Big Sur, el tramo misterioso

Domingo 24 de octubre de 2010. Turismo ... ños, parada obligada en la ruta del ... diantes que cursan en la California ... encuentra el parque estatal de Mon-.
3MB Größe 10 Downloads 112 vistas
Turismo

Página 4/LA NACION

2

3

Domingo 24 de octubre de 2010

[ CALIFORNIA ] Nota II de III

Estudiantes salen a la ruta con tablas de surf y un viejo ómnibus

Playas tranquilas para descansar muy cerca del camino

Big Sur, el tramo misterioso En auto, por la Highway 101, entre espesas nubes, acantilados y curvas cerradas, con rumbo norte Por José Totah Para LA NACION SAN LUIS OBISPO.– Rosebud. Es lo último que balbucea el magnate Charles Foster Kane antes de morir, en la famosa película de Orson Welles El ciudadano Kane. Es ésa, también, la palabra más enigmática en la historia del cine. Se dice que Welles construyó el personaje de Kane basándose en la agitada vida del millonario de los medios William Randolph Hearst, dueño del Hearst Castle, un suntuoso castillo de 165 habitaciones y 61 baños, parada obligada en la ruta del Big Sur, California. Es sólo uno de los puntos de interés en este tramo de la Highway 101, entre San Luis Obispo y la bahía de Monterrey. Se trata, sin duda, de la parte más misteriosa de este recorrido en auto por la costa oeste de Estados Unidos. Acantilados increíbles, playas que por momentos parecen prehistóricas y una niebla que convierte el océano, las rocas y el propio camino en un espejismo inquietante. Pero antes de ingresar en las curvas cerradas del Big Sur hay que echarle un vistazo a San Luis Obispo. Algunos podrán decir que este pueblo no es en sí mismo una gran atracción; no se encuentra sobre la costa y tiene un espíritu de paz rural que obliga a bajar las revoluciones a la mitad, sobre todo si se viene de Los Angeles y Santa Bárbara. San Luis Obispo podría llegar a ser un sitio aburrido si no fuera por la chispa que le dan los casi 20.000 estudiantes que cursan en la California Polytechnic State University (Cal Poly, para los más cancheros). Y por el conocido Farmer’s Market, que funciona los jueves desde las 6 de la tar-

de en Higuera Street, con bandas en vivo, enormes barbecues, puestos de flores y granjeros que dan a probar sus frutas frescas. Según dicen en la zona, en esta feria se cocinan las noches más animadas de California. La gran ventaja de San Luis Obispo es su proximidad con un racimo de pueblitos playeros (Avila, Shell Beach, Oceano, Pismo y Groover Beach). Pismo es uno de los más bonitos, con su clásico muelle californiano y olas que atraen a surfistas de todo el país. No muy lejos de allí, se despliegan las vastas dunas de Guadalupe, que tienen una historia bastante extraña. En 1923 se filmó en esas arenas la película de cine épico Los diez mandamientos, del director Cecil B. DeMille, que montó un increíble set para reproducir el

Bixby Bridge, construido en 1932 por prisioneros

Antiguo Egipto, con enormes esfinges. Al terminar de rodar, DeMille no quiso que su Egipto de utilería fuera usado por algún oportunista y decidió enterrar el set completo.

La ciudad perdida Desde entonces, las dunas de Guadalupe fueron sometidas a numerosas excavaciones (algunos objetos

recuperados se exponen en un pequeño museo llamado Dune Center). El lugar se ganó el apodo de La Ciudad Perdida de DeMille y, antes de morir, el director admitió que había vivido atormentado por dejar enterrada esta falsa civilización. “Temo que dentro de 1000 años los arqueólogos que descubran el sitio piensen que esto realmente era el Antiguo Egipto”, confesó a uno de sus entrevistadores. En San Luis Obispo se recomiendan dos sitios para dormir. Uno de ellos es, quizá, el más kitsch del universo, y aunque suene contradictorio, en eso reside el encanto. Nos referimos a un hotel con aspiraciones victorianas llamado Apple Farm, algo así como el emporio de la manzana en la costa oeste. Casi todos los productos que se consumen en el establecimiento, desde el champú hasta el jarabe que empapa los french toast, provienen de las granjas de la zona (hay manzanas hasta en la sopa). El hotel completo parece una casita de muñecas, tan pulcro e histéricamente rococó que uno llega a fantasear con ser de esos rockeros que destruían habitaciones en los años 70. El otro alojamiento es el Madonna Inn, construido en 1958 por un millonario arquitecto llamado Alex Madonna. Tiene 109 cuartos, algunos temáticos, como el del Hombre de las Cavernas (una verdadera cueva), el del Amante de los Pájaros o La Jungla. Quien vaya al baño de hombres

se sentirá un poco intimidado, porque el mingitorio es una cascada de más de dos metros de ancho. Tanto el Apple Farm como el Madonna Inn tienen tarifas desde 150 hasta 350 dólares la noche. Los pasos del ciudadano Kane Al norte de San Luis Obispo, que vendría a ser el sur del Big Sur, se encuentra el parque estatal de Montaña de Oro, Morro Bay (con el famoso Morro Rock, un bellísimo penacho que emerge del océano, frente a la costa), y los pueblitos de Cambria, Hearst Castle, San Simeón y Piedras Blancas. En la mansión de Hearst Castle, que forma parte del Parque Estatal de San Simeón y es un monumento histórico de California, se descubrirá lo ambicioso que puede ser el hombre cuando se lo propone. Esta residencia, que Welles bautizó Xanadú, fue el capricho de William Randolph Hearst y por ella pasaron muchas glorias de Hollywood, desde Charlie Chaplin hasta Greta Garbo y Clark Gable. El ego o la locura de Hearst lo llevaron a construir, en el interior del castillo, el mayor zoológico privado del mundo, con osos, canguros, tigres y búfalos. El millonario también hizo traer de España, Italia y Grecia un cargamento invaluable de antigüedades, que adornan la denominada Casa Grande. Los tours cuestan 20 dólares y son muy interesantes, no tanto por la visita al castillo, sino por las gloriosas vistas desde la colina. Pero no olvidemos que esto es un viaje rutero y que el auto nos espera para descubrir el tramo más fascinante de la Highway 101, que separa San Simeón de Carmel. El famoso Big Sur. Aunque son sólo 140 kilómetros