Cirugías estéticas en menores de 18 años Incesante

Gran papelón nacional”. Raúl Fernández. En la Red. La cosechadora K ... ganza es la prehistoria, el Estado de .... Gran Bretaña no se arriesgara a tener.
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eDITORIALeS | CARTAS

| Sábado 5 de abril de 2014

Fundado por Bartolomé Mitre el 4 de enero de 1870 Número 1, Año 1 “la nacion será una tribuna de doctrina” Director: Bartolomé Mitre

Incesante fuga de presos y la política de hacer la vista gorda Urge atender las deplorables condiciones de los penales y trabajar seriamente para terminar con la connivencia entre detenidos y agentes carcelarios

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l 21 de octubre de 2008, el ingeniero Ricardo Barrenechea fue asesinado de cuatro tiros en su casa de Acassuso. Uno de los presos por ese crimen, Daniel Danese Benítez, acaba de fugarse de la cárcel donde purgaba una condena a 38 años de prisión por haber sido hallado responsable, además de la muerte del ingeniero, de otros diez hechos violentos cometidos por la misma época. Según se supo, Danese Benítez dobló los barrotes de su celda y se descolgó desde los siete metros que mide el muro perimetral de la Unidad 9, cercana a la ciudad de La Plata, con sábanas anudadas. Esa descripción que dieron las autoridades es inexplicable por donde se la analice. La Unidad 9 no es una comisaría desprotegida en el medio del desierto. Es una cárcel de la que sólo se puede huir con la complicidad de alguien. Por esa razón, el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) abrió un sumario para hallar a los responsables de haberle franqueado la salida al preso. Pero más allá de las sanciones que puedan aplicarse, lo cierto es que el preso se escapó, como también lo hicieron muchos otros desde lo que va del año, otra muestra gravísima del escaso interés de las autoridades por afrontar de manera decisiva y contundente el flagelo de la inseguridad y de la corrupción carcelaria y policial. El poder político no puede ni debe pararse frente a esta situación diciendo solamente que hará los correspondientes sumarios. Esa actitud no difiere mucho de hacer la vista gorda. Hay una falla de origen de este desmanejo y es la que impone el propio Estado, que abandona a su suerte a las víctimas porque no las protege ante posibles delitos, o porque no cumple con su obligación de hacer respetar la ley, en penales en condiciones de seguridad y de detención apropiadas, con miras a la resocialización de los presos. No se trata de penas duras o menos duras, sino de hacerlas cumplir. A esta altura de los acontecimientos resulta provocador y representa una burla a la ciudadanía, la pretensión de las autoridades de “naturalizar” las fugas de presos como parte de un sistema corrupto al que se intenta combatir. No se lo está haciendo, al menos como se debe. El caso de Danese Benítez fue precedido por otras fugas inverosímiles. Presos que se escaparon rompiendo los techos de los calabozos, haciendo un boquete en una celda, tras una pelea en la que los esperaba un remise en la puerta del penal, cortando alambres perimetrales... Como si se tratase de situaciones que nadie puede prevenir o, lo que es peor, que nadie quiere ni va a hacer nada para evitar. En nuestro país se viene registrando un peligroso crecimiento del malestar social respecto de la falta de seguridad. En los últimos días hemos visto varios casos de justicia por mano propia de ciu-

dadanos que, ante la inacción policial, se ensañan con el delincuente hasta dejarlo inconsciente. Es gravísimo que ello ocurra. Las autoridades deben tomar nota de esta reacción directamente vinculada con el sentimiento de enorme desprotección, con la falta de ejemplos y de justicia. A comienzo de enero de este año ya se habían contabilizado 30 fugas en el país, muchas de las cuales, como las últimas registradas, llamaban la atención por la facilidad con que se produjeron y las explicaciones absurdas de los responsables de la vigilancia de esos presos (uno se escapó dentro de un armario, otro al dar un examen fuera del penal y otro con una pierna enyesada). En 2013 se verificó un promedio de 11 evasiones mensuales y 134 reclusos fugados. Tan sólo el 1° de enero de este año se fugaron nueve presos, seis de ellos en Santa Fe. Hace pocas horas, otros dos internos se escaparon tras limar barrotes de una ventana en un penal de Bariloche, uno de los cuales ya se había evadido de la cárcel hace más de un mes y fue recapturado. Esta situación nos habla, en principio, de dos cosas. En primer lugar, como hemos venido reiterando en nuestras columnas editoriales, que no hay voluntad para luchar contra el auge de la delincuencia. Y, en segundo término, que el castigo a los culpables se licua entre la propia inercia del fracaso y, lo que es aún más grave, de la complicidad de quienes debieran custodiar y evitar las fugas. No debería extrañar que, en un país donde se esconden las cifras de criminalidad desde hace casi cinco años, haya cada vez más fugas de presos. No debería extrañar tampoco que haya evasiones cuando se ha visto a presos participar de reuniones festivas y mitines políticos de la mano de sus principales guardianes. No debería extrañar, pero sí debe preocupar. En cuanto a las recapturas –que, por cierto son pocas– no admiten seguir siendo mostradas como un triunfo de las autoridades. Lo que hay que hacer es evitarlas y terminar con los aceitados engranajes de complicidad que involucran a delincuentes con guardiacárceles y policías. Se necesita más que sumarios administrativos. Hace falta un saneamiento de las fuerzas de seguridad, lo que incluye los servicios penitenciarios, y un debido reconocimiento a quienes cumplen correctamente su tarea. Se necesitan cárceles apropiadas, tanto para la resocialización de los presos como para el cumplimiento de las condenas que imponen los jueces. De lo contrario, la sensación de impunidad se irá tornando cada vez más fuerte, el delito seguirá “drenando” de las mismas cárceles y el consenso social podría correr serios riesgos. Es hora de sinceramientos profundos y de medidas perentorias.

Cirugías estéticas en menores de 18 años

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l proyecto de ley presentado hace unas semanas en el Congreso con el fin de prohibir las cirugías estéticas en menores de 18 años es, cuando menos, llamativo. Aunque las razones esgrimidas por su autora, la diputada kirchnerista Mara Brawer, podrían ser compartidas en principio –“para preservar la salud física y psíquica” de los jóvenes ante la imposición de “patrones culturales”–, es evidente que el proyecto invade áreas que pertenecen no sólo a los padres o tutores de los menores que quiere proteger, sino también a la vida privada de las personas. Siempre ha existido la búsqueda de un ideal social de cuerpo, sobre todo del cuerpo femenino. Un ideal que muta muy rápidamente. Hoy la ciencia da la posibilidad de intervenir, mediante la cirugía plástica, sobre el cuerpo mismo para lograr las medidas o las formas pretendidamente ideales. Por eso, son muchas las personas que eligen esta posibilidad, que la mayoría de las veces es, en realidad, una salida salvadora contra la discriminación o algún problema real de salud: por ejemplo, intervenciones reconstructivas, reparadoras, terapéuticas o de adecuación del cuerpo a la identidad de género. No es contra este tipo de cirugías que pretende legislar el proyecto. La diputada Brawer decidió hacer esta presentación por lo que considera un aumento del número de cirugías estéticas que involucran a jóvenes menores de 18 años, y que surgirían como consecuencia de una imposición externa, incluso de patrones comerciales, una exigencia del mercado que tiende “a una homogeneización del físico que hace perder de vista la

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valoración del propio cuerpo y el de los demás”. El proyecto consta de sólo cinco artículos, pero hay uno de ellos en particular en el que se detallan las sanciones que se les aplicarían a aquellos profesionales que practiquen una cirugía estética a una persona menor de edad, y que varían –según la gravedad del presunto delito– desde el apercibimiento hasta multas de 5 millones de pesos y la inhabilitación temporaria de la matrícula. Independientemente de que la diputada Brawer esté asistida por un grupo de reconocidos especialistas y haya recogido incluso el apoyo de la Confederación de Trabajadores de la Educación (Ctera), hay otras opiniones, igualmente respetables, que no coinciden con la idea de “prohibir” operaciones sobre las cuales se carece de estadísticas reales que permitan asegurar el supuesto aumento. Cada profesional deberá utilizar su criterio para considerar cada caso, aunque, como lo manifestó el cirujano plástico Jorge Pedro, de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética, lo que el Ministerio de Salud permite hoy es que un médico que no es especialista en cirugía plástica pueda operar, y sobre eso sí habría que legislar. El Estado debe velar por la seguridad y la salud de sus ciudadanos, pero nunca avasallar los derechos de las personas. Sí puede organizar campañas educativas para que toda la sociedad participe y comprenda hasta dónde sería riesgoso para un menor de 18 años encarar una cirugía plástica llevado sólo por un criterio superficial, que puede cambiar pronto y tomar una dirección completamente distinta.

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CARTAS DE LOS LECTORES www.lanacion.com.ar /lanacion

La justicia por mano propia El Estado indiferente Hace muchos años el Estado argentino se volvió indiferente con las necesidades de la gente. Empezó a ser indiferente con la educación, la base para una sociedad equitativa. Entonces cada padre buscó escapar de la precariedad de la educación pública y encontró en la privada la solución para sus hijos. Todos lo aceptamos en silencio. Se veía venir. Un día nuestra sociedad se dio cuenta de que la salud, los hospitales, mostraban serias deficiencias. Y dejó en manos de privados su salud. A veces a un costo muy alto. Y el Estado, otra vez, miró para otro lado, porque ya no tendría quien le reclame por la salud, ni controle en qué gasta fortunas por una salud que no sabe cuidar. Se veía venir. Desde hace unos años tenemos esta “sensación” de inseguridad, y ante la indiferencia del Estado, comenzamos a buscar nuestra propia seguridad en empresas privadas, muchas de dudosa procedencia. Empezamos a ver uniformes llamativos en puertas de shoppings, edificios particulares, clínicas privadas, colegios, countries, y hasta en los edificios públicos. Se veía venir. Ahora nos rasgamos las vestiduras y debatimos porque el espacio público, las calles, se transformaron en zonas liberadas para que nos roben y maten, ante la indiferencia de un Estado gigante, bobo, que no sabe lidiar con la inseguridad, como antes no supo trabajar para darnos educación y salud. La gente está totalmente desprotegida. Y eso llevó al mal humor social y luego a la autodefensa, totalmente desproporcionada, como válvula de escape para esta mortal inseguridad. Y si nos equivocamos cada uno de nosotros al buscar una salida para este flagelo, no es porque los argentinos seamos fascistas, de derecha, o nos dejemos llevar por una campaña mediática. Nos pasa porque el Estado es indiferente. Una vez más. El presente refleja ese pasado de indiferencia, y lamentablemente será el preámbulo de un futuro igual si no tenemos políticos que sean estadistas y una sociedad que sepa reclamar. Adrián Gluck

[email protected]

Contradicción Para el doctor Zaffaroni el delincuente es una víctima de una sociedad injusta, no resultando así alguien que vulnera el orden social. Por el contrario, quienes atacan al delincuente intentando hacer justicia por propia mano son asesinos. ¿No es ésta una verdadera contradicción? Jorge Luis Valiante

DNI 4.365.063

Prehistoria La Presidenta dictaminó que “la venganza es la prehistoria, el Estado de no derecho”. En rigor, más gravemente prehistórico es la ausencia, inacción y hasta complicidad del Estado (uno de cuyos poderes ella encabeza) con respecto a la inseguridad pública. Julio E. Chiappini

DNI 35.221.778

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En la Red La cosechadora K Facebook

Jorge N. Vila Echagüe

DNI 4.372.127

Billete La Presidenta presentó un nuevo billete de 50 pesos. ¿No debería avisarle alguien que lo que hace falta es un billete de 500 o 1000 pesos? Se nota que no suele salir de compras, por lo menos en la Argentina. Juan G. Navarro Floria

“No sé si reír o llorar” Fabrizio Caldiero

“¡Y pensar que lo mataron a Lanata cuando lo dijo! Señores K, ¿algo para decir ahora? Que no sean insultos, gracias” Gisela Caminati

“Yo vivo en Concepción del Uruguay y siempre supimos que la fábrica era retrucha, nunca jamas entró o salió un obrero. Siempre estuvieron cerrados los galpones” Nair Banega

““Quebró”. ¿Y a dónde fue a parar dicho dinero?” Gabriel Paolini

“Si alguien tenía dudas que nos venden un relato que vean los videos de la presentación, con la presidenta y el gobernador (Urribarri) subiendo a la cosechadora que era orgullo nacional. Gran gestión de Moreno. Gran papelón nacional”.

Fondos de la Anses Este gobierno nac&pop ha hecho, desde que se inició el proceso de estatización, un uso indebido de los fondos de garantía de la Anses, con fines políticos (financiamiento de bicicletas y muchas otras cosas “para todos”, préstamos a la provincia de Buenos Aires para pagar aguinaldos, con intereses por debajo de la inflación, lo cual era una virtual descapitalización del citado organismo. Ahora parece ser que La Cámpora está aconsejando vender las acciones de empresas privadas, que pagan dividendos que son utilizados también para fines políticos, y con lo recaudado, pagar deudas con el Club de París, holdouts, etc., para poder conseguir préstamos que les permita llegar a 2015 sin sobresaltos y un dólar dominado. Esto terminaría por desfinanciar a la Anses, con el peligro que correrían en consecuencia el pago de las jubilaciones futuras. Es un tema muy importante que debería ser conocido por todos los argentinos, sean o no jubilados, pues algún día lo serán. Y la oposición y las ONG deberían abordarlo, para no permitir un nuevo atropello político. Norberto O. Cerrotti

Tengo una gran duda. Dicen que la Justicia investigará y castigará a los vecinos que agreden a los delincuentes. Pero me pregunto: a los ladrones que roban y atacan a los vecinos, ¿quién los va a investigar y castigar?

La cosechadora K

Justicia La doctora Elena Highton de Nolasco, vicepresidenta de la Corte Suprema de Justicia, calificó a los ataques en masa como homicidios y que no cree que sean por falta de justicia. Por su parte, varios jueces se han referido a los linchamientos como que son ejecuciones sumarias. Creo que a la gente común le cuesta entender por qué uno de los delincuentes que “salvó” Gerardo Romano de ser linchado fue puesto en libertad inmediatamente por el juez de turno, mientras que los ciudadanos que actúan, según mi modo de ver, en defensa propia ante los intentos de robo, son denostados por la mayoría de los funcionarios, ya sea del Gobierno o de la Justicia, y, seguramente, si fueran llevados a la comisaría, quedarían detenidos. ¿Es esto justicia? María Silvia Marzinelli [email protected]

Volver La Argentina espera que un grupo de gente capaz, con sentido común y poder de decisión, organice su potencial, su regreso al mundo, al orden, a la educación, al trabajo, al ahorro, al hacer las cosas bien. La Argentina espera que alguien elija a los funcionarios que tengan verdadera vocación de servicio a la patria. Esta gente existe y en algún momento será la que tome las decisiones importantes que llevarán a este maravilloso país a poder explotar sus inmensas riquezas y ha de hacernos sentir a cada uno de nosotros orgullosos de haber nacido aquí. Santiago Robirosa

DNI 14.952.806

Malvinas Hace ya muchos años, Mariano Grondona, en su programa de televisión dijo: “Nuestro país iba a recuperar las Islas Malvinas cuando las Fuerzas Armadas de la Nación fueran lo suficientemente poderosas para que Gran Bretaña no se arriesgara a tener otra guerra en el Atlántico Sur...”. Lo demás es pura cháchara. Germán García D’Auro [email protected]

Buenos modales

DNI 4.156.686

[email protected]

[email protected]

Raúl Fernández

Investigación

Susana Gras Goyena

Como decía un ex presidente correligionario de la actual Presidenta “mejor que decir es hacer”. Creo que la Presidenta debería dedicarse a hacer más y hablar menos. En mi época se llamaba papelón, ahora le dicen blooper.

Una más... ¿y van? El actual gobierno kirchnerista no hace más que sorprenderme día tras día. Ahora lo de la exportación de las cosechadoras K fue otra mentira, otro negociado más. ¿Hasta cuándo vamos a seguir soportando que nos tomen por tontos? Argentinos, ¡no nos quejemos si no nos quejamos! Es increíble que sigamos escuchando y viendo “en cadena nacional” cómo nos mienten... y sigamos mirando impávidos sin darnos cuenta de que todo este “circo” en el que estamos sumergidos en algún momento nos va a hacer pasar por boletería y pagar la entrada. Nada es gratis en este mundo... y menos, la mentira. Rómulo Bustillo

Le agradezco a la señora Cecilia Absatz por la agradable nota sobre los buenos modales publicada en la revista del domingo pasado, en la que invocó a la talentosa Eugenia Chikoff. Ella nos ha enseñado que las buenas costumbres y los modales son de uso cotidiano y nos involucra a todos. Hace un tiempo que vivo en un país en donde los modales pasaron de moda, el respeto hacia el otro se desvaneció por abstraernos de la realidad por el indebido uso del celular, de los aparatos portátiles para escuchar música y por qué no por el hecho de leer un libro en espacios comunes y medios de transporte. Pareciera ser que los empujones, pisotones y demás maltratos ya forman parte de una realidad cotidiana, en la que pedir perdón se hace costumbre y no se aprende nunca del error. Actitudes propias de una dama o un caballero, se sintetizan en “ser” solidario ante otra persona, demostrando nuestra buena educación.Mis padres me han enseñado que la vida se camina sin molestar al otro. Me despido al grito de ¡que se pongan de moda los buenos modales! María Laura Abad

[email protected]

Calle Mendoza Quiero pedir,más que pedir al señor jefe de Gobierno de la Ciudad que instruya al funcionario correspondiente acerca la terrible congestión de tránsito que se genera todos los días y a toda hora en la calle Mendoza, entre Cuba y las vías del Ferrocarril Mitre. Bocinas, gritos, accidentes, ambulancias que no pueden seguir su camino es lo que vivimos a diario, además de no poder salir con el auto de nuestras cocheras. Hay solución, si ordenan el tránsito, sobre todo los colectivos que doblan en 11 de Septiembre, prohíben el estacionamiento en la mano izquierda, como creo que debe ser, tendremos algún alivio. En este escándalo cotidiano no se puede vivir. Marta Zaballa [email protected]

DNI 13.417.767

Aumentos

Andresito

¿Alguien calculó cuanto aumentarán los impuestos y tasas nacionales, provinciales y municipales que estan enganchados con las tarifas de servicios que serán recalculadas? ¿No habría que analizar la posibilidad de eliminar alguno de ellos, o, por lo menos, reducir sus alícuotas, para que el aumento sea sólo de las tarifas, y no de todo el combo?

Andrés Guazuray o Guaicurarí, conocido por Comandante Andresito, fue un general indígena del siglo XIX nacido en São Borja (Brasil), frente a Santo Tomé (Corrientes), que combatió contra los invasores lusobrasileños en las filas del ejército federal al mando del general José Gervasio Artigas. Era hijo de padre y madre indígenas y no del general Artigas, y nació en el Brasil, no en Uruguay.

Raúl Mario Cantarella

DNI 4.538.583