Arana, una estrella de bajo perfil

18 oct. 2010 - el Franz Peter Schubert de la en- cantadora y mozartiana Quinta ... Bauer (actualmente en cartel, que concursa en Abu Dhabi) y El mural.
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Espectáculos

Página 2/LA NACION

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Lunes 18 de octubre de 2010

CINE (Pantallas argentinas)

Estreno del jueves: El agua del fin del mundo

Por Julia Montesoro

El cantante de tango, del argentino residente en Bélgica Diego Martínez Vignatti

Guadalupe Docampo y Diana Lamas, en una escena de la película (izq.); el actor repasa una escena durante el rodaje junto con Paula Siero, la directora del film (derecha)

Arana, una estrella de bajo perfil Continuación de la Pág. 1, Col. 1 Cuando tenía 20 años, durante diez meses, Arana tocó el saxo en la estación Pueyrredón del subte de la línea D, inmerso en “una búsqueda personal”. Hoy, a los 38, el actor volvió a descender a los andenes, esta vez, con un acordeón y partituras del “Chango” Spasiuk. Martín, la criatura que compone en El agua…, un artista callejero, conoce a dos hermanas con un único objetivo: reunir cuanto antes dinero para viajar a Ushuaia y así cumplir el deseo póstumo de una de ellas. Para estos papeles Siero eligió a Guadalupe Docampo (La tigra Chaco) y Diana Lamas, una actriz de gran trayectoria en teatro, integrante de La Banda de la Risa y la seductora de Dos menos, con Héctor Alterio y José Sacristán. Además participan de esta película Graciela Stefani, Mauricio Dayub, Mario Alarcón y Antonio Ugo.

Aferrarse al otro Arana interpreta a un personaje muy distinto a los que tiene acostumbrado a su público, y si bien narra una historia de amor, no lo hace como los galanes que interpretó. Martín es un antihéroe, un marginal dueño de un pasado tortuoso. Arana responde con cierto fastidio sobre la escena de sexo que filmó, escena que él mismo trae a colación durante el diálogo. “Aquí se cuenta claramente una necesidad de aferrarse al otro. Hice doscientas mil escenas de sexo, quizá no tan jugadas como ésta, porque no está contada con los prejuicios de nuestra sociedad, sino desde las raíces de cada uno. Ni mi personaje ni el de Guadalupe [Docampo] tienen necesidad de esconderse detrás de nada. Se encuentran y las palabras no son necesarias”, dice Arana. Otra escena, quizá más cruda y realista, es la de la huida tras un robo, en la que Arana corre desgarrado por una avenida. “Ensayamos muchos meses, más que en teatro. La película se hizo sólo con el dinero del Instituto de Cine, por eso las escenas se filmaron una sola vez. La directora gritaba: «¡Acción!». Había un tiro y había que clavar un centro.

MARIANA ARAUJO

El film será el prolegómeno de su regreso a la TV, el año próximo

Esta es una película de muchos centros”, cuenta el actor, y acompaña sus palabras con sus brazos como si mirase detrás de una lente. En este gesto se advierte su campera de marca manchada con pintura de color rojo, vestigio de su trabajo en una campaña solidaria.

Cultor del bajo perfil Arana firmó un contrato de confidencialidad con Gustavo Yankelevich, así que tampoco puede ha-

blar sobre el proyecto que ya es un hecho: el actor regresará en 2011 a la TV con una tira, producida por Tomás Yankelevich, para RGB (de su padre Gustavo). Se desconoce el elenco y el canal por el que se emitirá, pero aunque él no lo confirme, la historia ocurrirá en otra época y tendrá tintes de humor y de ciencia ficción, escritos por Marta Betoldi (Ciega a citas, Socias). En pareja con María Susini y pa-

dre de tres hijos, el actor integra un selecto grupo de figuras de la TV que poseen un alto poder de negociación con los productores a la hora de estipular los contratos. Arana lo niega. “Me corto una mano antes de pedirle a alguien que ponga o saque a tal actor. Si tengo esa capacidad, nunca la ejercí.” Arana responde también con diplomacia a un tema que irrita a los actores: no cobrar por la retransmisión de los programas que ya fueron emitidos. “Estoy a la mañana, a la tarde, a la noche; dos veces por día, tres, cuatro; en varios canales. No hay que pelearse con eso. Un empresario te contrata para hacer algo y después se retransmite, y te dice: «Vos ya cobraste. No te tengo que pagar de nuevo.» Bueno, si él puede dormir es porque tiene la conciencia tranquila y no piensa que está equivocado. Entonces yo no tengo nada que decir.” Arana recorrió en los últimos meses el país filmando un documental que se verá a fin de año, en el que recabó imágenes de las campañas en las que se desempeña como vocero, una sobre la donación voluntaria de sangre y otra sobre la prevención del cáncer, y llevó a cabo una gira de teatro con Poder se puede, junto con Nicolás Scarpino. “Me dan miedo las rutinas. Si tengo ganas de volar, tomo clases para aprender. Si quiero viajar, lo hago. No estuve en TV, pero tampoco perdí el tiempo. Me dediqué a hacer cosas que trasciendan mi profesión.” Desde que concluyó Vidas robadas (2008), Arana cultiva el perfil bajo. Con un grupo de amigos se reúne a menudo en un taller a tocar música, a escribir, y a ensayar. No quiere revelar quiénes, pero sí se refiere a Marcelo Cosentino (“me gusta admirarlo”), quien dirigirá en Mar del Plata al mediático Ricardo Fort. “Sí, voy a Mar del Plata; voy a ir a ver la obra. Cosentino no va a dirigir a Fort. Va más allá de la figura. Va a dirigir una obra, con muy buenos actores.”

Desde esta noche

Vuelven las conspiraciones a la TV Universal estrena la serie The Event, con un gran elenco para dar vida a un thriller con toques sobrenaturales Un grupo de desconocidos de todos los órdenes de la vida se encuentran codo a codo combatiendo un enemigo imprevisible. ¿Suena conocido? Es que poco, muy poco se sabía de The Event –la serie que estrena Universal esta noche en nuestro país– hasta su arribo a la pantalla chica norteamericana. Nada, esto es, más allá de que era el candidato natural de esta nueva temporada a suceder a Lost, tras el fiasco de FlashForward. Sin querer desacreditar del todo la teoría, vale aclarar que los puntos de contacto con la ya mítica serie tienen que ver más con la forma que con el contenido. Es decir: poco se puede contar de la trama de The Event sin tocar alguna de las muchas intrigas que componen la historia, que avanza al retroceder en el tiempo, como dando un paso atrás para ver con mayor claridad la escena. (Y sí, los cartelitos “sesenta años antes” abundan y, nada casualmente, tienen la misma tipografía que 24, otra serie que dejó huérfanos a muchos fanáticos y que este programa espera cautivar.) Es más fácil, entonces, decir a qué no se refiere el acontecimiento del título, como rezaba su campaña publicitaria. Así que el enigma aquí no es: a) la búsqueda frenética de Sean Walker, un joven sensible y muy inteligente (Jason Ritter, Joan of Arcadia), por encontrar a su no-

Blair Underwood y Laura Innes, dos de los protagonistas de la serie

via, que desaparece sin dejar rastros durante un crucero a playas paradisíacas. b) el intento de asesinato del primer presidente latino de los

Estados Unidos, poco después de su asunción (Blair Underwood, In Treatment). c) la conspiración de la CIA para ocultar, hasta del primer mandata-

Día perfecto para la ciencia ficción NLos amantes de la ciencia ficción estarán de parabienes los lunes, ya

que, además de The Event, hoy, a la medianoche, por el remozado SyFy, se verá también el primer capítulo de Caprica, un prólogo a la recordada Battlestar Galactica. Ambientada 58 años antes de ésta, la serie (al igual que su precursora, llena de meditaciones sobre filosofía, religión, ciencia y política) narra la decadencia de la sociedad del planeta del título, y la tragedia griega que rodea al inventor Daniel Graystone (Eric Stoltz), creador de los cylons, y cómo estos androides llegarían muy cerca de aniquilar a sus creadores humanos en venganza por el trato recibido.

rio, la existencia de una cárcel en Alaska, donde casi un centenar de prisioneros, liderados por la enigmática Sofía (Laura Innes, ER), sufren a merced de la paranoia del maquiavélico director de la agencia (el siempre confiable Zelko Ivanek, de True Blood). Pero, por supuesto, las vidas de estos cuatro personajes –el elenco es quizás el punto más fuerte de la propuesta– son los hilos que conforman la madeja que los espectadores intentarán desenredar a lo largo de toda la temporada. Para quienes duden en volver a comprometerse con otra serie que requiere una visión minuciosa y sin faltazos, vale confirmar que la ficción tendrá una temporada completa y que el descubrimiento del hecho del título –al final del primer episodio– es sólo el puntapié inicial para una trama que combina el thriller político con toques sobrenaturales y que parece empeñada en aprender de errores televisivos anteriores, cerrando misterios con encomiable regularidad.

Dolores Graña PARA AGENDAR

The Event, serie creada por Nick Wauters. Universal, desde hoy, todos los lunes, a las 22.

Encuentros. La búsqueda de nuevos mercados y el intercambio de conocimientos motivan encuentros, como el reciente Doc Meeting Argentina (su cuarta edición reunió en Buenos Aires a más de 300 profesionales de la industria documental local y extranjera), la muestra de producción documental DocBsAs inaugurada días atrás, o el 1° Foro Internacional de Negocios de Industrias Artísticas, Creativas y Culturales, que tendrá lugar en noviembre, con la participación del sector audiovisual, entre otros vinculados a las industrias culturales. Para este último encuentro, esperan reunir en rondas de negocios a 25 empresarios extranjeros –varios de ellos provenientes de la India, China y España–, con productoras y distribuidoras de nuestro país. Primera experiencia. El 11 de noviembre se conocerá La cantante de tango, drama musical del argentino Diego Martínez Vignatti, quien desde 1997 reside en Bélgica. Se trata de la primera coproducción entre dicho país y la Argentina (también intervienen minoritariamente Francia y Holanda), con un elenco multinacional integrado, entre otros, por Eugenia Ramírez Miori, Bruno Todeschini, Oscar Ferrari, Pieter Embrechts, Patrick Descamps, Alfredo Piro y Dora Baret. Por el mundo. Recorren distintos festivales internacionales Felicitas, de Teresa Costantini (en el certamen de cine latino de Portland); Che, un hombre nuevo, el documental de Tristán Bauer (actualmente en cartel, que concursa en Abu Dhabi) y El mural (se verá en Valladolid y en Los Angeles), así como el todavía inédito

Sudor frío, largometraje del cineasta platense Adrián García Bogliano, que participa en el Festival de Cine Fantástico y de Terror Mórbido, en la ciudad de Michoacán, México. Clon de Elvis. John McInerny, Griselda Siciliani y Margarita López actúan en El último Elvis, ópera prima de Armando Bó, quien luego de una extensa carrera en cine publicitario incursiona en el largo, en el que su extinto abuelo se hizo famoso con películas, como El trueno entre las hojas y Carne, protagonizadas por Isabel Sarli. En su debut en la pantalla grande, Bó narra la historia de

El último Elvis, de Armando Bó

un émulo de Presley, habitante de un olvidado barrio del Gran Buenos Aires, que vive a imagen y semejanza de su ídolo. Filmada en locaciones argentinas y estadounidenses, la película cuenta con el aval del mexicano Alejandro González Iñárritu, director de Biutiful, en cuyo guión trabajaron Bó y Nicolás Giacobone, coautor de El último Elvis.

MUSICA

SOLEDAD AZNAREZ

Guillermo Dorá, al frente del coro y de la orquesta en la celebración de La Bella Música

La coronación de muchísimos aciertos Muy bueno

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Concierto de celebración de los diez años del ciclo La Bella Música. Programa: Misa en Do menor (KV. 427), de Mozart; Sinfonía Nº 5 en Si bemol mayor (D. 485), de Schubert, y Fantasía Coral en Do menor, Op. 80, de Beethoven. Con la Coral del Siglo XXI y la Orquesta Alceste en las obras sinfónicocorales, conducidos por Guillermo Dorá. Dirección orquestal de Patricia Pouchulu. Solistas: sopranos Daniela Tabernig y Mariela Schemper, tenores Carlos Ullán y Santiago Gürgi, y bajo Lucas Debevec Mayer. Teatro Avenida.

Con la siempre admirable música de Mozart; con una de las más cautivantes sinfonías de Schubert, y una partitura grandilocuente de Beethoven, se celebran diez años de La Bella Música, cuya auriga infatigable es Patricia Pouchulu, quien irrumpe aquí como directora de orquesta. Es la coronación de muchísimos aciertos para la buena música. De la obra sacra de Mozart, las más celebradas son, entre sus misas, la imponente de difuntos, más conocida como Réquiem (KV. 626), la De la Coronación en Do mayor (KV. 317) y la Solemnis en Do menor (KV. 139), que Mozart había escrito a los 12 años. Les sigue, en prestigio, difusión ¡y desafíos! la Gran Misa en Do menor (KV. 427), que aquí asume y transmite, con toda su admirable elocuencia, el director de coro Guillermo Dorá, junto con su agrupación Coral del Siglo XXI y la Orquesta Alceste. Se trata de una obra inconclusa (como otras suyas), ya que escribió sólo el Kyrie, el Gloria, la primera mitad del Credo, el Sanctus y el Benedictus. Si bien el Agnus Dei que-

dó eliminado, esta Misa sorprende por su devoción, vuelo y empuje. Desde el sobrecogedor Kyrie, que asume enseguida el coro a cuatro y cinco voces, y el doble coro al entablar diálogos con los solistas –sus densos climas acercan al clima de su Réquiem– redescubrimos la sincera devoción de Mozart. Y si bien en la fanfarria del Gloria se cuela lo operístico en las fiorituras de los solistas, la unción sacra no desaparece en la expresión de un emocionado canto de alabanza a Dios. En el extenso Credo, el Sanctus y el Benedictus –verdaderos cuadros sinfónico-corales– alternan la clara euforia, la hondura expresiva y la genial inventiva.

Prolija versión Es la mano maestra de Guillermo Dorá la que desde el podio enfatiza los significados de esta Misa a través del sólido ensamble del Coral del Siglo XXI y la impecable orquesta. Patricia Pouchulu asume el rol de directora de orquesta con el Franz Peter Schubert de la encantadora y mozartiana Quinta Sinfonía. Sorprenden gratamente sus precisas y mesuradas indicaciones para que, de nuevo, la Orquesta Alceste ratifique su encomiable cohesión, ductilidad y admirable musicalidad en esta prolija y delicada versión. La parte final es para esta hiperbólica Fantasía, de Beethoven, en la que reluce el piano de Cristina Filoso, otra vez la Coral del Siglo XXI junto con la Orquesta Alceste y los buenos solistas. Todos bajo el inspirado y fervoroso soplo de Guillermo Dorá.

René Vargas Vera