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OPINION

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Miércoles 9 de noviembre de 2011

Cartas Buenos Aires, miércoles 9 de noviembre de 2011

“LA NACION será una tribuna de doctrina” (Núm. 1, Año 1)

Fundado por Bartolomé Mitre el 4 de enero de 1870 Director: BARTOLOMÉ MITRE

Un cobarde ataque a la prensa El episodio de intolerancia vivido por los periodistas Lanata y Ruiz Guiñazú es fruto del clima hostil alentado por el oficialismo OS insultos y pedradas de los que fueron víctimas el jueves pasado dos periodistas de reconocida trayectoria como Jorge Lanata y Magdalena Ruiz Guiñazú constituyen un capítulo más de la intolerancia reinante contra quienes asumen posturas críticas al Gobierno. El lamentable hecho sucedió esta vez en la Universidad de Palermo, en el marco del VI Congreso Nacional e Internacional del Foro de Periodismo Argentino (Fopea), cuando ambos periodistas cerraban la primera de las jornadas en el patio de esa casa de estudios. Aunque pudo tratarse de un hecho no preparado, estos comportamientos tienen su génesis en un clima ciertamente hostil contra el periodismo crítico del poder político, fogoneado muchas veces por actitudes de funcionarios del gobierno nacional y por dirigentes oficialistas. No hay dudas de que ese discurso oficial con el que se busca demonizar a medios y periodistas que no se alinean con su visión de las cosas ayuda a fomentar la aparición de fanáticos seguidores que, con frecuencia, recurren al insulto escudándose en el anonimato en distintos medios electrónicos, cuando no a la cobarde agresión, como ocurrió días atrás en la citada universidad. Los periodistas agredidos recibieron, como era de esperar, numerosos gestos de solidaridad de colegas, al igual que el apoyo de distintas organizaciones no gubernamentales, de entidades que agrupan a hombres de prensa y a medios de comunicación, y del público en general. Lamentablemente, no se escuchó ninguna condena por parte de funcionarios del Gobierno ni, claro está, de la presidenta de la Nación. En cualquier república que hace de la democracia su forma de vida, una agresión semejante movería a las máximas autoridades ejecutivas a solidarizarse con los agredidos y a condenar un acto tan vandálico como

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cobarde. Es que nadie puede pasar por alto que un ataque a periodistas refleja un atentado contra la libertad de prensa, pilar de cualquier democracia. Si la unidad nacional es para la presidenta Cristina Fernández de Kirchner un objetivo sincero de su gestión, como lo ha puesto de manifiesto recientemente, deberían entender las autoridades del Poder Ejecutivo Nacional que una enérgica y creíble declaración oficial condenando las agresiones contribuiría notablemente al logro de aquel propósito. Sólo una simple mención crítica ayudaría notablemente a que no volvieran a repetirse hechos tan vergonzosos. Sin embargo, hasta el momento, no sólo no hubo expresiones relevantes de condena al hecho por parte de los principales hombres del oficialismo. Lo sucedido tampoco generó investigación alguna tendiente a identificar a los responsables para defender la pluralidad de voces, que la ley de medios dice pregonar. Sería positivo, por otro lado, que el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) tomara cartas en el asunto. Pero lamentablemente este organismo que creció en los últimos años en forma exponencial en presupuesto y número de empleados, viene privilegiando tareas de carácter partidario, ignorando hechos graves como los expuestos y denunciando velozmente nimiedades y declaraciones sin trascendencia de políticos opositores. Como es propio de la política expresarse a través de gestos y actitudes, el silencio cómplice del oficialismo ante estos desmanes dice mucho sobre su concepción de la democracia y la libertad de prensa. Es el mismo silencio que invadió al oficialismo cuando desde afiches callejeros se denostó a periodistas con nombre y apellido por su simple vinculación laboral con una empresa periodística, o cuando seguidores de las Madres de Plaza de Mayo escupieron los retratos de otros trabajadores de los medios, acusándolos de ser cómplices de la dictadura militar. Ese silencio hace paradójicamente mucho ruido en nuestro golpeado sistema republicano.

Todos podemos cambiar el mundo El Premio Príncipe de Asturias al fundador de Ashoka, Bill Drayton, reconoce el valor de los emprendedores sociales

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RENTE a una realidad no siempre esperanzadora, muchas veces es la capacidad de innovar y asumir riesgos lo que constituye la clave para el crecimiento. Esa habilidad para enfrentar la incertidumbre es sumamente valiosa y no persigue exclusivamente el rédito económico, pues el acto de emprender, afortunadamente, puede extenderse más allá del mundo de los negocios. Para un emprendedor social, la motivación está en crear el cambio social a partir de una idea innovadora. Hace 30 años, Bill Drayton fundó Ashoka Emprendedores Sociales, una organización con presencia en más de 60 países, que apuesta a la transformación positiva de la sociedad a través del trabajo de los emprendedores sociales. En la Argentina, desde 1994, hay actualmente 55 emprendedores sociales entre los 3000 que trabajan en todo el mundo. El abnegado médico Abel Albino, que lucha contra la desnutrición; Elena Durón, dedicada a erradicar el trabajo infantil y una de las diez finalistas mundiales para el premio CNN Héroe de este año; Miguel Larguía, también médico, que trabaja para

lograr maternidades públicas de calidad y centradas en la familia, o Silvana Veinberg, focalizada en la inclusión de la comunidad sorda, son sólo algunos de ellos. Ashoka se concibe a sí misma como una plataforma de acción que permite tender puentes y compartir un lenguaje común entre todos los integrantes de la red, potenciando así el alcance de la transformación social que proponen. “Todos podemos cambiar el mundo”, proclaman, y alientan a quienes pueden encontrar ideas creativas para llevar adelante iniciativas con impacto social. La semana pasada, el Príncipe Felipe de España distinguió a Drayton con el prestigioso Premio Príncipe de Asturias a la Cooperación Internacional, galardón que anteriormente recibieron Nelson Mandela, Al Gore, Mijail Gorbachov, Luis Inacio Lula da Silva, entre otros. En su discurso, Drayton destacó su trabajo por cambiar y mejorar el mundo, y su capacidad para detectar oportunidades donde otros sólo perciben amenazas. Celebramos este reconocimiento, pues allí reside la relevancia de su aporte: desde su tarea de emprendedor social alienta el compromiso de nuevos actores que sorteen los obstáculos y apuesten a la inversión social como auténtico motor del bienestar comunitario.

OTRAS OPINIONES s EL PAIS, MONTEVIDEO

Confianza en caída libre La reciente gira presidencial por países europeos dejó tres episodios anecdóticos pero a la vez ilustrativos de cierta realidad de gobierno: el paquete-regalo que fuera confundido con una bomba en Suecia; la comitiva trancada en un ascensor por no respetar los máximos de capacidad permitidos; los discursos presidenciales en Alemania sobre las virtudes de la democracia y sobre un país que gusta de feriados largos. Todo pasa como si esta izquierda en el poder descubriera el mundo y sus

códigos con dificultades que la dejan, como en los dos primeros episodios, al límite del ridículo. O, como en el caso de los discursos en Alemania, que la llevan a creer que como ella se ha convencido de las virtudes de la democracia, el exigente público alemán del siglo XXI reconocerá extasiado ese tardío deslumbramiento. O, lo que es peor, que el empresario alemán apreciará cierto folclore exótico que cuenta conversiones democráticas tardías y fines de semana sin trabajar, y que por ello llegará con inversiones al país. Estos son episodios recientes y puntuales. Pero no son los únicos que muestran la tremenda dificultad de esta izquierda gobernante por entender y cumplir con los códigos capitalistas internacionales.

Las buenas expectativas no son eternas y reaccionan ante la convergencia de señales negativas. Es por ello que no es casualidad el resultado de una reciente encuesta en la que participaron altos ejecutivos del Uruguay. Se verificó allí una tendencia a la baja en la aprobación de la gestión de gobierno, que en un año pasó de 54% al 15% del total. En vez de dar garantías de estabilidad para la inversión y de contener sus pulsiones extremistas sindicales y políticas, el Gobierno ha logrado con sus idas y venidas sumar ruido al ya de por sí complicado escenario internacional que se vislumbra para el país. El problema es, sobre todo, político. La confianza en que esta izquierda es capaz de conducir el barco en tiempos de crisis va en caída libre.

de lectores

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Dinero por dinero Señor Director: “Las recientes disposiciones referidas al mercado de divisas me recuerdan las clases de un maestro de economía que explicaba que en una sociedad donde existen la propiedad privada y la división del trabajo, y donde las transacciones se efectúan libremente utilizando el dinero, se realizan diariamente infinidad de operaciones de intercambio. “Se cambia dinero por cosas; cosas por dinero; dinero por servicios; servicios por dinero, y así, en forma infinita. Sin embargo, en ese conjunto de transacciones existen algunas, –muy escasas– en las que lo que se intercambia es «dinero por dinero» (entre ellas, el cambio de moneda local por moneda extranjera). Y estas pocas operaciones son las más importantes, puesto que nos conectan con el resto del mundo. Si se dificulta, se interfiere o se impide el libre intercambio de «dinero por dinero», todas las demás actividades sufrirán las consecuencias. “Es de esperar que quienes asumieron la responsabilidad de cuidar y facilitar estas operaciones no contribuyan a agravar aún más nuestra situación.”

Omar R. Verdi LE 4.429.640 [email protected]

Clase media Señor Director: “No sé a qué clase social pertenece el señor Pintos Morel ni a qué llama «clase media». Su carta, publicada recientemente, expresa gran enojo porque, según él, la clase media le dio el triunfo a la Presidenta. “La llamada clase media está hoy desaparecida. Sus valores se basaban en el trabajo, la honradez, el estudio, la vida digna, sin aspiraciones de riquezas ni gastos superfluos. Hoy existe la clase de la frivolidad, de los gastos compulsivos, de los nuevos ricos; esa sociedad de consumo que ha hecho la desgracia no sólo de la Argentina, sino también de los países tradicionales de Occidente que están en crisis. “Hay millones de planes Trabajar; millones de jubilaciones de amas de casa que se asignaron sin ningún censo ni estudio previo sobre quién la merecía y quién no; subsidios indiscriminados que aumentaron el caudal de votos. ¿No pensó que con lo enumerado bastó para llegar al 54 por ciento? Tal vez la otra mitad del país que no la votó sea algún rescoldo de la inexistente clase media.”

Edith de Urquiza LC 1.283.158 [email protected]

Crisis en Grecia Señor Director: “Ríos de tinta se han escrito sobre la crisis de Grecia. Obviamente, todo deudor debe honrar sus deudas, pero me permito cambiar la mirada y preguntar quiénes son los que prestaron a un país que no tiene capacidad de generar riquezas, con la excepción del turismo. “¿Cómo se siguió prestando a un país insolvente? Creo que ellos también tienen que dar explicaciones y hacerse cargo de sus tremendos errores de análisis de riesgo.”

Osvaldo R. Massa LE 4.431.279 [email protected]

Transporte público Señor Director: “En Brasil, los mayores de 65 años no pagan transporte público. Sería bueno que aquí por lo menos los jubilados quedaran exceptuados.”

Carlos Bourdieu DNI 4.359.766 [email protected]

Autopistas en San Luis Señor Director: “El domingo pasado se publicaron en este matutino al menos tres notas sobre el déficit de autopistas en nuestro país, pero en ninguna de ellas se menciona la distinta realidad que atraviesa San Luis. “Desde 2008 he tenido la oportunidad de viajar al menos una vez al año a esta provincia y no hubo ocasión en que no me sorprendiera gratamente la inauguración de autopistas y caminos construidos con fondos provinciales. En los últimos ocho años, el gobierno nacional construyó 600 kilómetros de

autopistas con el mayor presupuesto en dólares de la historia (cien mil millones). En el mismo período, con un presupuesto cien veces inferior al de la Nación, San Luis construyó 800 kilómetros de autopistas, la mayoría de ellas iluminadas y a precios muy inferiores a los pagados por aquélla. “Bueno sería que los gobiernos tuvieran en cuenta y reprodujeran los logros de políticas exitosas, cualquiera que fuera la pertenencia partidaria de quienes las implementan. Como esto requiere una cuota de humildad muchas veces extraña a quienes siempre creen hacer las cosas bien, apelo a que el periodismo informe que al menos en algún lugar de la Argentina existe una realidad distinta en materia de infraestructura vial y que, en consecuencia, un país mejor es posible.”

Pedro Wouterlood Sapag DNI 28.473.063 [email protected]

Derrumbe Señor Director: “Asistimos desde el viernes pasado a un espectáculo lamentable: múltiples funcionarios del gobierno de la ciudad se esmeran en explicar lo inexplicable y, lo que es peor, también lo hacen los profesionales convocados por los medios periodísticos para echar luz sobre el derrumbe. “Unos se deshacen en explicar que todo fue debidamente aprobado por las instancias técnicas y otros aclaran que finalmente es el profesional a cargo de la obra (o excavación) el que tiene la suma del conocimiento y de la técnica, y hasta lo compa-

ran con un cirujano cuando realiza una intervención en la soledad del quirófano. “Lo primero que habría que exigirle a quien tiene la responsabilidad de dirigir una obra es que, por lo menos, contrate un seguro que ampare sus errores, como hacen los médicos para atender los juicios por mala praxis. Pero antes que la técnica debería imperar el sentido común. ¿Quién pudo aprobar una excavación tan profunda con un edificio lindero de tantos pisos y tanta antigüedad? Conociendo el suelo de la ciudad, parece un despropósito. Me pregunto si la técnica de submuración o recalce habría permitido evitar el derrumbe.”

Jorge Alfredo Varela DNI 4.313.993 [email protected]

Padre De Mauroy Señor Director: “Me gustaría rectificar ciertas afirmaciones que no hice y que el señor Jorge Riani escribió en su artículo de LA NACION del domingo 30 de octubre pasado. Otras de esas afirmaciones han sido sacadas de su contexto, lo cual ha modificado su sentido. Todo esto puede verificarse, puesto que la conferencia fue grabada. “En primer lugar, nunca dije que la homeopatía era demoníaca, puesto que yo mismo la utilizo. Respecto de Internet, la utilizo igualmente y no soy contrario a lo virtual. Lo que digo es que un uso excesivo del mundo de la imagen, de lo virtual, impide el desarrollo de la inteligencia. “Luego, nunca he dicho que todos los métodos terapéuticos energéticos fueran demoníacos, sino que la mayor parte de ellos son ocultos y dan la posibilidad a una intervención oculta del demonio. En lo que se refiere al reiki, debemos afirmar que la presentación hecha por los promotores de esta terapia no sólo propaga errores y confusiones, sino que además su fundamento viene de la magia y que toda magia es demoníaca. “Para terminar, cito la atención vigorosa del Comité Doctrinal de la Conferencia Estadounidense de Obispos Católicos respecto del reiki.”

Señor Director: “El sábado próximo, el Club Atlético River Plate volverá, después una suspensión de cinco fechas, a jugar de local en el estadio Monumental. “Sin embargo, los hinchas y socios no podremos disfrutar de un retorno completo. Arbitrariamente, el gobierno de la ciudad de Buenos Aires ha reducido la capacidad del estadio de 60.000 a 40.000 personas, razón por la cual muchos socios e hinchas no podrán ver al club de sus amores. “Quisiera pedir públicamente al ingeniero Mauricio Macri o a quien haya tomado la decisión que la revea y nos explique a los hinchas de River por qué somos el único club de la Argentina que constantemente debe reducir la capacidad de su estadio. River Plate es el club con más socios del país y tiene el estadio más grande. Les pido que nos lo dejen usar como corresponde y permitan que todos los socios e hinchas podamos ir a la cancha.”

Juan Vignolo DNI 31.344.303 [email protected]

Régimen de padrinazgo Señor Director: “Me dirijo a usted a propósito de la carta de la señora Laura Musa, asesora general tutelar de la ciudad de Buenos Aires, del 5 este mes. La señora Musa defendió la suspensión por 90 días del denominado régimen de padrinazgo para asistir a chicos residentes en hogares institucionales de la ciudad. “Soy docente, una ciudadana común que se acercó al hogar Familias de Esperanza, Resguardo 2, con el único fin de ayudar a cuidar, entretener, brindar afecto a todos los niños que viven allí. Al hacerlo, descubrí un lugar cuidado, cálido, protegido y alegre. Vi a personal y directivos trabajando codo a codo. “Cuando decidí acompañar a un niño, trayéndolo los fines de semana a mi casa, recibí la visita de una psicóloga y una asistente social. Luego de esas entrevistas pude apadrinar a un bebe. Me pareció un procedimiento serio, que garantiza que el menor tendrá un cuidado responsable. He visto cómo los niños respondían con mayor rapidez por estar estimulados y contenidos dentro de una familia, en un marco de afecto individual que no puede ofrecer ningún hogar institucional, por razones obvias. También pude ver cómo todo el personal y sus directivos pasaban noches enteras al cuidado de niños en estado de salud crítico, ya sea dentro del hogar como en los hospitales, asistiéndolos como si fueran sus propios hijos. “Coincido con la señora Musa en que el régimen de padrinazgo debe incluir auditorías y un sistema homogéneo para toda la ciudad. Sin embargo, creo que se podría mejorar mucho el trabajo en común incorporando el punto de vista de expertos y también el testimonio de padres adoptivos, pero evitando suspensiones que terminan castigando a los niños con un nuevo abandono. Estas ideas, como las que se publicaron antes en esta sección, están inspiradas en el dolor de ver sufrir a chicos y chicas. “No pretendo cuestionar ni dar consejos. Sólo invitar a una reflexión común en beneficio de estos niños cuyo sufrimiento hay que aliviar ofreciéndoles lo mejor.”

Graciela Schnabel DNI 14.157.528

Inequidades Señor Director: “Los jubilados que no cobramos lo que realmente se nos debe (en mi caso, desde marzo de 1995) financiamos con ese hurto mensual de parte de nuestros ingresos al Estado. “Pero, además del importe magro que cobramos, se nos efectúan retenciones para el pago de impuesto a las ganancias, que en caso de jubilaciones pequeñas es una sangría impropia y en caso de las más importantes representa hasta un 20% del ingreso. “Hugo Moyano, con quien no tengo ni comparto ninguna relación ni política ni cultural, debería ampliar su demanda referida al mínimo no imponible del impuesto a las ganancias e incluir los haberes de los jubilados, incluso denominados trabajadores pasivos.”

José J. Oriani [email protected]

Padre Paul Marie de Mauroy, sj [email protected]

Atención al lector 5199-4777 Impresión y distribución: Zepita 3251, Capital Federal U Las ventas de LA NACION son auditadas por el IVC. U © Año 2011, S.A. LA NACION, Dirección Nacional del Derecho de Autor, expediente renovación Nº 819.059. Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido del presente diario.

Monumental

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