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22 ene. 2015 - 10 becados que irán a. Rochester. Su logro reviste especial importancia considerando los muchos obstáculos que enfrenta día a día como alumna extranjera .... y una gran responsabilidad la que asume, sabe que re- presenta a su país, a la comu- nidad hispana en Estados. Unidos y a las chicas latinas.
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ENERO 22, 2015

EL PREGONERO 11

COMUNIDAD

‘Quiero que sigan mis pasos…’ –y logren más de lo que voy a lograrAndrea Acosta El Pregonero

S

uperando las barreras del idioma y sin miedos, una estudiante indocumentada de origen hondureño cumple su sueño de estudiar en una prestigiosa universidad estadounidense. “Estoy muy emocionada y no hay palabras para describir la felicidad que tengo”, expresó Haydi Torres García (18) después de recibir una beca completa para su carrera de cuatro años. “Me entusiasma mucho aprender, sé que cuanto más me educo más podré ayudar a mi comunidad”. Su promedio de 3.9, el liderazgo demostrado y su actitud  fueron determinantes para que la Universidad de Rochester  la acepte y la fundación Posse le cubra la matrícula de 44 mil dólares anuales. Posee otorga becas a estudiantes de la región capital y la selección empieza en agosto. Este año 1.600 estudiantes aspiraban obtener una beca y solamente 60 fueron premiados con ese honor. Haydi fue una de los 12 estudiantes galardonados y la única hispana entre los 10 becados que irán a Rochester. Su logro reviste especial importancia considerando los muchos obstáculos que enfrenta día a día como alumna extranjera, que a penas tiene dos años en este país y aún está batallando por integrarse y que viene de un hogar de bajos recursos. “Estamos muy orgullosos y felices por sus triunfos, sabemos que con la ayuda de Dios nuestra hija va a lograr las metas que  se ha propuesto”, dijo su madre Berta Emilia, parroquiana de la iglesia católica Santa Rita de Virginia. “Ella creía que era inalcanzable, pero Dios se lo ha concedido”.

Anhelado encuentro Haydi llegó a EEUU en el 2012, junto con su madre y

dos hermanos, después de batallar durante una década para que Estados Unidos le otorgue una visa de turista para encontrarse con su padre. En 1998, cuando Haydi estaba en el vientre de su madre, su papá no tenía dinero para sacar adelante a la familia y tomó la decisión de buscar un mejor futuro en el norte, donde hacer dinero para regresar y construir una casa para toda la familia en Honduras. Berta viajó en varias oportunidades y así nacieron otros dos hijos que crecieron en Honduras. El papá siempre les decía a sus niños que pronto regresaría, pero pasaban los años y el reencuentro no se daba. “En un momento de desesperación estuvimos tentados de cruzar ilegalmente la frontera, pero no lo hicimos porque  sabíamos que era peligroso”, recordó la joven becada. A sus 16 años, Haydi finalmente conoció a su padre: “Fue un momento tan importante para mí… empecé una nueva vida, dejando atrás mi familia materna, mis amigos, mi cultura, mi país”. La Haydi que hoy cosecha éxitos en tierra ajena le debe su formación moral a su abuelita. “Es la persona que me ha motivado, me ha inculcado valores, me ha dicho siempre que no me rinda y que todo lo que sueñe lo puedo alcanzar”. Esta joven admite que a cada miembro de su familia le debe algo: “Mi fe se la debo a mi abuelo, mi fortaleza a mi mamá, la perseverancia y el servicio al prójimo a mi padre”. Le agradece mucho a ese hombre muy humilde que estando lejos nunca les abandonó ni perdió la esperanza de que la familia se reencuentre. Haydi reconoce que su historia no es única ya que entre sus compañeros de clase hay muchos que pasan o han pasado la difícil etapa de la separación familiar de-

FOTO/JACKYN LIPPELMANN

Haydi Torres García, indocumentada, se siente feliz después de recibir una beca completa para su carrera de cuatro años en la Universidad de Rochester.

bido a las injustas leyes de inmigración. “Muchos chicos tienen a un abuelo como figura paterna. Lo cierto es que ahora tengo a mi papá a mi lado y soy feliz”.

Cuesta arriba Para Haydi, como para cualquier adolescente recién llegado, la adaptación no fue fácil. Sus padres no hablan inglés y no tienen tiempo para involucrarse en la escuela de sus hijos porque tienen que trabajar fuertemente para sacar adelante a los tres niños. “Tuve que aprender rápido inglés para conocer el sistema y defenderme, también para ayudar a mis hermanos en la escuela”, explicó Haydi, quien se considera maestra y madre de los dos hermanitos menores. La mamá trabaja en limpieza y el papá en construcción, así que a ella le toca ayudar, prepararles la comida, cuidarles y velar por ellos en un nuevo mundo en otro idioma. Como alumna hispana, aprendió que el estudiante tiene que estar dispuesto a tomar riesgos en el sistema escolar estadounidense. Se refiere a no tener miedo de

hablar inglés en público y no dejarse influenciar por personas negativas. “Se ríen de mí por no hablar bien inglés. Algunas maestras fueron rudas y desalentadoras, mientras algunas consejeras no me informaban sobre mis opciones o las clases avanzadas. Ni siquiera me hablaban de ir a la universidad y están convencidas de que las hispanas vienen a este país solamente a embarazarse”. Aunque algunas personas la etiquetaban, otras personas sí confiaron en ella y le ayudaron a superarse. “En medio de mucho excepticismo, tuve que demostrar que sí podía hacerlo”. Haydi no tenía miedo de equivocarse al hablar en inglés ni miedo de probar su conocimiento, ni miedo de tomar clases de honor y avanzadas. Con su limitado inglés se desempeñó como traductora voluntaria, hacía producciones de TV en su escuela y llegó a ser presidenta del club latinoamericano en su escuela. Confiesa sus tres secretos para el éxito estudiantil: “Participa en grupos de estu-

dio con alumnos inteligentes, aplicados y que comparten la misma meta de luchar por una mejor educación y un mejor futuro; trato de que mi educación sea bilingüe, todo lo aprendido lo busco en español así se me facilita comprender los textos y refuerzo los conocimientos en mi idioma”. Otro factor clave -contóes buscar ayuda con los maestros y tener buena relación con ellos: “Trato de hacer preguntas, no tengo vergüenza de preguntar cuando no entiendo y me quedo después de clase para buscar ayuda con mis compañeros o profesores”. Gracias a su estrategia y esfuerzo, está a punto de graduarse de secundaria y comenzar una carrera en ciencias sociales en una de las mejores universidades del país -para música e investigaciones- ubicada en el estado de Nueva York, cerca de Canadá. Tiene claro que va a especializarse en comunicaciones y diplomacia. “Cuando me gradúe quiero trabajar para el gobierno, conseguir empresarios que

inviertan en  Honduras, ayudar a crear oportunidades educativas y laborales allá para que ni padres ni hijos tengan que emigrar”, dijo la joven que aspira en algún momento ser alcaldesa. “Quiero que haya más transparencia en la política de mi país, que el dinero sea para beneficio del pueblo”. Tiene claro que es un reto y una gran responsabilidad la que asume, sabe que representa a su país, a la comunidad hispana en Estados Unidos y a las chicas latinas. “Quiero estar bien preparada para ayudar a Centroamérica y sé que necesito una educación firme para llevar adelante mis planes”, dice una Haydi decidida. Sus logros académicos son prueba dijo- de que sí se puede lograr lo que uno se propone, siempre y cuando se persevere en el sueño y se trabaje duro. “No tengo temor, siempre confiando en Dios que todo va a salir bien”, dijo quien busca ser un ejemplo para sus hermanos. “Quiero que ellos sigan mis pasos y logren más de lo que yo voy a lograr”.