Cosas raras ocurren en escena

13 may. 2014 - con mucho cariño a su amigo Urda- pilleta, a quien homenajea con este espectáculo. Sabe que allí hay mu- chas marcas del otro, del que fue ...
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espectáculos

| Martes 13 de Mayo de 2014

Martes 13 de mayo

Nº6

Nº7 “South Africa ´10” Próxima entrega martes 20-5 Válido exclusivamente en el territorio de la República Argentina, excepto en Salta, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe, Jujuy, Chaco, Balcarce, Chascomús, Santa Rosa, Olavarría, Azul, Bolivar y Bahía Blanca.

Cosas raras ocurren en escena

Un off cada vez más comercial

tendencia. El género fantástico avanza en el teatro, con cuatro títulos como ¿Estas ahí?, Lluvia de plata,

¿Quién es el Sr. Schmitt? y Enefecto; tienen desde un hombre invisible hasta gente con superpoderes

Daulte, Tolcachir y Zorzoli son ejemplos del cambio de circuitos

Viene de tapa

Alejadas del universo costumbrista, estas piezas tienen un rasgo en común: su temática universal y su capacidad de adaptarse a diversas culturas. Tzvetan Todorov exponía que lo fantástico es aquel universo donde el lector –y el espectador– oscila entre una explicación racional y otra irracional. “El género está bastante desprestigiado. Puede ser catalogado de «pavada». Lo fantástico en teatro fue sustraído por el cine. Cuando por mis obras me dicen que apelo a géneros propios del cine, les respondo que esos géneros [en los que habitan fantasmas, seres mecánicos y superhéroes] son propios del teatro y que el cine los sacó de ahí. Los seres y argumentos fantásticos están en los griegos y en Shakespeare”, explica Javier Daulte, autor de ¿Estás ahí? (tal vez una de sus mejores obras) y director de ¿Quién es el señor Schmitt? Como en las comedias de enredos, ¿Estás ahí? puede explicarse con un malentendido. La confusión de Daulte (quien pensó que debía escribir un monólogo para presentar en Londres, en 2002) dio origen a una de las obras argentinas más exitosas –suceso traducido en cantidad de temporadas y en sus numerosas versiones internacionales– de la última década. A pedido del público (y hasta el 30 de mayo), regresó con sus protagonistas originales, Héctor Díaz y Gloria Carrá, a una sala comercial. Estrenada en el circuito oficial, en el Cervantes en 2004, la puesta fue impulsada por el poder del boca en boca, para trasladarse al universo del off, en el Teatro del Pueblo. La sala se llenaba por entonces todas las semanas, hasta que la producción decidió cruzar la diagonal y el Obelisco y debutar en el Broadway, en plena avenida Corrientes. En esta comedia romántica con ribetes fantásticos, una pareja se acaba de mudar a un nuevo departamento donde hay una presencia, una suerte de hombre invisible. Fin. No se puede siquiera contar el final del primer acto para no arruinar la sorpresa u opacar el impacto de la resolución que produce ese segmento. Gloria Carrá confiesa que al inicio de los ensayos sintió la sensación de que estaban contando un disparate. “Nos pasaba por entonces que había momentos donde no sabíamos lo que estábamos contando. Javier y nosotros no supimos hasta el final que se trataba de una historia de amor.” Héctor Díaz agrega: “Si bien me daba

Laura Oliva y Gabriel Goity, frente a hechos raros

Muriel Santa Ana y Luciano Cáceres ven llover dinero

Clemente Cancela y sus compañeros, con poderes

Héctor Díaz y Gloria Carrá conviven con un extraño

cuenta durante los ensayos de que nos reíamos de pavadas. Está plagado de situaciones cómicas, pero también hay un tramo muy hondo. Cada noche nos enfrentamos a ese abismo”. El género fantástico tiene varias complicaciones, una de ellas, atañe a los actores, como en ¿Estás ahí?: “Actúo… dejame pensar, viendo una ausencia y no viendo una presencia. No sé si entiende, pero no contemos más”, dice Díaz. Carrá cuenta una experiencia extraña que trasciende la trama: “Me pasa algo muy gracioso. Hay escenas donde estoy sola, pero cuando ingresa esa presencia, no me siento más sola. Es raro”. En los últimos meses, una modalidad invade algunos estrenos. En off se ruega no develar el final o cuestiones de la trama. Esto ocurre con dos obras en cartel, Lluvia de plata –con Luciano Cáceres, Muriel Santa Ana, Guillermo Arengo y Luciana Lifschitz–, dirigida por Arturo Puig, y

¿Quién es el señor Schmitt? –con Gabriel Goity, Laura Oliva, Fabián Minelli, Carlos Defeo y Mauricio González–, ambas de Sébastian Thiéry. Lo fantástico genera un mundo de sorpresas y expectativas que fascinan al espectador. Hay que ser también cuidadosos con Enefecto, la primera pieza de una trilogía que aborda este género, donde debuta como actor Clemente Cancela, junto con Lalo Rotavería, Mariana Wichi Salinas y Maricel Santín. Para su director y autor, Alberto Rojas Apel, lo fantástico es aquel sitio donde “la metáfora se mueve como pez en el agua”. Pero existen algunos problemas a la hora de abordar este desafío. “La mayor dificultad de escribir o dirigir una obra de este género tiene que ver con lograr ingeniárselas para que los ingredientes fantásticos no queden demasiado falsos, demasiado berretas, sobre todo si la intención es alejarse de lo

kitsch –indica el dramaturgo–. El cine también nos acostumbró mal a que tenemos que ver monstruos o gente volando para sentir que estamos dentro del género. Pero no es la única posibilidad. Y lo fantástico, artesanal y mínimo es más interesante. Puede usarse como un contexto, o como un disparador, y no como el eje central de la narración. No es imprescindible maravillar a la audiencia. Hasta puede resultar molesto que el espectador se quede pensando: «¿Cómo lo hizo?», y se aleje emocionalmente de la trama.” Las explicaciones son múltiples y los textos mencionados tienen en común que estos universos fantásticos abren más preguntas que respuestas. No en vano dos títulos como ¿Quién es el señor Schmitt? y ¿Estás ahí? son interrogantes. En el caso de esta última, dice Díaz: “Es una pregunta simple, que exige una respuesta compleja y extensa”.ß

Tino Tinto: “Hoy transgredir es decir la verdad” PARA LA NACION

Se define como discípulo de la década de los 80. Aquella que estuvo marcada por la fuerte vitalidad de la escena underground. Tino Tinto (su nombre real es Fernando Arroyo) fue un cómplice dilecto de esa generación. Siendo miembro del grupo Los Peinados Yoli se puso ese seudónimo y, desde entonces, lo porta con total naturalidad, más allá de que muchos se asombren a la hora de nombrarlo. Tino es un batallador incansable. Siempre está detrás de alguna producción alternativa. Muy conocida fue su relación con el trío emblemático que conformaron Alejandro Urdapilleta, Batato Barea y Humberto Tortonese. Fue asistente de varios de sus espectáculos y conoció en profundidad la mecánica de sus trabajos. Por estos días, el creador está reponiendo en La Clac Miel de avispas, sobre textos de Urdapilleta, interpretado por Luciana Dulitzky, Juliana Ibáñez y Adriana Monteleone. El año pasado hicieron unas pocas funciones. La favorable respuesta del público y de la crítica los motivó a volver a representarlo y, esta vez,

de Alberto Rojas Apel Sábados, a las 23.15. El Portón de Sánchez, Sánchez de Bustamante 1034.

¿Estás ahí? de Javier Daulte De jueves a sábados, a las 22.45. El Picadero, Pasaje Discépolo 1857.

Lluvia de plata dirigida por Arturo Puig De miércoles a sábados, a las 21 (sábados, también a las 23) y domingos, a las 20.30. Multiteatro, Corrientes 1283.

¿Quién es el señor Schmitt? dirigida por Javier Daulte Miércoles y jueves, a las 20.45; sábados, a las 22; viernes, a las 20, y domingos, a las 21. Paseo La Plaza, Corrientes 1660.

Carrá y Díaz

Tiempo de historia guayaquil, una historia de amor. ★★★ buena. autor: Mario Diament. intérpretes: Ana Yovino, Edgardo Moreira, Pablo Razuk, Georgina Rey, Luis Gasloli, Rodrigo Pagano y Santiago Figueroa. escenografía y vestuario: Silvia Bonel. dirección: Manuel Iedvabni. sala: Teatro del Pueblo. funciones: sábado y domingo, a las 20. duración: 105 minutos.

ochenta, repuso un texto de Urdapilleta

como homenaje al desaparecido actor y autor. ¿Por qué Miel de avispas? Lo explica Tino Tinto: “Una abeja te pica y muere; en cambio, la avispa puede matar y seguir viviendo. Los personajes de Alejandro son iguales, matan y siguen hablando y hablando; las relaciones que él describe son tremendas”. El proyecto surgió hace tres años. Las actrices, entonces discípulas de Juan Carlos Gené, decidieron armar una experiencia a partir de diversos materiales de Urdapilleta. Durante la muestra de fin de año, el maestro les dijo que ese trabajo debían estrenarlo. No convencidas del todo hablaron con Karina K, otra discípula de esa década, y fue ella quien las derivó a Tino Tinto. “Era como volver a vivir –explica el actor y director–. Nunca se me hubiera ocurrido hacer esos textos. Sentía que les correspondían a ellos: a Batato, a Alejandro, tienen su impronta. Estas chicas no saben nada del Parakultural, pertenecen a la generación de treinta años, nunca los vieron actuar a ellos, no conocieron sus estilos. Pero logran apoderarse de esos materiales con una hondura singular, son tres intérpretes muy potentes. Necesité armar una estructura con los textos que habían

Enefecto

teatro

miel de avispas. Figura de la escena de los

Carlos Pacheco

Si el teatro argentino goza de una gran salud y vitalidad se debe a todo el entrenamiento y experimentación que se realiza en el circuito off, antes de conquistar al público masivo (en la dramaturgia, dirección e interpretaciones). Hay algunos casos, donde estas piezas se convierten en populares y las salas del teatro independiente que las albergan se vuelven pequeñas y sus temporadas, breves. Por eso exploran otros circuitos, como le ocurrió a La omisión de la familia Coleman, de Claudio Tolcachir, o a Estado de ira, de Ciro Zorzoli, o a ¿Estás ahí? –Hay obras del off que quizá no se podrían representar en la escena comercial. Esto no ocurrió con ¿Estás ahí?, ¿por qué? Daulte: –Hay obras muy crípticas en el off, que nadie se animaría a producir en un teatro comercial. A nosotros nos pasó que ¿Estás ahí? terminó teniendo una capacidad comercial que ni siquiera imaginábamos, con puestas internacionales. Creo que es porque no tiene una temática nacional. Todo lo contrario, es universal. –¿Fue entonces clave que naciera en el off para su posterior recorrido? Carrá: –Para mí, no hubiese podido ser de otra manera. Necesitaba todo ese tiempo de maduración y trabajo. La ensayábamos sin siquiera tener sala o fecha de estreno.ß

E Tino Tinto presenta Miel de avispas, en La Clac seleccionado y jugamos con tres criaturas: Ursula, Justa y Amalia dentro de un programa de radio que tiene un buen número de oyentes. Sus mensajes también se van introduciendo en la acción.” Tino Tinto aclara que no tiene una formación clásica como director. Aunque afirma con mucha convicción: “Pero sí tengo el oficio y el taco gastado”. Aunque fue un referente de toda una época, no se quedó en ella. “Las estéticas cambian, según cómo nos relacionamos con un texto, con un autor. Al cabo de los años nos vamos puliendo. En mi vida todo es autogestión. Fuera del teatro, trabajo en investigación de mercado, pero a la hora de la creación elijo las telas del vestuario y voy a los medios a pedir que difundan mi trabajo. Como lo hacíamos en tiempos de Batato.” Su concepción acerca de lo teatral no ha variado. Ahí su postura es muy firme. “El teatro tiene que

hernán zenteno

abrir las puertas para decir lo que las personas no quieren escuchar. Como dice Urdapilleta: «Viva la mentira, los afeites no me alcanzan para tapar la máscara que está pegada a la máscara, que está pegada a la máscara, que me asfixia». Me gusta trabajar con actores que tengan un discurso propio, que no me obliguen a marcarlos. Yo aporto la forma, la ideología, el porqué. Me gusta hablar de las relaciones humanas sin careta. Decir la verdad ya es transgredir.” En ese camino sigue. Recordando con mucho cariño a su amigo Urdapilleta, a quien homenajea con este espectáculo. Sabe que allí hay muchas marcas del otro, del que fue un fuerte compañero de ruta artística. Y al que extraña.ß

Miel de avispas Textos de Alejandro Urdapilleta En La Clac, Av. de Mayo 1156. Sábados, a las 22.

l emblemático encuentro entre José de San Martín y Simón Bolívar sucedió en Guayaquil en 1822. Desde entonces la historia no ha hecho más que ensalzar aquella reunión, definitoria para el destino de América del Sur. Poco se sabe, qué sucedió a puertas cerradas. Así las cosas, la fantasía puede provocar múltiples posibilidades de diálogos, discusiones, y hasta un supuesto abrazo que algunos confirman. Mario Diament decidió aportar una lectura menos acartonada de aquel hecho. Expone tanto a San Martín como a Bolívar de forma muy natural, cargados de ansiedad por la posibilidad del encuentro; desconcertados ante el desconocimiento real de ciertos mecanismos que movilizaban las conducta del otro. ¿Eran amigos o fuertes contrincantes? Ambos parecen bien plantados en la historia, pero era mucho lo que se estaba poniendo en juego a la hora de la verdad, y esto los intrigaba y hasta los llevaba al descontrol. Dos mujeres, Manuela Sáenz y Rosa Campusano, amantes de Bolívar y San Martín, respectivamente, tendrán un rol fundamental. En ellas se detiene Diament con un interés particular y sumamente esencial a la hora de su construcción dramatúrgica. Ellas mostraránotra cara de los hechos, inesperada, inquietante. En el programa de la función, al referirse a su pieza, Diament la califica

como “una comedia brillante”. No es el camino que eligió Manuel Iedvabni a la hora de conducir la obra. Prefirió un realismo refinado (hasta con una búsqueda psicológica muy precisa) que obliga no a reírse de los sucesos, sino a intentar una serie de reflexiones respecto de esas cuestiones que van sucediendo y que generan hasta cierta incertidumbre respecto del valor de cada personaje y sus actos. La pieza posee unos diálogos muy ricos y Iedvabni genera una serie de juegos a la altura de esa riqueza. Un equipo actoral riguroso lo acompaña y hay varios momentos en los que, cada uno de ellos, expone un lucimiento importante. Pablo Razuk logra una construcción destacada de Bolívar. Edgardo Moreira expone a un San Martín vencido, pero dispuesto a dar batalla hasta último momento. Hay férrea convicción en eso. Es muy intenso el juego de ambas mujeres. La Manuela de Ana Yovino proyecta una integridad muy fuerte. La Rosa de Georgina Rey propone un perfil menos severo, aunque siempre intenso. La escena que muestra el encuentro entre ambas es de una teatralidad muy rica. Aunque austeros, los diseño de escenografía y vestuario de Silvia Bonel aportan a la construcción de una imagen de cierta ensoñación que profundiza esa posibilidad de fantasear mucho más con aquello que se cuenta.ß Carlos Pacheco