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CAPÍTULO III Por Junior Brenes Usado con permiso LA EPÍSTOLA DE SANTIAGO

INTRODUCCIÓN En este capítulo se presentará un panorama general de la carta de Santiago. Se hará un análisis del trasfondo del autor, de los destinatarios, de la estructura y contenido de la carta, así como una exposición sobre los temas que desarrolla Santiago. El análisis de esos temas servirá para ver la relación directa con la literatura sapiencial del Antiguo Medio Oriente. La exégesis meticulosa queda reservada para otro trabajo. Pero un panorama general de la carta hará evidente el paralelismo existente entre ella y la literatura sapiencial judía. El propósito de presentar este panorama general es poner una plataforma sobre la cual el lector pueda fijar en su mente la relación entre esta carta y aquella literatura del Antiguo Medio Oriente. La finalidad última es llamar la atención del lector hacia el mensaje de la carta de Santiago, cuyo contenido es aplicable al tiempo presente, y tiene mucho que decir a la cristiandad de hoy, como lo hizo en aquel primer siglo de la era cristiana. EL AUTOR DE LA CARTA Y SU TRANSFONDO Sería excelente dar un trato justo a los aspectos que tienen que ver con la crítica histórica sobre la carta de Santiago. Sin embargo, para efectos de este trabajo se asumirá como un hecho que el autor de la carta “es Santiago, el hermano de nuestro Señor, mencionado primeramente en Marcos 6:3 como uno de sus cuatro hermanos”,1 se analizará el trasfondo del mismo con el fin de observar el eminente tono judío de su carta. Por otro lado, es necesario comentar un poco sobre los destinatarios de la carta. Ha existido controversia en cuanto a este aspecto. Si la carta tiene un tono judío y está dirigida a judíos no creyentes, nada tendría que decir a la cristiandad de aquel entonces ni de ahora. Pero si se entiende que sus destinatarios eran creyentes, sean judíos o no, entonces cobra trascendencia para la cristiandad de todos los tiempos. Este aspecto es importante debido a que las aplicaciones que se generarán en el próximo capítulo se delimitan a la cristiandad en medio de la postmodernidad. Respecto del autor de la carta, nótese que durante el ministerio terrenal del Señor, Santiago no reconoció el estatus mesiánico de Jesús. Pero el evento histórico de la resurrección del Maestro marcó su vida hasta el convencimiento de que Jesús era el Salvador (Hch. 1:14; 1 Co. 15:7).2 Después de esto, Santiago asume una posición de liderazgo en medio de la iglesia del primer siglo. Testimonio de ello es lo que el apóstol Pablo dice cuando le llama “columna” en Gálatas 2:9. Sobre este particular, comenta Warren W. Wiersbe: Fue él quien dirigió la asamblea de la iglesia como se describe en Hechos 15. Cuando Pedro fue librado de la prisión, envió un mensaje especial a Santiago (Hechos 12:17); y cuando Pablo visitó a Jerusalén, fue Santiago quien trajo los saludos y la ofrenda de amor de los gentiles (Hechos 21:18-19).3 El ministerio de Santiago fue preponderante en medio de la iglesia del primer siglo. Su testimonio tuvo que haber sido inspirador y respetado por sus hermanos. La tradición dice que Santiago 1

Everett F. Harrison, Introducción al Nuevo Testamento, trad. Norberto Wolf (1980): 385. Warren W. Wiersbe, Maduros en Cristo (1987): 2. 3 Ibid., 3. 2

18 “oraba tanto que sus rodillas eran tan duras como las de un camello”. 4 Wiersbe señala que: La tradición dice que Santiago murió como mártir en el año 62 A.D. La historia relata que los fariseos que vivían en Jerusalén odiaban tanto a Santiago por su testimonio que lo arrojaron desde la parte superior del templo y finalmente lo mataron a palos. La historia también narra que Santiago murió orando por sus enemigos diciendo las mismas palabras de Cristo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”.5 Una y otra vez habla Santiago de la ley sin detenerse a aclarar si es la ley mosaica o la de Cristo. Según Harrison el propósito del autor es unificarlas con el toque de Cristo para generar una fusión que da como resultado la ley de la libertad (1:25).6 A estos aportes anteriores, Harrison añade: La expresión “Señor de los ejércitos” (5:4) sugiere un enfoque veterotestamentario, al igual que “la justicia de Dios” (1:20). Elías oró “con oración”, un aparente hebraísmo. La referencia a la higuera (3:12) merece ser notada. Una acusación de adulterio espiritual (4:4) nos hace recordar de ataques similares por parte de los profetas de Israel. El mandamiento de lavarse las manos y purificar los corazones (4:8) tiene un sonido decididamente veterotestamentario. También está la referencia a los postreros días.7 Cada uno de los aspectos observados por Harrison deja ver la mentalidad judía del escritor de la carta.8 De esta forma se puede justificar el semitismo de la misma, especialmente en relación con la sabiduría israelita. “Santiago pertenece a la literatura sapiencial, y demuestra tener parentesco tanto con los libros sapienciales del Antiguo Testamento como con algunos de los apócrifos”. 9 Harrison cita a B. S. Easton, quien señala que la epístola “está escrita en su totalidad como una parénesis”.10 Esta es una posición cada vez más aceptada entre los que comentan sobre la carta.11 La carta muestra una sintaxis “más semítica que griega, recurriendo sólo ocasionalmente a alguna construcción hipotáctica (subordinada)”. 12 Santiago “cita el Antiguo Testamento sólo cinco veces, pero hay muchas alusiones a pasajes del Antiguo Testamento en la carta”.13 Así, por ejemplo, utiliza las figuras de Abraham, Isaac, Rahab, Job y Elías en su escrito. 14 Otro aspecto importante de la carta es el reflejo de la enseñanza de Jesús. Wiersbe hace una comparación entre los textos de Santiago que representan un eco del Sermón del Monte: Santiago 1:2 con Mateo 5:10-12; Santiago 1:4 con Mateo 5:48; Santiago 1:5 con Mateo 7:7-12; Santiago 1:22 con Mateo 7:21-27; Santiago 4:11-12 con Mateo 7:1-5 y Santiago 5:1-3 con Mateo 6: 1921.15 El acumulado de lo dicho anteriormente es que “Santiago era judío, educado en la tradición de la ley de Moisés; por lo que sobresale en su carta su legalismo judaico”.16 No debe ajusticiarse a Santiago cuando se dice que impregna su carta con “legalismo judaico”, ya que él vivió en una 4

Ibid. Ibid. 6 Harrison, Introducción: 386. 7 Ibid. 8 Eugene H. Maly, Conoce la Biblia: Nuevo Testamento (1966): 6. 9 Harrison, Introducción: 383. 10 Ibid., 388. 11 José Salguero, “Epístola de Santiago” en Biblia comentada, 7 (1960): 13. Así opina este autor, el cual ve mucha semejanza entre la carta de Santiago y algunos pasajes parenéticos de escritos judíos antiguos, como la Carta Arístides, el Testamento de los doce patriarcas, I Enoc, 4 Macabeos, el Documento de Damasco y el Manual de la disciplina de Qumrán. 12 Harrison, Introducción: 386. 13 Wiersbe, Maduros: 4 14 Harrison, Introducción: 386. 15 Wiersbe, Maduros: 4. 16 Ibid., 3. 5

19 época y circunstancia muy difícil. Por un lado era un judío que creyó en el Señor, y al cual le costó, como a los otros apóstoles, desligarse de la sombra de la ley mosaica para adoptar la “luz brillante de la gracia de Dios”. 17 Respecto de los destinatarios, el encabezado “las doce tribus que están en la dispersión”, es una frase ambigua. Thomas W. Leahy dice que debe tomarse en cuenta que “desde que los Asirios llevaron cautivas a las diez tribus del norte, esta expresión llegó a significar la esperanza escatológica en la restauración del pueblo”.18 Desde su punto de vista, Santiago estaría usando la expresión en un sentido nacionalista, no cristiano. No obstante, la expresión puede referirse aquí a la “iglesia cristiana como una prolongación del pueblo de Dios (cf. también Mt. 19:28; Lc. 22:30; Ap. 21:12)”.19 Eugene H. Maly la toma en este último sentido. Al respecto comenta que es una forma de referirse a “los cristianos del ‘Nuevo Israel’, la verdadera ‘descendencia de Abrahán, herederos según la promesa’ (Gal (sic) 3:29)”.20 Lo dicho anteriormente evidencia que hay controversia sobre el particular. Puede asumirse, por la introducción que Santiago hace (1:1), que la carta está dirigida a hebreos no cristianos.21 Como también puede observarse que la epístola contiene una variedad de temas que “difícilmente podrían haber sido incluidos en un documento dirigido a no cristianos”. 22 Harrison hace un listado de varios temas de la carta que apuntan a destinatarios cristianos.23 Así que lo único que quedaría por resolver sería si los lectores son los cristianos en general o cristianos hebreos.24 La opinión más aceptada, aunque no universal, es que los lectores eran cristianos hebreos del primer siglo.25 La trascendencia de la palabra de Dios hace que ese mensaje dado a aquellos cristianos del primer siglo sea aplicado al cristiano del siglo XXI en medio de la postmodernidad. ESTRUCTURA Y CONTENIDO DE LA CARTA A pesar de los esfuerzos que cualquier estudioso o erudito pueda realizar, es necesario apuntar que la estructura de la carta, si la tiene, no es fácil de precisar.26 Este detalle, aunque no lo parece, es relevante debido al carácter parenético de la epístola. Como ya se apuntó anteriormente, muchos ven en la epístola una “estructura” parenética.27 Es decir, de sentencias o máximas como mandatos o proverbios. Desde ese punto de vista su semejanza con el libro antiguo testamentario de Proverbios es sorprendente. La carta posee un compendio de varios temas que se relacionan con la vida del cristiano. Al parecer estos temas están desconexos el uno del otro, pero sí existe un mínimo común denominador. Es aquel que se relaciona con la buena conducta del creyente. “Santiago escribe 17

Ibid., 4. Thomas W. Leahy, “Epístola de Santiago” en Comentario Bíblico San Jerónimo, 4 (1972): 294. 19 Ibid. 20 Ibid. 21 Harrison, Introducción: 383-384. Este autor comenta que la expresión “las doce tribus que están en la dispersión” (1:1) invita a que uno se pregunte si esta carta podría haber sido escrita, en realidad, a judíos no cristianos. Ibid. 22 Harrison, Introducción: 384. 23 Ibid. Se presupone la fe en el Señor Jesucristo (2:1). Se habla de la “venida del Señor”, que sería el retorno de Cristo y no la intervención del Señor Dios de Israel tan esperada por los judíos. Se dice que los lectores son engendrados por la palabra de verdad (1:18), una alusión clara, aunque no explícita, a la regeneración. Y finalmente, el buen nombre ha sido invocado sobre los lectores. Probablemente el nombre de Cristo. 24 Ibid., 384-385. 25 Ibid., 383-385. Harrison expone algunas razones por las que algunos opinan que la epístola fue dirigida a judíos no cristianos, otros a cristianos en general, y otros a cristianos hebreos. 26 Salguero, “Santiago”: 21. 27 Ibid., 13. 18

20 siguiendo el modelo de los libros Sapienciales del Antiguo Testamento, sin preocuparse por un nexo rigurosamente lógico”.28 Por lo tanto, aunque el término “sofiva” sucede sólo cuatro veces (1:5; 3:13, 15, 17) en la carta, y “sofov"” sólo una (3:13), como “un libro” que instruye para el buen comportamiento del individuo cristiano (19 veces sucede el término “hermanos”), Santiago puede estructurarse bajo el lente del tema de la sabiduría. Este acercamiento obedece, en mayor parte, al estilo de redacción del escrito y a los temas que éste compila. Por otro lado, se puede aplicar también un análisis según la repetición de palabras claves. J. Roland Blue rescata las opiniones de V. W. Gram. Scroggie y dice que: Una técnica literaria impresionante empleada por Santiago es la de unir cláusulas y oraciones por medio de la repetición de una palabra clave, o una que es afín a ella. Por ejemplo, “paciencia” (1:3) y “paciencia” (v. 4); “sin que os falte cosa alguna” (v. 4) y “si alguno de vosotros tiene falta de” (v. 5); “pídala” (v. 5) y “pida” (v. 6); “no dudando nada” (v. 6) y “el que duda” (v. 6).29 Este paradigma puede emplearse para estructurar el contenido de la carta, pero puede anticiparse que generará una lluvia de ideas que necesitarán aún así un común denominador. Se podrá ver, en los párrafos siguientes, cómo el tema de la sabiduría, heredado del Antiguo Testamento y acuñado en el pensamiento de Santiago, se muestra como en medio de una urdimbre que proporciona muchos matices derivados de un tronco común, a saber, la sabiduría como instrucción para un buen vivir. En resumen, hasta aquí se ha dicho que Santiago fue un judío formado en la tradición del AT y que ha impregnado su carta con un matiz semita impresionante, que sus lectores son creyentes del primer siglo y, por lo tanto, el mensaje de su carta es pertinente para la cristiandad del siglo XXI. Los temas expuestos por Santiago serán analizados en el siguiente apartado con el fin de hacer más fácil la asociación de los mismos con la enseñanza sapiencial del AT. ECOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO EN SANTIAGO Como se señaló anteriormente, “Santiago era judío, educado en la tradición de la ley de Moisés; por lo que sobresale en su carta su legalismo judaico”.30 Este apartado del capítulo estará dedicado a observar esa mentalidad judía, esa formación antiguo testamentaria, en las palabras escritas por este autor nuevo testamentario. Este breve análisis permitirá ver cómo sube a flote, como la punta del iceberg que esconde un monumento de hielo, algunos rasgos de la presencia del AT en Santiago. Paul J. Achtemeier, Joel B. Green y Marianne Meye Thompson, comentando sobre la relación de la carta de Santiago con la literatura sapiencial del AT y la apócrifa, observan similitudes entre este escrito nuevo testamentario y aquellos antiguo testamentarios. Esas similitudes comprenden los temas tratados en Santiago como es, por ejemplo, la devoción a Dios, el papel de la prueba y la disciplina y su relación con la sabiduría, el poder de la palabra y los efectos perniciosos del discurso, la conexión entre el enojo y la revuelta comunal, lo atractivo y lo vano de las riquezas, y el alto contraste entre lo legítimo y lo malvado. 31 El recuento anterior compilado por estos autores sería casi suficiente para ver la sombra del AT en la carta de Santiago. Sin embargo, es necesario apuntar más explícitamente algunas particularidades. Santiago inicia su instrucción sapiencial en el 1:2 introduciendo el tema de las pruebas. En medio de las pruebas el creyente debe mantener una actitud de gozo. Santiago no cuestiona la presencia 28

Salguero, “Santiago”: 21. J. Ronald Blue, “Santiago” en El conocimiento bíblico: Nuevo Testamento, 4 (1998): 61. 30 Wiersbe, Maduros: 3. 31 Paul J. Achtemeier, Joel B. Green y Marianne Meye Thompson, Introducing the New Testament: Its Literature and Theology (2001): 500. 29

21 o no de las pruebas en la vida del creyente, la da por un hecho (o{tan). La prueba y la paciencia están íntimamente ligadas. De hecho, el tema de la paciencia que Santiago trata en este primer capítulo, y parece desaparecer en el resto de la carta, es retomado en 5:7 y conectado con la esperanza escatológica.32 Este tema de las pruebas es, probablemente, un eco del contenido del libro de Job y del libro de Eclesiastés. Respecto del libro de Job, debe recordarse que éste relata el drama de un hombre que, a pesar de ser justo, experimenta sufrimientos. Job no sufre por causa de su pecado, pues no se halla en él tacha alguna (cf. Job 1:1, 5, 20-21). Pero debe reconocerse que se acerca mucho al pecado por causa de su sufrimiento. 33 Con respecto a Eclesiastés, ya se señaló en el capítulo anterior, al pie de página, que Eclesiastés emplea una mayéutica en la que se busca disipar el concepto de que a una acción “X” debe por defecto darse una respuesta “Y”.34 El Qohelet está absorto en algunos casos porque el mismo resultado recibe tanto el justo como el impío (cf. Pr. 11:28; Ecl. 1:15; 2:15; 7:15). De este modo, el tema del sufrimiento para el justo se presenta como una realidad que hay que enfrentar. Santiago toma aquellos conceptos de la literatura sapiencial y los encarna en su escrito. Sin definir el tipo de pruebas, Santiago únicamente asume que estas se dan y que son diversas (poikivloi"), es decir que son abundantes y de muchos matices distintos. Algunas veces estas pruebas habrán de presentarse una en sucesión de otra, pero otras, todas juntas (cf. Job. 1:13-19). Para enfrentarlas apropiadamente se necesita una “sabiduría que debe ser asegurada mediante una oración confiada, 5-8, y puede también ayudar a ello una estimación correcta de las condiciones de vida existentes, 9-11”.35 El tema de la oración se introduce de forma implícita en el 1:5 donde no se usa ningún término griego que se relacione con ella. Pero sí se impera a los lectores a “pedir”. Luego vuelve a aparecer en 5:13-17 bajo el uso de distintas palabras griegas. Aquella oración de la que Santiago habla, que pide sabiduría, encuentra su imagen en el libro de Proverbios. Santiago manda pedir sabiduría a Dios, ante lo cual Dios responderá dando sabiduría sin reproche alguno. De igual forma, en los versos de Proverbios 2:6-7 se dice que Dios da sabiduría a los rectos.36 La función de la sabiduría en Santiago, con frecuencia, ha sido “pobremente entendida” debido a que el autor no la relaciona en forma explícita con los demás temas de la carta.37 La sabiduría que se pide a Dios en 1:5 es sin duda alguna la buena dádiva que se expresa en 1:16-18. 38 Así, la sabiduría funciona como un antídoto contra el fracaso ante la prueba y la tentación. “Dios es el Todopoderoso y el dador de sabiduría a los seres humanos, él es el ejemplo supremo de sabiduría, la cual fue particularmente evidenciada en su creación del mundo (Pr. 3:19; 8:22-31)”.39 La sabiduría, entonces, no proviene del ser humano, sino que ésta está “estrechamente relacionada con el Espíritu de Dios”. 40 Respecto de la correcta estimación de las condiciones de la vida, se puede observar un paralelo con la literatura antiguo testamentaria en el libro de Eclesiastés. En Eclesiastés 5:10-20 el Qohelet, basado en su propia reflexión, instruye para que el ser humano no se afane por la 32

Peter Davids, The Epistle of James (1982): 35. Julio González, “Job” (2007): 15. Según este catedrático Job reniega contra Dios. Al principio del libro él se muestra muy equilibrado en el enfrentamiento de sus pruebas. Pero más adentrado el libro Job maldice el día que nació e interpela a Dios por justicia en virtud de su conducta justa. Podría tomarse, entonces, la exasperación de Job en medio del dolor como un pecado. 34 Frederic Raurell, “Dimensión ético-pedagógica de la provocación en el Qohélet”, Selecciones de teología 35/140 (1996): 315-326. 35 H. Willmering, Comentario a la Sagrada Escritura, 4 (1962): 405 36 Paul J. Achtemeier, et al, Introducing the New Testament: 501. 37 Davids, The Epistle: 51. 38 Ibid., 52. 39 Ibid. 40 Ibid. 33

22 demasía de riquezas, pero que tampoco se opaque por no poseerlas. En medio de las pruebas la paciencia (1:4) cobra un valor muy importante. El término usado aquí es “uJpomonhv”, que tiene una connotación de entereza y aguante, de constancia firme en medio de las circunstancias difíciles que se puedan enfrentar.41 Esta paciencia puede ser equiparada, casi como un paralelismo conceptual, con la frase “perfectos y cabales”. Es decir, la “obra completa” de la paciencia, o la paciencia en su plenitud, es estar “completamente instruidos”42 para enfrentar las vicisitudes de la vida. La paciencia expuesta en este primer capítulo (en términos de una situación existencial) es complementada con la esperanza escatológica del capítulo cinco (5:7).43 Esa paciencia de la que Santiago habla puede encontrar su paralelo en la actitud de longanimidad que tuvo que mantener Job ante su situación. Si bien es cierto, no se expresa que Job tuviese paciencia, se puede ver tácitamente que sí la ejerció. Esto se constituye en otro eco antiguo testamentario. El tema de los ricos y los pobres y la relación apropiada que debe haber entre ellos y para con Dios, lo enseña Santiago en 1:9-11; 2:1-13; 5:1-6. La actitud que Santiago toma con respecto al tema de las riquezas viene “directamente de su Biblia, del Antiguo Testamento”.44 Ante la opresión que Santiago denuncia “terrible será el juicio de Dios sobre los ricos que se glorían en sus riquezas acumuladas por medio de la injusticia”.45 Sin duda alguna hay un tenor de la denuncia profética del AT (cf. Is. 58:6-7). Pero también la literatura sapiencial antiguo testamentaria habla sobre el tema (cf. Pr. 14:20-21; 17:5; 19:17; Ecl. 5:8). Santiago instruye acerca de la tentación (1:12-18). ¿Cómo puede el ser humano adquirir sabiduría en medio de la tentación? Pues ella sirve como un mecanismo de prueba46 para acrisolar el carácter del creyente, y así, el creyente en medio de la tentación es un “candidato a un mundo mejor”. 47 La tentación de la “mujer extraña” en Proverbios 5-7 se convierte en una prueba que evalúa la obediencia o no del “hijo” a la instrucción de su padre (cf. Pr. 5:1-2, 7; 6:20-25; 7:1-5). Achtemeier y sus compañeros comentan el trato de Santiago sobre los “dos caminos”, y exponen que el “camino de la vida” se define en Santiago en términos de comunión y amor para con Dios.48 En contraposición con este camino de vida está el “camino de muerte” que implica el asesinato, adulterio, lujuria, fornicación, robo, idolatría, atraco, falso testimonio y un doble corazón, entre otros.49 Podrá verse que “los dos caminos” también es un tema de la literatura sapiencial donde el que escoge el mal camino es denominado “necio”, “insensato” o “simple”, y el que toma el buen camino es el “sabio” y “entendido” (cf. Pr. 1:7, 22 y 27:22 sobre el necio y 1:5 y 12:15 sobre el sabio). También observan Achtemeier y sus compañeros que los mandatos de 1:19-20 encuentran su paralelo en Proverbios 14:17; 14:29; 15:18.50 En estos pasajes “‘encenderse en ira’ provoca que se digan y hagan cosas ridículas, las cuales se lamentarán posteriormente porque no se pueden

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U. Falkenroth, “uJpomonhv”, Diccionario teológico del Nuevo Testamento, 3 (1983): 238. Adam Clarke, Comentario de la Santa Biblia, 3 (1974): 630 43 Davids, The Epistle: 35. 44 Bob E. Adams, “Opresión y pobreza: Análisis teológico del tema en Santiago”, Diálogo Teológico, 28 (noviembre de 1986): 51. 45 Willmering, Comentario a la Sagrada Escritura, 4: 406. 46 Recuérdese que el término usado aquí es “peirasmov"”, el cual puede traducirse “tentación” o “prueba”. Por tanto, puede decirse que toda tentación es una prueba (vista desde la perspectiva divina), aunque no toda prueba es una tentación. Si la tentación se asume con una actitud correcta, el individuo es aprobado, de lo contrario, puede pecar al adoptar actitudes negativas. Como sucedió con Jesús en el desierto, si se enfrenta apropiadamente, se convierte en una prueba que aprueba al candidato. 47 Adam Clarke, Comentario: 631. 48 Achtemeier, Introducing the New Testament (2001): 500. 49 Ibid. 50 Ibid., 501. 42

23 rectificar”.51 El que procede iracundamente “vez tras vez se mete en problemas y tiene que sufrir las consecuencias”52 (cf. también 19:19 y 22:24). Se puede decir que la instrucción que Santiago recibiera sobre aquellos textos es la base de su exhortación. Otro paralelo que observan estos autores es Santiago 1:27 con Proverbios 14:31. Santiago habla de la verdadera religión que es visitar a las viudas y a los huérfanos, además de una vida apartada del pecado. Proverbios habla de tener misericordia del pobre. La relación es bastante obvia. Acerca del término “visitar” (ejpiskevptesqai), el comentario de René Kruger es muy enriquecedor: El término abarca varios niveles de significado: ver, examinar, preocuparse por, visitar; con una referencia implícita clara al cuidado y la protección. El visitar no se refiere, pues, a una visita corta o de cortesía, sino a ayuda, preocupación, consideración, interés, cuidado.53 Y luego, ampliando sobre el texto en cuestión (1:27) dice: Huérfanos y viudas son dos de las cuatro categorías extremas de pobres en el AT. Las otras dos son los extranjeros y los pobres mismos… Los huérfanos y las viudas no tienen ingresos propios ni protectores por derecho propio que los pudieran defender en la sociedad. La radicalidad e incluso la tenacidad de los textos veterotestamentarios sugiere que estos grupos pobres de la población solían ser muy descuidados y oprimidos por los poderosos y pudientes. 54 Pasando a otro tema, se puede encontrar una clara referencia de la parcialidad expuesta por Santiago 2:1-13 en Proverbios 18:5. La raíz griega del término que Santiago utiliza (proswpolhmyiva), que se traduce en la mayoría de las versiones españolas por “acepción de personas”, “tiene como base las palabras ‘rostro’ y el verbo lambavnw (recibir); el sentido literal es ‘recibir a alguien según el rostro’, es decir, por lo que aparenta y, por lo tanto, con cierta parcialidad”.55 Al igual que la literatura sapiencial, Santiago instruye a no proceder de esta forma. La ayuda al hermano necesitado (Stg. 1:27; 2:14-17) encuentra su paralelo en Proverbios 3:2728, donde se puede apreciar, una vez más, que Santiago hace casi una paráfrasis del mashal antiguo testamentario. Santiago entrelaza esta virtud (la de compartir con el que tiene necesidad) con la fe que se profesa. En Proverbios no hay ninguna conexión de este tipo. La relación en ambos pasajes es compartir con el que necesita puesto que se tienen los recursos para hacerlo.56 El uso de la lengua se encuentra registrado en Santiago 3:1-12. Santiago instruye acerca del uso apropiado de la lengua, cuyo principal problema es su naturaleza indomable. 57 Achtemeier y sus compañeros, en un apartado dedicado a presentar ciertas relaciones entre Santiago y la literatura sapiencial judía, relacionan Santiago 3:6 con Proverbios 16:27. Si se comparan estos dos textos se podrá ver que más que un eco del AT, Santiago 3:6 es casi una paráfrasis conceptual (cf. también Proverbios 12:18; 15:1-2; 16:23; 25:11, 14, 15, 18 sobre el uso correcto de la lengua). El problema de los soberbios (Stg. 4:1-17) es otro eco de la literatura sapiencial judía. Proverbios 3:34 estima una justa retribución tanto para el soberbio como para el justo. De este texto 51

Sid S. Buzzel, “Proverbios”, trad. Elizabeth M. de Carpinteyro El conocimiento bíblico: Antiguo Testamento 4 (2000): 302. 52 Ibid., 317. 53 René Kruger, “Una definición muy peculiar de religión según Santiago 1:27” Cuadernos de Teología, 22 (2003): 83-84. 54 Ibid., 86. 55 Francisco Mena, “El concepto ‘acepción de personas’ en Santiago y la búsqueda del poder al servicio de la vida”, Vida y pensamiento 15/1 (1995): 118. 56 Obviamente, para Santiago, los que son objeto de su exhortación cuentan con los recursos para compartir con el necesitado, mientras que en Proverbios se dice que este beneficio debe darse cuando se cuenta con los recursos para hacerlo. En ambos casos se espera una respuesta filantrópica del que posee. 57 Leif Vaage, “Cuídate la boca: La palabra indicada, una subjetividad alternativa y la formación de los primeros cristianos según Santiago”, Revista de interpretación bíblica latinoamericana, 31 (1998): 114.

24 proverbial toma Santiago la cita del 4:6 (uJperhfavnoi" ajntitavssetai, tapeinoi`" de; divdwsin cavrin). Puede compararse también 15:25; 16:19; 21:14 sobre la instrucción en cuanto a este tema. Puede considerarse el extenso discurso que Jehová le dio a Job (Job 38-41) como otra porción de la sabiduría antiguo testamentaria que trata el tema de la soberbia. En su dolor Job reclama a Dios por su sufrimiento, ante lo cual Dios le recuerda su pequeñez y le confronta por una actitud algo soberbia. Finalmente, no como un tema de menor importancia, sino como uno que se entreteje dentro y alrededor de los temas anteriormente comentados, se encuentra el tema del temor de Dios. Santiago se identifica como “siervo de Dios” (1:1), manda que se pida a Dios sabiduría (1:5), Dios no se agradará del que pida sin fe (1:7), al que vence la tentación se le promete la “corona de vida” que Dios mismo dará (1:12), Dios es el que ha dado renacimiento y por ende hay que oírle y obedecer su palabra (1:18-25), la religión demanda que exista una divinidad a la cual dedicar esa devoción (1:26-27), la exhortación en cuanto a la parcialidad se basa en que hay un Dios, una ley y una creación que merecen ser respetados (2:1-13) o de lo contrario el juicio será inminente. Todos los puntos anteriores, y los demás pudiesen extraerse de la carta,58 están relacionados con el temor de Dios. El buen vivir del que Santiago instruye no se basa simplemente en las arbitrariedades de un hombre que miró al Señor, sino en una conciencia de las verdades antiguo testamentarias. Esas verdades fluyen sobre una base que es el temor de Jehová (cf. Pr. 1:7, 29). Al igual que la literatura sapiencial del AT,59 el temor de Dios es característico de la carta de Santiago. Concepto de sabiduría A la luz de todo lo dicho anteriormente en este capítulo, conviene exponer el concepto de sabiduría como lo entiende el lente judío y, por lo tanto, como lo debe entender el cristiano de la postmodernidad. El término “sabiduría” y el adjetivo “sabio” se referían a un saber extraordinario. Originalmente se aplicaba en el terreno práctico, pero posteriormente se limitó a un saber teórico.60 En la LXX, “sabiduría” designa una habilidad en algún terreno, sagacidad económica, el arte de gobernar, o en cuanto a la cultura. En sentido general se refiere a una conducta inteligente.61 En el NT conlleva la idea tradicional del AT, “el comportamiento que resulta de vivir en alianza sellada con Dios, y por lo tanto hay que considerarla como un don divino”. 62 J. Goetzmann señala que el caso de Esteban debe ser tomado en cuenta como un ejemplo de una sabiduría que conduce a un buen vivir en sujeción a Dios, por lo cual el testimonio de este mártir no podía ser comprometido. 63 Santiago dice que “toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces”64 (1:17) y que la sabiduría terrenal se opone a la que desciende de lo alto y por lo tanto es celestial (3:14-17). De tal forma que para Santiago la sabiduría proviene de Dios. Esta concepción es un claro eco de lo que expone Proverbios 2:6-7. Ahora bien, cuando Santiago habla de la sabiduría en esos dos textos, la relaciona con la conducta del creyente. En el primer caso, la sabiduría es necesaria para soportar la tentación y enfrentar las 58

Así por ejemplo la exhortación que Santiago hace sobre el uso de la lengua, la corrección de los soberbios, el juicio inminente sobre los opresores del pobre, la paciencia hasta la venida del Señor, la oración y otros, son parte del mismo común denominador. Vivir sabiamente es vivir en temor de Jehová. 59 Anabel Fernández Ortiz, “La literatura sapiencial bíblica y los proverbios morales de Sem Tob”, Aletheia 1/9 (1996): 35. 60 J. Goetzmann, Diccionario teológico del Nuevo Testamento, 4 (1987): 124. 61 Ibid. 62 Ibid., 125. 63 Ibid. 64 Como ya se dijo anteriormente, ese don perfecto y la buena dádiva es una referencia a la sabiduría que se pide en 1:5.

25 pruebas (cf. 1:2-3, 12-16). En el segundo caso para un proceder puro, pacífico, amable, benigno, misericordioso y limpio de hipocresía (3:17). De tal forma que Santiago concibe la sabiduría en relación con la conducta. Esa conducta es la que se da en medio de la comunidad de fe. 65 Es decir, la ética cristiana es uno de los temas primordiales de Santiago. Entonces, todos los temas que Santiago plantea, aunque no los relaciona con el término “sabiduría” explícitamente, tienen que ver con él. La “sabiduría” en Santiago se refiere a una buena conducta en medio de la sociedad en la que se esté inmerso. Esto es lo mismo que vivir en el temor de Dios, ser hacedor de la palabra, vivir como Dios manda y hacer lo que Dios hace. 66 Vivir el carácter de Dios es la preocupación central de Santiago. CONCLUSION En este capítulo se ha podido ver el trasfondo de Santiago, el autor de la carta que lleva su nombre. Como judío forjado en la tradición judía y veterotestamentaria, Santiago impregna su carta de una mentalidad semita muy fuerte. La sintaxis de la carta lo demuestra. Pero por sobre todo, la temática expuesta en el escrito evidencia un juicio afín al de la literatura sapiencial judía. Santiago escribe a un pueblo cristiano con el fin de brindar instrucción sobre la forma correcta de vivir, la cual se ajusta al plan de Dios. La sabiduría antiguo testamentaria está en la mente de Santiago a la hora de redactar su carta. Prueba de ello son las muchas alusiones o ecos del AT que se pueden ver en la carta, y aun las citas expresas. ¿Qué tiene que decirle Santiago al cristiano que vive en medio de la postmodernidad? Ese es el tema del siguiente capítulo. En el mismo se trazará una relación ya obvia entre el contenido de la literatura sapiencial del Antiguo Medio Oriente y la carta de Santiago. Posteriormente se buscarán puntos de aplicación del mensaje de Santiago a la generación de cristianos que viven en medio de esta llamada postmodernidad. ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.

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Debe notarse el gran interés en Santiago por exponer asuntos que tienen que ver con la comunidad de fe. La relación entre ricos y pobres, por ejemplo, debe ser imparcial en medio de la comunidad de fe. La ira y el mal uso de la palabra son pecados que afectan la relación entre hermanos. La ayuda el hermano necesitado es una responsabilidad de la comunidad de la fe. En realidad todos lo temas de Santiago se relacionan con la conducta en medio de la comunidad de la fe y que, obviamente, generan resultados en medio de la comunidad no creyente. 66 Achtemeier, Introducing the New Testament: 506.