eligió formar), y de maestros en el arte. La otra gran virtud de este libro es su estructura: En brazos del enemigo comienza in medias res, cuando Sonia, la madre de Charlie, amigo de la artista y uno de los personajes más importantes en la trama, le lee el destino en las hojas del té: “Abajo es tu vida de niña. Solitaria. Mucha tristeza, ahí está, en ese cúmulo de hebras cruzadas. No hay herencia material, solo el talento”. Más adelante, y cada cierto número de capítulos, el texto va a ser atravesado por citas, las “Anotaciones de la libreta roja” de Lucía (desde textos de Antoni Tàpies y Marta Traba hasta Víctor Grippo o Julio Le Parc, entre muchos otros), que se van constituyendo en momentos estelares dentro del texto, y al mismo tiempo sirven para escandirlo y mostrar el crecimiento no solo de la vocación artística sino también el de la artista en camino a la creación plena y de la mujer en la que Lucía va a transformarse. En esta historia también hay lugar para el amor, o los amores: el de la niña y adolescente, que es trágico; el de la mujer joven, que finalmente se concretará. Y para la amistad, que llega de la mano del estudio y de los compañeros y los maestros. Canela reconoce que la escritura de esta su primera novela para adultos le llevó cinco años, y el lector encuentra en la escritura y en la prosa, tan trabajadas, ese tiempo de reflexión, lo mismo que los interesantes

cuestionamientos sobre el arte en general y la posibilidad de que éste llegue a distintos públicos. Quizá por eso la narración de los primeros años de Lucía, la mudanza de la niña y parte de su familia a la gran ciudad, Buenos Aires, la nueva vida, los estudios en la escuela técnica Fernando Fader, los nuevos amigos, tan distintos de los de la provincia, todo parece integrar un largo y rico prólogo a la parte central de la novela, cuando la artista hace su primera instalación para presentarla en un concurso. Este segundo comienzo le da al texto una fuerza extraordinaria, la misma que experimenta la protagonista cuando empieza a comprender que ya sabe cuál es su camino en el arte y cómo concretará su obra. También es el momento en que comienza a cumplirse la profecía inicial, leída en las hojas de té: hay que elegir finalmente el amor de un hombre, y es el momento en que este aparecerá. Quizá sea ese “enemigo”, en cuyos brazos no puede dejar de querer estar. En todo caso, será el lector el que deba develar también este final, que no es final, sino la apertura a una nueva etapa de creación, porque esa es la vida del artista. Y tanto Canela como la joven protagonista de su novela lo saben. Y así lograrán la obra de arte. C