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Fuerza y Debilidad Partidaria en la Asediada Democracia Colombiana Ronald P. Archer

En 1990,por primera vez desdela formación del sistemade partidos actuai a fines de la décadade 1840, ni el Partido Liberal (PL) ni el Partido Conservadoro Social Conservador (PC), los dos partidostradicionalescolombianos,obtuvo la mayoríade votos en dos elecciones nacionalesconsecutivas:la elección presidencialy la elección de delegadosa la Asamblea Conslituyente. El surgimiento explosivo del movimiento M-19 y la clección popular de una nuevaAsambleaConstituyentecorrespondena momentosdecisivosen la historia política de Colombia, la cual, segúnargumentacorrectamenteLeal, se ha “confundido con la historia de los partidosLiberal y Conservador”‘. Los cambios anunciadospor las eleccionesdc 1990 sucedierona pesar del régimen politice colombiano, que goza del mayor grado de continuidadinstitucional en la historia de América Latina. Los partidos tradicionalescolombianosdel siglo diecinuevehan dominadola historia política del país desdefines de la décadadc 1840, penetrandoprofundamenteen la sociedadcivil y creandoasí poderosassubcuhuraspartidariasque aun hoy, a fines del siglo veinte, siguen gozando de mucho significado. Junto con dicho predominio bipartidario han existido también la Constitución másantigua de uso continuo en AmCricaLatina (1886) una notable continuidad en el liderazgo político desdelas décadasdel cuarentay cmcuenta,y el predominio desde cl siglo diecinueve de la misma elite socioeconómica. I,as normas dc procedimientohan permanecidocasi inalteradasdurante más de cien anos, y cuando se han efectuado alteraciones, especíkamente en los anos 1910, 1936, 1958 y 1968, dichas alteracioneshan correspondido mas bien a modificaciones que a cambios cn cl tipo dc régimen2. Sin embargo, al comenzar la década del noventa los partidos tradicionales colombianosse encontrabanen desorden,aumentabala marginalizacióndel liderazgo elitista, emergíauna nueva fuerza electoral,y la AsambleaConstituyentetenía un mandatopara iniciar cambiosprofundosen las institucionespolíticas existenka. El argumentoque esgrimo en estepunto es que las fuerzasy debilidadescaracteristicas de los partidostradicionalescolombianosles han hechomenoscapacesde abordarlos cambios rápidos sufridos por el país durante los últimos treinta o cuarentaaños, muy parecido a la situación en Uruguay en la décadadel sesenta. Mas concretamente,lealtades partidarias profundamentearraigadasproporcionabana los partidosun depósitode apoyo que les permitía mantenerel control sobre el campoelectoral a pesardc contar con organizacionespartidarras indisciplinadas y cada vez más desorientadas. A partn de la década del cincuenta, las peticionesclientelistasempiezana reemplazara la movilización partidaria y, en consecuencia, la capacidadde los partidos de movilizar al electoradose deteriora en forma constante. Al decaer la prominencia de las subculturas partidarlas, segmentoscada vez mayores del electorado se retiran de una participación en la politica o buscan nuevos mecanismos extrapartidariosy extrainstitucionalesparadar a conocersusdemandasal gobierno central. Para establecer estos razonamientos,primero revisaré el desarrollo del sistema de partidos actual, buscandolos origenesde la hegemoniapolitica de los partidos tradicionales. Enfocare en la segundamitad del siglo diecinucvc, cn el crecimiento de la participación electoralmasiva en los arTostreinta y cuarentay en los cambiossucedidosen la composición, liderazgoy organizaciúnde los partidosa partir de la décadadel cincuenta. Además,evaluaré las consecuenciasdel período del FrenteNacional (1958 a 1974)y cl impacto que tuvo sobre la organizacióninterna de los partidos,así como tambicn la reacciónde estosúltimos frente al

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espiral de violencia que comenzó en los años setenta y escaló durante los últimos años de la década del ochenta. Por último, echaré un vistazo mis detallado a los acontecimientos recientes que han precipitado la coyuntura crítica actual del sistema de partidos colombiano. TIPO DE RÉGIMEN Antes de considerar el sistema de partidos colombiano, debemos tratar un tema que por mucho tiempo ha mantenido divididos a los anahstas de la política colombiana iqué tipo de régimen tiene Colombia? La pregunta es importante porque la forma de operar del sistema de partidos, y la importancia relativa de los partidos polílicos, varían según el tipo de régimen. Argumento que aunque el caso colombiano es un caso ambiguo’, el regimen es democrático y? haciendo uso de la distinción dc Sartori, se puede con justicia caracterizar como un sistema de partidos más bien que de partidos-Bstado4. Las razones por llamar democrático al régimen colombiano SCbasan en una delinición muy amplia de la democracia. A nuestros efectos un régimen democrático es uno donde se compite por el poder, especialmente por el control sobre el aparato estatal que formula las políticas, mediante elecciones significativas en las cuales los ciudadanos adultos escogen libremente entre partidos con conjuntos alternativos (dos o más) de tenedores potenciales del poder. Las elecciones son “significativas” solamente en el sentido de que el resultado no es dclcrrninado por fraude. De hecho, las propuestas sobre políticas no tienen que ser “significativamente” diferentes. El electorado goza de “libertad de elección” si las leyes electorales permiten que todos los candidatos cualificados se presenten y si todos los votantes pueden escoger el candidato que quieran sin temor a ser coaccionados por fuerzas gubernamentales. Por último, existen derechos civiles que aseguran dicha “libertad de elección”, como por ejemplo cl derecho de asociación, la libertad de expresión y especialmente la libertad de prensa, todos los cuales se encuentran presentes en el caso colombiano. Antes de 1936, Colombia, al igual que la mayoría de las democracias latinoamericanas en ese entonces, correspondía a una democracia limitada debido a que el derecho a voto se encontraba restringido por requisitos de propiedad, alfabetismo y sexo5. Además, dada la frecuencia de los fraudes en las cleccioncs locales, departamentales y nacionales, es razonable dudar si, después de todo, Colombia realmente era una democracia. Sin embargo, desde cnlonces Colombia ha cambiado para conformar una democracia de masas, y hoy en día todos los ciudadanos, ya sean hombres (1936) o mujeres (1956). sobre los dieciocho afios de edad (desde 1975), tienen el derecho a votar. Salvo por el período del Frente Nacional, cuando existían reglas especiales para las candidaturas presidenciales -aunque dichas reglas muchas veces fueron circundadas y hasta pasadas por alte, ha habido relativamente pocos requisitos formales para las candidaturas. Los partidos tradicionales colombianos acordaron compartir la presidencia en forma alternada durante dieciséis años. No obstante, en todas las elecciones se presentaron candidatos anlifrente, y en 1962 un liberal (Alfonso López Michelsen) se presentó como candidato a la presidencia a pesar del acuerdo que rcstringia la selección a candidatos conservadores. Por último, la naturaleza de las leyes electorales colombianas cs tal que resulta ser relativamente fácil ser elegido a un cuerpo representativo nacional, departamental o local. Son sólo unos cuantos cargos mayormente administrativos que se ocupan por medios indirectos. Existen mínimas restricciones para las listas electorales; se eligen los representantes por representación proporcional sin requisitos dc umbral; y los distritos electorales son sólo veintitrés (departamentos) para las elecciones nacionales y libres para las elecciones departamentales y locales. En consecuencia, las elecciones son fogosas y la competencia feroz, como se puede apreciar en la prolifcración de listas presentadas al electorado. Dos factores principales han llevado a algunos analistas a cuestionar dicha caracterización de Colombia como una democracia abierta de masas. La primera objeción dice relación con elementos de definición, mientras que la segunda es mucho más sólida y desafiante. La primera objeción es sencilla: la definición de la democracia esbozada arriba es

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meramcntc formal y no toma en cuenta el contemdo de las decIsIones sobre politicas. Al igual que la mayoría de los países latmoamericanos. Colombia se caracteriza por las graves desigualdades económicas. Derechos socialc\ como el derecho a cmplco. a vivienda, a educación (secundaria), seguridad social y seguridad en el empleo no existen o son dificiles o imposibles de reclamar. La discriminación racial y contra la mujer son endémicas. Prevalece la falta de equidad ante la ley, y el sistema judicial nu siempre funciona. Por lo tanto, Colombia se aparta dc una democracia “verdadera” de muchas formas, dependiendo de los intereses o idiosincrasias del crítico en particular. Una de las dificultades de este tipo de objeción es que los “derechos sociales” son temas de conlcnción precisamcntc cn los países que normalmente se definen como democracias y. de hecho, estSmausentes o disminuidos en muchos de ellos, por ejemplo, en los Estados Unidos y Gran BretaAa. Una definición que excluye a priori casos que la mayoría de los eruditos denominarían democracias cs dudosa. Este tipo de objeción postula un modelo de perfección que luego se utdiza para medir los regímenes democráticos existentes, y la mayoría resultan ser deficientes. Tiene más sentido reconocer la existencia de diferentes subtipos de regirnenes democrilticos, e incluir las democracias “sociales” o “de bienestar” bajo uno de esos subtipos. Como descubrieron muchos latinoamericanos en los arlos sesenta y setenta, que un régimen fuera o no meramente una democracia “formal” llegó a ser un asunto de vida II muerte. La otra objeción a la caracterización de Colombia como una democracia es que el . ., régimen político no cumple ni con la anterior defmuon limitada de la democracia. lo atestiguan las “desapariciones”, asesinatos y torturas de cientos, y quizás miles, de activistas sociales, organizadores de sindicatos, líderes de movimientos de campesinos y organizadores y candidatos de partidos de izquierda (tres candidatos presidenciales de izquierda han sido asesinados). En otras palabras, siempre que una o más alternativas políticas se excluyen a la fuerza, las clecciones no pueden ser “signifícatwas” y el electorado no puede gozar de la libertad de eleccibn (según se describe anteriormente) En el lenguaje de los derechos civiles, no pueden existir el derecho de asociación ni la libertad de expresión en un país donde abrazar el marxismo o incluso pasturas reformistas puede significar una pena de muerte. Y donde no existen esos derechos, tampoco puede haber un régimen democrático. No existe ninguna duda de que la democracia cn Colombia está cn problemas. Sc ha dicho lo mismo por casi las mismas razones acerca de Perú a comienzos de la década del noventa, Uruguay y Chile antes de 1973 y Sri Lanka en los años ochenta y noventa’. Cuando la democracia es asediada ya sea externa o internamente por la dcrccha. la izquierda o por ambos, muchas veces las primeras víctimas son los derechos civiles y humanos de los ciudadanos7. Me referir6 a este tipo de régimen democrático como “asediado” y argumentaré que, a pesar de estar sometida auna amenua a la par con las que en un momento ocasionaron el colapso de la democracia de masas en la mayoría de los países latinoamericanos, la elite política colombiana sigue comprometida con mantener un régimen democrático. Colombia ha padecido una guerra interna en forma intermitente durante más de sesenta alios. Durante estos alios, la violencia ha menguado y crecido, ha estado más o menos organizada, más o menos coherente. Antes de la década del sesenta, la violencia era mayoritariamente partidaria, causada por los intentos de uno u otro de los partidos tradicionales de obtener una hegemonía de Estado. A partir de la instalación en 1958 del gobierno bipartidario Frcntc Nacional y la creación en 1965 de la FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), ha cambiado la naturaleza de la violencia en Colombia. La violencia de los tios treinta, cuarenta y cincuenta fue iniciada desde adentro del Estado, pero la violencia después dc los años sesenta ha sido dirigida contra el Estado como parte de la estrategia de la izquierda para apoderarse del gobierno. Guiándose por los ejemplos de las revoluciones exitosas de Cuba y Nicaragua, los acctores más grandes, mejor organizados y más establecidos de la izquierda colombiana optaron por una estrategia de “todas las formas de lucha”‘. La decisión de los principales grupos de izquierda, en particular del Partido Comunista Colombiano (PCC), de jugar un papel tanto militar como político tuvo un impacto

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muy negativo en la evolución a largo plazo de la i~qoicrda. asi como tambicn dc los otros grupos reformistas. 1.0s grupos insurgentes colombianos se volvieron mk activos en los años setenta y ochenta. Los partidos tradicionales emprendieron iniciativas tanto militares como pacíficas para tratar con la creciente amenaza para el Estado. Sin embargo, para mediados de la década del ochenta era cvidente que habían fracasado. 1.a ausencia tanto militar como administrativa del Estado en cada vez más lugares del pais impulsó la creación de ejércitos privados por parte de líderes políticos y terratenientes locales que estaban reaccionando en contra de los “impuestos”, secuestros y asesinatos cometidos por los guerrilleros, y con el apoyo o el asentimiento de las fuerzas armadas. Puesto que dichos grup«s dc “autodcfcnsa” a menudo no tenían ningún contacto con los insurgentes, atacaban a los activistas políticos y sociales razonando que la izquierda apoyaba públicamente “todas las formas de lucha”‘. Para fines de la década del ochenta, incluso las fuerzas armadas habían perdido el control y los carteles de la droga desplegaban ejércitos privados bien equipados por todo el campo. Aumentaron los ataques indiscriminados, así como también su ferocidad y brutalidad. El creciente espiral de violencia hizo que secciones importantes de la lzqnierda rccvaluaran la lucha armada: se produjeron escisiones en el PCC y la UP cuando líderes antiinsurgentes se retiraron de ambos partidos porque estos últimos rehusaban desmovilizarse o retirar el apoyo a la FARC. Quizás la mejor indicación de la viabilidad a largo plazo del rkgimen democrático colombiano, y del hecho que podría ser posible una solución pacífica, es el surgimiento sorprendente a comienzos dc la dicada del noventa del M-19 como un actor politice principal. El argumento más enérgico de aquellos que rchúsan clasificar a Colombia como una democracia ha sido la forma en que se trató a la izquierda y al PCC y la UP en la segunda mitad de la década del ochenta. Al repudiar públicamente la lucha armada y desarmar a sus fuerzas rebeldes, el M-19 sorprendió a sus críticoa dentro de las fuerzas armadas y de la derecha. El kxito que ha logrado en el campo político, nunca antes alcanzado por la irquicrda en Colombia, se asemeja al éxito logrado por el Frente Amplio en Uruguay a comienzos de la década del setenta. Después de ganar el 13% de los votos en las elecciones presidenciales, a pesar del asesinato de su primer candidato a la presidencia. el M-19 luego obtuvo una pluralidad de los votos y el segundo bloque más grande de escaños en la recientemente elegida Asamblea Constituyente. Junto con dos miembros del ala antimsurgente de la lJP, dos de la EPL, y dos representantes elegidos de los grupos indígenas del país, los antiguos rebeldes jugaron un papel crucial en la creación de la nueva Constitución. Si el M-19 se convierte en un actor establecido de la política colombiana, ese hecho comprobará que sí existía un espacio en la política para la izquierda y que al menos parte de la violencia bc debió a la decisión dc la izquierda de seguir una estrategia cada vez más arcaica y desacreditada. Sin embargo, aun si la Asamblea Constituyente lograra una reestructuración exitosa de las instituciones políticas colombianas, y aun si los restantes grupos rebeldes de Izquierda se desarmaran e ingresaran al campo político, la democracia colombiana seguiria siendo debil y estando arraigada en una sociedad marcada por profundas desigualdades sociales. Con todo, la transición desde una democracia asediada auna funcionando seria definitivamente posible en este país donde se han derrumbado las instituciones democráticas y donde las únicas opciones de futuro que se visualizaban eran la anarquía o el autoritarismo. He argumentado que los eruditos han malentendido el régimen colombiano porque han medido su derecho a ser considerado una democracia contra un modelo de perfección raramente alcanzado o porque han desconocido las consecuencias para una democracia de un ataque sostenido sobre el régimen”. Ahora quiera tratar brevemente con un último concepto errado: la fuerza o debilidad comparativa de los dos principales partidos tradicionales colombianos.

DIMENSIONES

DE LA FUERZA PARTIDARIA

Una de las razones que muchas veces se esgrm~en por la escasez de estudios sobre los partidos políticos en América Latina cs que sólo ticncn una relación tangencial con el proceso

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de toma de decisiones,estánmal organizados,tienen poco contactocon la mayoría de la gente y hacen un mal trabajo cn representarlas divisiones sociales principales y en canalizar la participación política a través de las instituciones estatales”. Sm embargo, existen excepcionesimportantespara cadauno de estosargumentos’en México el PR1ESel proceso de toma de decisiones;los partidos de izquierda se han organizadomuy bien, hastaen un país como Brasil, asi como también lo han hecholos partidos en generalen Chile, Venezuela,y en menor grado Uruguay; los partldos Liberal y Conacrvadoren Colombia. los Colorados y Blancos en Uruguay, los peronistasen la Argentina y otros partidos han desarrollado y mantenido(a pesardc numerososataques)fuertesvínculos emocionalescon grandessecciones de la población;y, como lo han scrialadoCollier y Collier en su recienteobra, partidos capaces de representarlas divisiones socialesprincipalesy de canalizar la participación política han jugado un papel importante en la evolución política de paísestan diferentes como Mkxico, Venezuela,Perú, Argentina y Chile12. Dondesi son fundadaslas críticas.aunquenuevamente con determinadasexcepciones,es en aseverarque los partidos latinoamericanosson diferentes a los partidosbien definidos e ideológicosde EuropaOccidental’3. Sin embargo,es más probable que los parlidos latinoamericanoscombinen diferentes fuerzas y debilidades, de acuerdo con la disponibilidad dc oportunidades políticas estructuradaspor las leyes electoralesy por las condicionesprevalecientescuandose crearon los partidos. También es cierto, como lo argumentaKaufman, que los intentosdirigidos por el Estadode implementaruna canalizaciónforzosay monopolística(corporativismo) a menudo han empujadoa los partidos y sistemasde parudosa actividadessecundarlas.El vaivén de la batalla enlre los sistemasde parlidos y los sistemasde partidos-Estadoha sido común en la política latinoamericana. Sin embargo,como lo han señaladoCollier y Colher, los sistemasde partidos se puedendefinir e identificar en America Latina y constituyen variahlcs cruciales paradeterminarel resultadofinal dc los regímenes14 lina de las deficienciasdel argumentoque se esgrimeen contm de la importancia dc los partidos políticos en AmCrica Latina es que no identifica correctamentesus fuucrzasy debilidades. A menudo los eruditos observana los partidos de la región a través del lente de los partidos y sistemasde partidos europeos. Por ejemplo, en los EstadosUnidos los partidos Republicanoy Demócrata a menudo se comparannegativamenk con los partidos europeos bien organizadosy altamenteprogramáticos.No obstan@ambospartidos han tenido éxito en realizar una de las tareas mâs importantesde un partido: ganar elecciones. ‘Tambitn han tenido éxito en repeler cl surgimiento de otros partidos. aunque las leyes electorales obviamente han jugado un papel importante en dicho éxito. Muchas de estas criticas europeizadastambikn han sido dirigidas a los par$dostradicionalescolombianos. Catalogados como dkbiles, desorganizadosy antifuncionales , los partidos colomblanos,al igual que sus contrapartesestadounidenses, han evidenciadouna poderosacapacidadelectoral y han sabido resistir todos los desafiosde importancia’“. La tendenciade percibir a los partidos exitosos como partidos débiles es un error que resulta de no diferenciar entre las diversasdimensionesde la rucrza partidaria”. A nuestros efectos, las dimensiones más importantes de la rucrza partidaria corresponden a las dimensiones(1) electorales,(2) afectivas,(3) orgánicasy (4) de representación. La fuerza electoral correspondea la capacidadde ganar eleccionesy controlar dentro del Estado los cargosdonde se formulan las políticas. La fuería afccliva de un partido dice relación con sus raices en la sociedad: es decir, la fuerza y el alcance de la identilicaclón partidaria del electorado con el partido. La fuerza orginica está referida a la capacidaddel partido de movilizar a los votantes,ya seapara eleccioneso para combatir una amenazasignificativa que hace peligrar la existencia del partido. 1.amayoria de los partldos movilizan al electoradoa través de llamados emocionales, a través del intercambio de favores políticos o, más eficazmente,a través de la combinación de dichos mecanismoscon estructuraspartidarias diseñadascon ese propósito en mente. Resultamás dltlcll definir la cuarta dimensión de la fuerza partidaria, la capacidadde reprcsentacihn,porque SCtrata de un concepto bastante

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difuso. Lo que espero captar al mvocar dicha dimensión es la capacidad de los partidos de canalizar apropiadamente las divisiones sociales principales a travks de las instituciones existentes. De esta forma podremos medir la fuerza de los dos partidos tradicionales Colombianos: han combinado una gran fuerza clectoral y afectiva con capacidades orgánicas y de representación debiles. Dicha combinaci6n es dc suma importancia para explicar las dificultades actuales de los partidos tradicionales colombianos y el posible fin del sistema bipartidario colombiano que tanto ha durado.

LA EMERGENCIA

DE LAS SUBCULTURAS

PARTIDARIAS

Los dos partidos colombianos son dos de los más antiguos de América Latina y del mundo. Su longevidad y su fuerza derivan dc las poderosas subculturas partidarias que dividieron al país en dos, dividiendo a familias, poblados y regiones, y que al fin y al cabo terminaron por retardar la formación de la nación. En esta sección, resumo Iris causas de la división partidaria explico la desintegración gradual de estas snbculturas como consecuencia del doble impacto del acelerado desarrollo social y económico experimentado por Colombia a partir de la década del cincuenta, y examino algunas dc las consecuencias del régimen bipartidario del Frente Nacional. Me concentro primero en un breve análisis del surgimiento de los partidos colombianos y la lucha subsiguiente entre ellos por la hegemonía. 61 intento de excluir permanentemente a la oposición condujo a ciclos dc movilización y desmovilización popular, violencia y conflictos civiles, y al colapso de la democracia oligárquica en los ruios cuarenta. Ambos partidos tradicionales se originaron durante un período de politica facciosa que duró desde comienzos de la década de 1830 hasta fines de la décnda de 1840. Los intentos de las dos grandes figuras de la independencia, Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander, de imprimir su sello en la nación emergente creó fuertes divisiones entre la elite de la nación. Entre 1840 y 1842 los caudillos locales y sus seguidores, bwcando el control de la república en ciernes, libraron una guerra civil salvaje y cruel y luego estos caudillos populares llevaron a sus seguidores a los partidos Liberal o Conservador. Fara 1849 ambos partidos se habían organizado formalmente y nominaban candidatos tanto a nivel nacional como local. Sin embargo, la temprana organización y alcance nacional de los partidos no deben encubrir el hecho de que en ese tiempo se trataban de “partidos de notables” y que la participación política se restringía a la elite socioeconómica y auna clase profesional relativamente pequefia. Hasta 1856, no más de dos mil electores participaban en las elecciones presidenciales y del Congreso”. El afro 1849 fue un aiio decisivo en la historia política colombiana por varias razones”. Fue la primera vez que los partidos Liberal y Conservador se enfrentaron en una elección nacional, la que se decidió solamente cuando unos artesanos rodearon el ayuntamiento donde los electores presidenciales estaban reunidos y demandaron la elección del liberal José Hilario L6pez2’. En segundo lugar, el gobierno de López instituyó una serie de reformas que ahondaron las animosidades entre los dos partidos a tal punto que se hizo imposible una acomodación. López implementó una nueva Constitución (1853) que terminó con la esclavitud, reestableció los derechos civiles, aumentó el electorado, restringió el poder del gobierno central y otorgó a los estados individuales el control sobre sus propios presupuestos y el derecho a crear sus propias constituciones, y de esta manera promulgó indirectamente la primera Constitución federalista de Colombia. El documento también determinó la separación de la Iglesia y el Estado, y esto se convirtiá en la principal fuente de contiendas partidarias. El gobierno de López fijó un patrón para la política colombiana: el intento de establecer una hegemonía por medio dc atacar la base dc apoyo y poder de la oposición y la promulgación de una nueva Constitución al tomar el poder. Sin embargo, ambos partidos se encontraban restringidos a un grupo pequeño de la elite, como sucedía generalmente en América Latina en ese entonces. Aunque en general los conservadores apoyaban al clero y a la relación tradicional entre la Iglesia Catcilica Romana y el Estado, no exislía ninguna división

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clara y definida entre ellos y los liberales, que emn más anticldrigos. Las divisiones en relación a temas como orden (gobierno tradicional y jerárquico) versus progreso (republicanismo), pro y anticlericalismo y federalismo versus centralismo no permitían separacionesordenadasen función de la región u ocupación. Era tan probable que un liberal fuera un federalista demócratay pro clérigo como que fuera un centralista pro tradición y anticlérigo; sucedíalo mismo con los conservadores. Puestoque sólo pequenascamarillasdentro de cadapartido sosteníanposturasfuertes y establecidasrespectoa las principalescontiendasideológicas,ninguno de los dos partidos pudo desarrollar ni mantener un carácter ideológico claramente detinido durante el siglo diecinueve. En la décadade 1850, y nuevamenteen las dc 1880, 1930, 1940 y 1950, los partidos gobernantesse autodestruyeronsin alcanzar sus metas de rehacer las instituciones políticas y socialesde la nación y eliminar la oposición de la contiendapolítica. Las elites partidariasexperimentarondivisionesinternas,lo que llevó al fracasofinal de la campanapor una hegemoníapolítica y por el establecimientodel programapartidario. Las décadasde 1850 y 1860 pusieron en movimiento los patrones que terminaron dominando la política colombianahastalos anos cincuenta. Profundamentedividido a causa de las modificacionesconstitucionalesradicalespropuestaspor JoséIIilario López, el Partido Liberal se dividió en bandasopuestas,permitiendo así que el candidatoconservadorganarala elección presidencial de 1856, venciendo a dos candidatos del PL. Mariano Ospina. firmementepro clérigo y uno de los fundadoresdel Partido Conservador.emprendió la tarea de volver a captar las institucionespolíticasdc la nación. En su intento de remoldearel campo político a favor de su partido, usó los recursosdel gobierno central para apoyar a insurgentes del PC en varias regiones. Sus esfuerzosprovocaron una dura oposición de parte del poder legislativo controladopor los liberalesy luego toda una guerra civil que duró desde1852hasta 1862. Los anos del gobierno de Ospinadejaroncn claro que dadala división pareja cntrc los dos partidos,el control sobreel gobiernocentral, a pesarde la debilidad y el subdesarrolloque evidenciabaen el siglo diecinueve, proporcionaba los recursosnecesariospara inclinar el balancedel poder electoral al partido gobcrnänte. Al partido no gobernante,en este caso el Partido Liberal, ~610le quedabaunaalternativa:movilización popular y militar para derribar al gobierno conservador. Una vez mas, los caudillos liheralcs y conservadoresformaron ejércitos reclutando a campesinosy artesanosy lucharon por el control sobre el gobierno central. Para 1862,el Partido Liberal habíasalido victorioso. Castigadospor haber perdido el poder, el PL se movilizó para crear una serie de instituciones políticas que garantizarian su control sobre cl destino de la nación. IA Constitución de Ríonegro (1863) marcó lo que parecía ser la victoria detinitiva del Partido Liberal y de su ala más izquierdista. No solamente fue uno de los experimentos de federalismomás extremos de todos los tiempos, sino que también dejó intactos a dos edictos del tiempo de guerra que gravaban emprkstitos forzados sobre las elites del Partido Conservadory no pemtitian la amortizacióndc las tierras de la Iglesia. Despuesde 1863 y hastala Constitución elaboradapor el Partido Conservador(18X6), cadaestadode Colombia gozababásicamentede plena independenciadel gobierno central y elegíasu propio presidente mediante voto popular. El poder otorgado al gobierno central era minimo, y durante los próximos veinticinco afíos la politica se regionalizó. Esta situación no cra del todo contraria a los deseosdel Partido Conservador,puesen por lo menostres estadossu fucrra parecíaindicar que podríaretenerel control sobreesasregiones,especialmenteAntioquia. La Constitución de Ríonegro institucionalizó el primer intento latinoamericano de sufragio universal para hombres en las eleccioncalocales y departamentales”. Desde 1856, cuandovotó el 8,6% de la población, hasta 1884, los partidarios del Pl,, ya movilizados por decadasde guerra civil, tamhien participaron en las elecciones. Los liberales radicales esperabanque dicha movilización electoral masivacreara la basede una hegemoníaliberal de largo alientoy de un desarrolloeconómicomodeladosobrelos EstadosLlnidos Sin embargo, este experimento federalista no cumplió con ninguna de las dos esperanzas. Surgieron fuertes conflictos al interior del Partido Liberal entre ideólogos

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radicales y los caudillos locales y regionales más pragmáticosque buscabancontrolar la expansióndel electorado. Ganaronlos pragmáticos,quienes,a través del control que ejercían sobre las cabinas electoralesy la selección de los candidatos. redujeron la participación clectoral masiva a sólo un acto simbólico. No obstante,las cleccionesmasivassemianuales fomentaron la socializacióndel campesinadorural y los artesanosurbanos,quienesingresaron a los partidos. Además, para la dtcada dc 1880 una serie continua de guerras civiles regionalesy nacionaleshabía ahondadolos intensosrencorescnlre las elites de los partidos Conservador y Liberal. Casi todos los segmentosde la población participaron en estos rencores. Además de la guerra civil dc 1876-1877,desatadapor el involucramicnto del gobierno central en guerrasseccionalesy el intento de quitar cl control de la educacióna la iglesia, y la guerra civil dc 1884-1885 cuando los liberales radicales hicieron un último csfuerro por retener el poder, un historiador contó ocho guerrasciviles regionalessolamente durante el aiio 1880. Entre 1862y 1879 en el estadode Panamá,un presidentefalleció en el campo de batalla, sietc fueron derribados por la fuerza, y uno fuc “aparentemente” envenenado22. La violencia y el caos que dominaron los aíios de la Constitución de Ríonegro retardaron el desarrollo económico de Colombia y condu.jerona divisiones cada vez más pronunciadasal interior del Partido Liberal entre radicalesdoctrinarios y proponentesde la restauracióndel orden medianteun gobierno central fuerte. El segundogrupo, reunidos en torno a Rafael NúAez,ganaronla presidencianacionalen 1860, 1882 y 1884,y se unieron al Partido Conservadorpara derrotar a los liberales radicales insurrectos en la guerra civil dc 1885. Esperandoromper el ciclo de contiendapartidaria,Núkz. junto con importanteslíderes conservadores,formó el Partido Nacional, disolvió la Constitución de Rioncgro y apoyó la constitución centralistadel Partido Conservadorde 1886. La Constitución de 1886, en vigor durante los próximos cien ahos, marcó un cambio profundo en la estructuradc las instimciones políticas del país No solamenteabrogó todo vestigio de independencia de los estados (de hecho. ahora los estados se denominan departamentos),incluyendo las leyes de sufragio universal para hombres creadaspor los estados, sino que colocó a los funcionarios elegidos, como los alcaldes y funcionarios ejecutivos de los estados (denominados ahora gobernadores) bajo cl control directo (gobernadores)e indirecto (alcaldes) del poder ejecutivo nacional. Las asambleasde los estados perdieron sus poderes legislativos y se convirtieron básicamente en brazos administrativosdel poderejecutivo nacional.Por lo tanto, la Constitución de 1886ccntraliró el poder en el ejecutivo nacionaly al mismo tiempo desmovilizó fuertementela participaciónde las masasen las elecciones. La nueva Constitución decidió el conflicto entre la Iglesia y el Partido Liberal: hizo del catolicismo romano la religión oficial de Colombia, reprimió severamentea toda “secta” que no fuera la Iglesia CatólicaKomanay devolvió el control sobre la educación a la Iglesia. Fue muy generosoen la forma en que resolvió numerosostemas religiosos con el Vaticano. El gobierno también tomó las propiedades de terratenientes liberalesy las devolvió a los “dueflos” conservadores,de esamaneraretribuyendo los insultos del PresidenteMosqueraen 1863, y apoyó la elección de un conservadorpara la presidencia de la nuevarepúblicaunitaria. Aunque los liberales que apoyaban a Núñez lograron terminar con el experimento federalista del país, no pudieron controlar la coalición con el Partido Conservador. I,íderes antiliberales, como Caro, se movilizaron enérgicamentepara marginar a los liberales dentro del Partido Nacional y aseguraronque duranteel resto del siglo diccinucvc los liberales~610 jugaran un papel político de minima importancia. El Partido Nacional habíafuncionadocomo un caballo de Troya, permitiendo que los conservadoresingresaran al recien fortalecido gobierno central y lo controlaran. Los liberalesse estabanuniendo cadaVCLmásen contradel gobierno, pero el Partido Nacional, que ya habia sufrido la defección de los liberales que apoyabana Núfiez, fue víctima de la identificación continuadade los restantesmiembroscon el Partido Conservador.La oposición a los gobiernosnacionalesde “Regeneración”llegó a ser

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especialmentefuerte en Antioquia, donde snrgló la fawón que a la larga se denominaríalos ConservadoresHistóricos. La reuniticaclónde los hberalcsy la aparenteconfusióncn las filas del Partido Conservadorproporcionaronel impetuparados guerrasciviles adicionalesantesde fin de siglo: la primera en 1895fue suprimidacon relativa rapidez,pero la segunda(la Guerra de los Mil Días) duró desde1899hasta1901,terminó virtualmenteestancada,y dejó al Partido Conservadorcontrolando el gobierno central. La sublevaciónfuc devastadoracon mas de 100.000bajas,y el país sólo pudo ofrecer una rcsistcnclanominal a la secesiónde Panamáen 1903. la que fuc lograda con la ayuda de los EstadosLlnidos. 1.a guerra y la pérdida de PanamáseBalizaronel fin de la Regeneracióny del PartidoNacional. Al terminar el siglo diecinueve,el experimentosuprapartidistade Núñezhabíafracasado y las lealtadespartidarias estabanfirmemente arraigadas. En los primeros treinta años del siglo veinte, sobresalenla casi total exclusión del Partido Liberal de la política y la institucionalización de las dos subculturaspartidarias. La Iglesia Católica Romana,que se volvía cada vez más poderosa, se movilizó vigorosamentepara restringir y condenar las actividadesy creenciaspartidarias de los liberales23.En reacción al control que ejercía la Iglesia sobre la mayoría de los establecimientoseducacionalesdel país, los liberales crearon sus propios colegios y universidades. Los órganos de información y culturales tambicn tomaronmaticespartidarios. Sin embargo,a diferenciade paisescomo Chile y Alemania24,la institucionalizaciónde las subculturaspartidariasde la nación sucedióprlmariamentea nivel de las elites y sólo afect6 ligcramentelas vidas de las basesde los partidos, especialmcntcde los campesinos. Los partidos en el campo siguieron organirándose mediante el uso de métodos tradicionales de movilización: apelar a los símbolos y la historia del partido, a la relación patrón-cliente,y prometerproteccióncontrael enemigo. El período entre 1901 y 1930 es uno de los períodosmenos estudiadoen la historia política colombiana. Tres acontecimientosimportantesestablecieronel fundamentopara el colapsode la hegemoníadel Partido Conservadory el surgimientodc la RepúblicaLiberal. Ln primer lugar, en la década del veinte la infusión masiva de inversiones extranjeras y la indemnización que pagó los EstadosUnidos por conceptodel Canal de Panamáalcaruaron casi $ 300 millones. La infusión de dinero creó las condicionespara cl desarrollode una clase obrera urbanacadavez más importantee intranquila. En segundolugar, el énfasispuestopor el gobierno central en obras públicas atrajo a obreros desdeel campo, produciendoasí una grave escasezde mano de obra agrícolay haciendosubir constantementelos salarios,lo que no fue del agradode los terratenientesliheralcs y conservadores.Al mismo tiempo, una alta inflación disminuyó y hasta a veces anuló los incrementossalariales de la crecicntc clasc obrera urbana,la que reaccionócon huelgasy paros. En tercer lugar, una iniciativa reformista que culminó en 1914 restaurólas eleccionespresidencialesdirectasy levantó la limitación de propiedadpara la participación electoral, ampliandoasi el electoradode un universo de súlo unos cuantosmiles aun 6,4% de la población. La inflación, la escasezde mano de obra, los disturblos laborales.el uso de las fuerzas armadas nacionales en contra de obreros colombianos pero a favor de inversionistas extranjeros, y la ampliación del universo electoral, se juntaron para dividir al Partido Conservador en grupos opuestos. Se intensiíicó la diviskn cuando cn 1929 el gobierno anunció que los comunistasy las lihcrales estabanplaneandoun golpe. Es cierto que el movimiento comunista incipiente había planeado una insurrección, pero la debilidad del partido y de su base de apoyo restringió la acción a unas pocas ciudades pequenas;fue sofocadarápidamente*‘. El gobicrno SCaprovechóde la ocasiónpara atacaral Partido I.iheral. encarcelandoa muchos de sus líderes bajo una ley de seguridad draconiana. La campaña desacreditóaúnmásal gobierno conservador. Igual como habíasucedidocn las décadasde 1850y 1860,el partido gobernanteencaró dividido las eleccionesde 1930 y la oposición,en estecacoel Partido Liberal, pudo ganar la presidenciapor una pluralidad. Despuésde un gohicrno transitorio de coalición, los hberales iniciaron un período de “gobierno partidario” denommadola República Liberal. IJna vez que

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en 1935 los conservadores se habían retirado de la participación electoral. una práctica común en los partidos de oposición desde la década de 1840. el nuevo presidente liberal. Alfonso López, emprendió una serie de reformas de envergadura. Dichas reformas, contetudas en las Enmiendas Constitucionales de 1936, volvieron a abrir muchar heridas viejas y cuestionaron el control qjercido por la Iglesia Católica Romana sobre la educación y el derecho de familia. I.as reformas también crearon la base legal para ampliar el papel del Estado y reconocer oficialmente al movimiento sindical y el derecho a la huelga. parte dc un llamado más amplio del Partido Liberal a las nuevas clases urbanas. Por idtmm. se levantaron los requisitos de alfabetismo para la participación clcctoral, reestableciendo asi la era de sufragio universal para hombres. Estas reformas constitucionales, al igual que las del anterior López -ningún parientecn 1853, dividieron al Partido Liberal. En 1937 los liberales conservadores obtuvieron la mayoría en el Congreso y en 1938 ganaron la presidcnua Con la derrota de las fuerzas lopistas, no se implementaron las nuevas reformas constitucionales. Para 1946 el ala reformista del partido apoyaba al populista carismático Jorge Eliucr Gaitán, cuyo intento de movilizar a los sectores populares urbanos y ruralrs del psis había diwdido intensamente al Partido Liberal. Aprovechándose dc la oportunidad. Io\ conservadores ganaron la elección presidencial de 1946. Los liberales retuvieron su mayoría electoral durante el gobierno de Ospina Pérez; sin embargo, conservadores mas radicales liderados por I.aureano Gómez iniciaron un programa de intimidación. Después del asesinato de Gaitán en 1948. una insurrección urbana masiva casi terminó por destruir el centro de Bogotá y se extendió por todo el país. Aunque las clites de los partidos Conservador y Liberal rápidamente formaron un gobierno de acomodación. ya se había fijado el escenario para una mayor violencia. En 1949. bajo una amenaza constante los liberales se retiraron del gobierno de Ospina. finalmente se retiraron también de la elección presidencial de diciembre de ese año (ganada por su archienemlgo Laurean” Gómez) y procuraron residenciar a Ospina. Ospina cerró cl Congreso y dio comienzo auna dictadura del Partido Conservador que duró más de cuatro años y causó la muerte dc más de 200.000 personas. El colapso de la democracia oligárquica cn Colombia se debió principalmente a la ampliación de la participación política, especialmente entre los obreros urbanos, y a la movilizacibn masiva realizada por Gaitán. que dividió al Partido Liberal y lo dejó abierto a los ataques del Partido Conservador. En 1910 la votaci0n a nivel nacional se encontraba fucrtcmcnte restringida. En 1914 un poco más del 6% de la población participó. Para la elección prcsidcncial en 1946, dicha cifra se había duplicado y la participación fuc de más del 13%. El aumento en el universo electoral urbano Tue una consecuencia de la movilización de la clase obrera por el Partido Liberal y del crecimiento acclcl-ado de las ciudades durante los afios veinte, treinta y cuarenta, y esto intensificó el sentimiento entre las elites politicas colombianas de ambos partidos que el control que ejercían sobre el futuro político del país estaba cn juego. Sin embargo, la virulencia del conflicto y el intento dr los conservadores de destruir al Partido Liberal -la violencia entre 1949 y 1953 incluyó la castración de hombres, el asesinato de los hijos de los liberales y “abortos” a ponto de machctc- îucron el resultado de la reapertura por los liberales de muchos temas ant+wos. en particular el tema de la religión. El apoyo otorgado por el clero católico a la erradicación del liberalismo y las peticiones primordiales a la Virgen en contra de los liberales ateos dieron a la contienda civil el aspecto de una guerra santa. La violencia se intensificó. extendIéndose a casi todos los lugares de los departamentos centrales andinos y a los valles de Cauca y Magdalena, y en consecuencia también se intensificaron las diferencias entre Ospina y I.aurcano GOmc7 Gómez fue el arquitecto de la deshberalizaclón de Colombia y para 19j3 sus reformas constitucionales, que habrian reemplazado las mstitucmnes ewstentes por un régimen de corporativismo católico según el modelo de la Espaíia de Franco, habían suscitado una

FUERZA Y DEBILIDAD

PARTIDARIA FN I.A ASFDIADA DI‘MOCRACIA

COLOMBIANA

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considerable oposición dentro del Partido Conservador 1-n 1953 los libcralcs, junto con una facción más moderada del Partido Conservador, apoyaron el derribamiento por las fuerzas armadas del régimen dc Gómez, constituyéndose asi la pumera mcursión de esta última institución en la política colombiana. Los oponentes de Gómez presumieron que los militares lo destituirían y luego regresarían a sus cuarteles, dejándolos con el control del gobierno central. Durante los primeros meses del régimen militar, el general Roja\ Pinilla nombró un gabinete dominado por civiles. No obstante, sacando provecho de la popularidad que había logrado como resultado de la disminución de la violencia y del programa de amnistía para los guerrillas liberales, procuró ampliar su poder a expensas de ambos partidos tradicionalc\. Imitando el populismo de Per

P ARCHER

Este tipo de liderazgo “ohgárquico” sólo funcionb mientras los lideres regionales y locales aceptaban la autoridad de las elites tradicionales de los partidos. Al linal, cuando se disputó el control dc los jcîcs naturales durante los alìos del Frente. la Informalidad cn la selección de líderes y candIdatos resultó ser fatal para clloa Ninguno de los dos partidos contaba con los mecanismos que permitirían que los lideres controlaran el uso dc la etiqueta partidaria. Por otra parte, losjefes naturales ya habían creado precedentes, cuando no llegaban a un acuerdo mediante sus “conversaciones”, para la cxistcnc~a de listas competidoras y organizaciones partidarias paralelas. Este tipo de diwsión partidarla fue responsable por las caídas de los regimenes liberal y conservador en los siglos diecinueve y vemte. La instalación del Frente Nacional restauró provisoriamente algo del control que ejercían las elites partidarias sobre las listas, especialmente mientras se realizaban las elecciones proporcionales y presidenciales en forma concurrente, porque los jefes naturales de los partldos todavía podían seleccionar su candidato y así usar la lista prcsidcncial para mantener en linea a los líderes regionales. No obstante, fuertes divisiones al interior del Partido Conservador significaron que desde 1958 en adelante existieran dos directivas nacionales que competían la una con la otra, cifra que subió a cuatro en 1970. IIumillado por haber perdido el poder, el Partido Liberal ingresó al Frente Nacional relativamente unificado; sin embargo, para 1962 la directiva nacional había perdido el control sobre la composición de las listas partidarias. Para el térmmo del Frente Nacional, los jefes políticos regionales y locales mayormente controlaban el proceso de selección de candidatos. La ausencia de limitaciones legales sobre la creación de listas facilitó enormemente el avance acelerado de este cambio significatwo ¿Por qué no pudieron las elites partidarias tradicionales retener el control durante los años de expansión del Estado? Durante los años del Frcnrc SC adelantó el proceso de “clientelizar el Estado” y no hubo mucha oposlción exltosa3’. Intermediarios políticos establecieron nuevas bases dentro de la burocracia estatal y las usaron para canalizar favores políticos hacia los ,jefes locales y regionales, y de esta manera r»rmaron nuevas estructuras clientelistas que se multiplicaron a medida que crecía el Estado. El apetito voraz por alcanzar ascensos políticos significó que la competencia electoral se conwtió en una lucha intensa entre las elites regionales por el control de los rccwsos del Estado. Sin embargo, la lucha por la influencia política tuvo altos costos. En primer lugar, la declinación cn la autoridad de las elites partidarias mermó la unidad partidaria y el casi incontrolable fraccionamiento interno y la división del Estado en enclaves pequefios y hostiles dificultaron enormemente la gobcrnabilidad. En segundo lugar, la movilización partidarla basada en favores polílicos más bien que en mecanismos partidarios no tuvo el mismo Gxito, por las razones que se esgrimen a continuación, y produjo una generación de colombianos que desconocían totalmente las técnicas lradicionales dc movilización partidarla. En tercer lugar, la irrelevancia durante el período del Frente de la competencia partidaria para determinar los resultados electorales, y el reemplazo de la política partidaria por la política dc influcnclas, debilitaron enormemente las subculturas partidarias. Además, como veremos, la naturaleza bipartidaria del Frente socavti las orgamzaciones funcionales de los partidos y de esta forma mermó sus vínculos con varios sectores de la población. En cuarto lugar, la clicntelización del Estado mermó la eficiencia del gobierno central y su capacidad de utilizar en forma óptima los recursos generados durante el período del Frente. Aunque cl Estado creció y reclamó una mayor esfera de competencia, también se volvió más ineficiente y menos capaz dc proporcionar ni los servicios más básicos cn muchos lugares del país. De hecho, las consecuencias para la fuerza de los partidos fueron severas, especialmente cuando terminó el Frenle Nacional y se produjo el retorno a la política competitiva (1972 a nivel de departamentos. 1974 a nivel del Congreso y de la presidencia). FIJERZA ORGÁNICA Antes del Frente Nacional, los partidos tradicionales gozaban de una organización casual e informal y no necesitaban de algo mayor durante Ia? décadas en que funcionaban los partidos de notables con seguidores de las masas. Sin embargo, los cambios en los partidos

FUERZA Y DCDILIDAD PARTIDARIA

EN LA ASEDIADA DLMOCRACIA

COLOMBIANA

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producidos por el sufragio universal para hombres en 1916. 1 la movilización intensa en los años treinta y cuarenta, hicieron cada vez más inadecuadas las negociaciones entre elites. Las nuevas organizaciones partidarias, especialmente los grupos de obreros, czampcsinos y estudiantes, exigieron una participacXm en Ia? decisiones partidarias; lo anterior cra especialmente verdad en el caso del Partido Liberal cn la dCcada del cuarenta bajo el líder populista Gaitán. Durante esos años tambkn se produjeron intentos rudimentarios de fortalecer los órganos partidarios intcrnoa. lina ,jel-arquia de institucmnes partldarias sc extendía desde los municipios hasta mveles nacionales, y 105mecanismos de aportes populares permitían que los partidarios fieles a nivel local seleccionaran los rcprcscnlantes desde los municipios hasta los niveles nacionales. Sin embargo, tal como habia sucedido en las décadas de 1860 y 1870, los jefes locales y regionales tomaron el control de dichas entidades, convirtiéndolas en meras fachadas para las negociaciones necesarias para la creaciún de las listas y la distribución de los favores políticos. Tal cra cl prestigio de los Jefes naturales que durante la década del treinta no se disputó la autoridad de las directivas partldarias para determinar las listas partidarias. Cada cuatro arlos se creaban reglas informales para representar a los sectores del electorado qw los lidcrcs esperaban captar en las elecciones venideras. Los funcionarios y miembros de los partidos que ocupaban cargos gubernamentales escogían las directivas; en general los mecanismos eran mformales. El proceso comenzó a desmoronarse cuando cn la década del cuarenta sectores del PL procuraron ampliar la movilización popular balo el liderazgo de Galtán. Carente dc mktodos establecidos para solucionar conflictos cntrc los máximos líderes del partldo. el PI, se dividió y terminó siendo derrotado. En los afios cincuenta el PC sufrió una calamidad parecida. El comienzo del Frente Nacional marcó un control renovado de las clitcs nacionales sobre la selección de candidatos y las actividades partidarias. Sin embargo, a medida que terminaba el gobierno de transición, se hizo evidcntc que las organizaciones partidarlas heredadas de los aílos cuarenta no eran sino esqueletos vacíos. Las clilcs de los partidos Liberal y Conservador negociaban el próximo candidato prcstdencial del Frente y luego unian a la lista concordada del candidato presidencial 105cnrrdidatos oficiales para otros cargos. Las deserciones para escapar del control del patirdo central comcnrxon casi inmediatamente en 1962, y aumentaron constantemente durante el periodo del Frente Nacional. P;lra 1970 las listas oficiales apenas obtenían la mayoría de vok~a partidarios. El control central sobre la selección de listas se vio reemplazado por negociaciones intensas con las elites regionales. numerosas deserciones y listas rebeldes tanto a mvel de la presidencia como del Congreso. Con el ttrmino del Frente Nacional, la orgamraclón partidaria interna siguió debilitándose. Dejaron de existir las directivas locales y departamentales, y las directivas nacionales servían mayormente de ornamentación AI dlvidirse los partidos en redes de influencia política casi autónomas. la pregunta dc moda era si realmente existían los partidos Liberal y Conservador como entidades coherentes”. La pkdida del control partidario sobre la selección dc candidatos para cargos proporcionales significó que la organizaci6n central de IOS partidos quedó casi desprovista dc runcioncs úlilcs. De hecho. lo único que les quedaba eran las convenciones donde se formulaban las plataformas elcclorales. que luego tanto los votantes como los políticos no tomaban en cuenta, y se escogían los candidatos prcsidcnciales ofkales. La carencia de reglas formales para la selección de los candidatos presidenciales -0, mejor significó que los jefes dicho, la carencia de reglas que sobrevivieran más dc una elección Esta última naturales tradicionales de los partldos seguian dominando este proccao prerrogativa de las Clitcs tradicionales dc los partidos cas, había desaparecido al llegar la década del noventa. Cuando terminó el Frente Nacional las chtes ya estaban cn el proceso dc perder gran parte del control que ejercían sobre las listas para cargos proporcionales y esto se hizo normal cn los años ochenta. Una indicauón enfática de la crccicnte falta de control partidario fue el aumento rápido cn el porcentaje de miembros del Senado y de la Cámara Baja que podían asegurar la reelección por medio de controlar sus propias coaliciones electorales (vCase la

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RONALD P. ARCHER

Figura No6 1 Porcentajes de goce en el Congreso, Colombia, 1935-1990

01~, 35 37 39 4, 43 45 47 49 56 20 62 64 6’6 63 7b 34 78 zGi30 AFws con elscciones (1935-1990)

1-t

Cámara +

Senado

j

Figura N” 6.1 y los Cuadros N” 6.1 y N” 6.2). Tradicionalmente, las clitcs partidarias usaban los escaños en el Congreso para premiar a los activistas partidarios, rotando los escarlos entre los fieles locales y regionales, Dicha práctica se desmoronó cuando las elites perdieron el control sobre el proceso de selección. El predommio que ejercian en la selección de los candidatos presidenciales oficiales tambien decayó durante el período postfrente. En 1974 y 1978 el PL seleccionó su candidato presidencial mediante asambleas nacionales que ya eran dominadas por los jefes de las redes de influencia política. Por consiguiente, la selección de la elite fue aprobada casi unánimemente en 1974, pero la pelea por la nominación de 1978 entre la clite partidaria nacional y los jefes regionales fue especialmente intcnaa. En 1982 Luis Carlos Galti rehusó aceptar el candidato oficial nombrado por cl partido e hizo una campaña disidente, dividiendo así el voto del PL y permitiendo que el PC ganara su primera victoria presidencial disputada desde 1946. La derrota del PL en 1982 produjo un esfuerzo sincero para reafirmar el control partidarlo sobre el proceso de selección del candidato presidencial. El esfuerzo fracasó porque los jefes de las redes de influencia política exigieron que la representación en la convención del partido fuera decidida en función de los votos para cargos proporcionales obtcnidos en las últimas elecciones. En 1986, mayormente a través de negociaciones informales, los candidatos presidenciales del PL concordaron respetar el resultado de las elecciones del Congreso, un acuerdo que impulsó a ambos candidatos a trabajar vigorosamente para conseguir el apoyo de las muchas fracciones pequeñas que competían a ese nivel. En 1990 los candidatos presidenciales del PL nuevamente negociaron arduamente para alcanzar una fúrmula para la selección de un candidato oficial, optando finalmente por una combinación compkja del mecanismo de 1986 y elecciones preliminares. Aunque cl PC ewtó los tipos de conflicto que acosaban al PL durante la mayor parle dc este período, en 1990 la división entre los dos jefes máximos del partido impidió que el partldo se pusiera de acuerdo sohrc el candidato presidencial de ese año. Para la década del noventa, ambos partidos SC encontraban Irremediablemente fragmentados. sus organizaciones internas mayormente habían desaparecido y la selección de los candidatos presidenciales producia tanto conflicto que sólo Ilcvaha a la derrota. Surgieron

FUERZA Y DEBILIDAD PARTIDARIA EN I,A ASEDIADA DI’MOCRAC1.4 COLOMBIANA

149

Cuadro N” 6.1 Porcentaje de votos ohtenidoa por partido en las áreas rurales, Colombia. 1930-1988

,930 1946 1958 1962 1966 ,970 1970 1972 1914 1974 1976 1978 1978 ,980 1982 1982 1984 1986 1986 ,988

NOTA:

P P P P P P A A P A A P C A P C A P C A

58.6 44.1 -

41,4 55.9 42.6 43,0 51,3 50,2 48,4 48,4 50.6 51,9 48,s 52,o 51.0 51,8 48,O 49.9

53,l 76.9 3Y,7 41,2 45.4 49.0 46.0 44.9 49,8 46,2 46,7 42.1 46,8 40.8

RO 04 27.2 38.5 23.8 55.0 4,7 20,l 9.0 8.7

62

2,7 3,4

72.8 61.5 76,2 45,”

-

332

1,4 1.8 2,4 53 5.2 9.3

-

P Presidencial; A = Asmhlea; C = Cámara.

conflictos internos al interior de ambos partidos tradicionales en tres áreas: cl ejecutivo, el partido en el Congreso (dividido en fracciones cada ve7 más pcqueiias y dominadas por las redes de influencia política regionales y locales) y la elite tradicional de los partidos (reducida ahora mayormente a antiguos presidentes). Las organizaciones partidarias se vieron reemplazadas por las negociaciones entre el poder ejecutivo y cl Congreso y por allanzas efímeras entre jefes de redes de influencia política locales y regionales. Los antiguos presidentes servian ocasionalmente como jefes nominales de los partidos cuando las circunstancias requerían al menos la apariencia de una unidad partidaria. COALICIONES

PRESIDENCIALES

Y DEL CONGRESO

El último golpe impidiendo que los partidos controlaran la selección de cargos proporcionales se dio en 1978 cuando por primera vez se separaron las elecciones presidenciales de las del Congreso. Hasta 1968 los representantes se clcgían cada dos anos y por lo tanto en las denominadas “elecciones de mitaca” su elección era independiente de la política presidencial. En 1968, el Congreso otorgú al poder ejecutivo un mayor control sobre el presupuesto y amplió el mandato de los representantes a cuatro años, victoria importante para los agentes clientelistas. Siempre que las elecciones del Congreso y presidenciales se efectuaban en forma concurrente, el candidato presidencial oficial del partido, y por ende aquellos que lo seleccionaban, retenía cierto control sobre las listas partidarias del Congreso. La prisa para apoyar al candidato oficial y la esperanza de sacar algún beneficio de su capacidad percibida de acumular votos independientes y no clientelistas impulsaban a muchas redes clientelistas a procurar cargos en las listas partidarias oficiales del Congreso Los candidatos del Congreso solían apoyar ya sea al candidato partidario oficial o a uno disidente, y las listas oficiales obtenían la mayoría de los votos (Id excepción se dio en 1970 cuando

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RONALD P. ARCHER

Cuadro N”6.2 Porcentajede votos obtenidos por partido en las areas urbanas. Colombia, 1930-1988

1930 1946 1958 1962 1966 1970 1970 1972 1974 1974 1976 1978 1978 1980 1982 1982

1984 1986 1986 1988

P P

34.7 32.5

P P

P P A A P A

A P c A P C

A P c A

57.0 50.0 61,3 60.2 57,o 50,4 60,6 57.9 54.3 60.2 58.5 62.8 59,2 56,7

0.0 0.0

-

7.3 36.8 33.8 64.5

38.2 23.7 22.8 23.1 30.4 43.5 31.2 29.7 44.0 34.8 32.3 31.2 29.3 29.1

x,3 15.9 16.7 / .?.6 6.1 8.2 12.4 1.7 5.0 9,2 5.9 ll.6 14.3

4.8

92,7 63.2 66.2 35.5

-

-

FUENTES: Para los datos electorales:Re,zd/ado~ elecmrolr\ (vanos): para los datos censorales(‘olmrhio, Cemo >~ucrunalde pohlocrdrr (vanos),

NOTA:

P = Preadenaal;A = Asamblea:C = Cámara

ganaron las listas disidentes). Con el término del Frente Nacional y la separaciónde las elecciones presidencialesde las del Congreso, ambos partidos comenzaron a usar las eleccionesdel Congresocomo eleccionespreliminaresno oficiales para medir la fucrLa de los diferentescandidatospresidenciales. La separaciónde las eleccionespresidencialesde las del Congreso otorgó a los jefes regionalesde las redesde influencia política mayor libertadpara escapardel control partidario informal. En YCZde permitir que los líderes tradicionalesde los partidos centralestuvieran mucho que ver en la selección de los candidatosproporcionales, las rcdcs de agentes clientelistas negociabanla unión de sus listas con la dc uno de los candidatospresidenciales, calculando la gananciaen función de la posible atracclónque pudieran tener los candidatos para los independientesy no clientelistas. Al mismotiempo, estasredessopesabanel apoyo a un candidato asegurado,y el tener que compartir las recompensasde la elección, con las recompensasposiblementemayores de apoyar tempranamentea un candidato futuro de potencialidad viable. Sin importar los cálculos especificos, ahora eran los jefes de las diferentesredesde influenciapolítica los que determinabanla seleccióndel candidatoa apoyar y no la organizaciónpartidariadebilitada ni las elites partidarias. Esta circunstanciasocavóla capacidadrepresentativade los partidos y la gohernabilidaddel país: existía un partido en el Congresoque no dependíadel apoyo del presidenteparaserelegldo. La separaciónde las elecciones presidencialesde las del Congreso tambien creó mayores dikrencias entre las respectivasjurisdicciones de los poderesejeculivo y legislativo del gobierno, y esto fomentó los conflictos instituclonalesy el inmovilismo gubernamental. Las circunscripcionesde las redesde influencia política erandesproporcionadamente ruralesy constrefiidas por vínculos de cliente-patrón; sin embargo. para contrarrestar la máquina opositora, los candidatospresidenciales,a pesarde necesitardc eseapoyo, también se vieron forzados a captarunapartedel cadavez más importanteunwersoelectoralurbano.

FUERZA Y DEBILIDAD PARTIDARIA EN LA ASFDlAl)A l)l MOC‘KAC‘IACOLOMBIANA

151

Crrndro N” 6.3 Porcentaje de votos urbanos obtcnidos por partido en las elrcciones presidenciales y del Congreso, Colombta, lY74-1Y86

1978 1978 1982 1982 1986 1986 FUENTES: NOTA:

P c P C P c

so,41 60,60 38.14 60.24 62.81 59.17

43,52 11.16 44,01 34,75 31.X 29.28

6.07 8,X 17,85 5.01 5.94 II 55

+6:89 +29,44 -X,87 +x,49 131.56 +29 89

Para los datos electorales. Rcsrhdo., rlcrlwuh (vanos). para los datos censorales: Co,n,,rh,a, Xi’ Y ,YC’ Crn~o nuounol deepobluod~~(Buguti, Ueptiamcnta Admmstratwo Nacional de Estadística, 1973, 1985); P - Pmidencial; A = Asamblea; C = C&mra.

Cuadro N” 6.4 El voto urbano como porcentaje del voto partidario total en las elecciones presidenciales y del Congreso, Colombta, 1974-1986 nso

I,brrol ‘52

1974 1974 1978 1978 1982 1982 1986 1986

P C P C P C P C

53.78 54,97 47.51 49.21 51.72 55.26 63.54 58,31

35.82 36,“” 43.58 35,40 52,00 44.53 51.49 44,13

63.X 65,92 66.49 66,26 78.79 74.40 60.40 76,11

t17.96 +1*,97 +3.93 +I?:Rl -0,28 110.73 +12,05 +14,18 -

Aunque los dos partidos tradicionales son despr«porcionadamente rurales en relaciún a la demografia colombiana, consecuencia dc la movilización por influencia politxa y la mayor intensidad de las subculturas partidarias en el campo, la mayoría rural del Partido Liberal es suficientemente pequena como para que en las elecciones presidenciales la pérdida de apoyo en el universo electoral urbano puede significar la victoria para la minoría del Partido Conservador. Casi sucedió en 1978, y se comprobó en la victoria de Belisario Betancur en 1982 (véase los Cuadros N” 6.3 y N” 6.4). Ya que los candidatos al Congreso persiguen una estrategia primariamente rural y clientelista para generar apoyo. los candidatos prcsidcncialcs de los dos partidos principales, con la excepción de la campaña de Turbay Ayala en 197873. han hecho llamados intensos a los votantes urbanos, abraxando iniciativas reformistas que han resonado con las inquietudes del universo electoral urbano y rural no clientelista. Candidatos reformistas como López (PL) en 1974, Betancur (PC) en 1978 y 1982 y Barco (PI.) en 1986. consistentemente superaron a los candidatos al Congreso no sólo en el porcentaje del voto urbano que obtuvieron (Cuadro No 6.3) sino tambien en la participaciirn del univerw electoral urbano en el voto partidario (Cuadro Na 6.4). Por consigwente, se han producido deferencias

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152

Cuud/~o A“’ 6.5 La opinión pública en cuanto a la ncccsidad de cambio. Colombia, 1988

,:xrouo,

AI,y’““>’

Ni,l,~““‘>

%

%

J’,,

36,2 37,2 46,0 48.8 44,7 51.4

43,9 50.2 36,3 35.5 44.9 41,6 36,0 32,s

IU.9 126 17.7 15.7 10.3 7.0 5.4 1 7

58,b 6238

.Vl>r~rr>u>,,le,lo< P11W,,rac.mdos

1 828 1.823 1.829 1.827 1.827 1.829 ,811 1.830

-16.3 -24.6 -28.1 -33,l -34.4 -44,4 -53.2 -58.1

importantes cn las circunscripciones que apoyan a los candidatos presidenciales y del Congreso exitosos y en las metas del poder ejecutivo y del poder legislativo. La meta principal de los jefes de las redes de influencia polittca es proporcionar beneficios a sus propios seguidores. Los candidatos presidenciales exitosos, sin embargo, han asumido el cargo con una agenda que enfatiza un incrcmcnto en la eficiencia de las capacidades de distribución del Estado y se compromctc a solucionar algunos de los más sobresalientes problemas sociales, económlcos y políticos que enfrenta el país. Es en el Congreso donde han chocado estas dos agendas opuestas: el ejecutivo ha fracasado consistente y abrumadoramente en su persecución de las reformas. Al gastar sus recuraos dc inftucncia política con sólo un éxito limitado. la acumulación de reformas percibidas como ncccsarias por segmentos cada vez más grandes de la población ha crecido (vkase el Cuadro No 6.5). El resultado de lo anterior es la inmovilidad del Congreso frente u las miciattvas reformtstas del ejecutivo, una fuerte percepción popular dc la ilegitimidad y falta de autoridad de los partidos tradicionales y del Estado y la búsqueda por cl poder ejecutivo de medios extrainstitucionales para la realización de las reformas necesarias para tratar con los niveles creclentes de conflicto y violencia sociales34. MOVILIZACIÓN POR INFLUENCIA SIJBCIJLTIJRAS PARTIDARIAS

POLíTICA. REPRESENTACIÓN

Y

En los anos treinta y cuarenta. ambos partidos tradicionales intentaron captar los nuevos electorados creados por el impacto de la modernización la clase media, los estudiantes universitarios y los movimientos de campesinos. 1res factores terminaron con las iniciativas para representar a estas divisiones sociales importantes. El primero, que se menciona arriba, fue el temor de que una movilización intensa socavaria el predominio de las ehtes de los partidos tradicionales, especialmente porque los principales artíficca dc la moviIización pcracguian políticas y utilizaban un lenguaje que se percibían como radIcales y populistas. El segundo, que también está referido arriba. fuueel conflicto civil desastroso y las dictaduras de los afios cuarenta y cincuenta y el fracaso de la rccrcacicin dc organkaciones difuntas bajo el Frcntc Nacional, principalmente como consecuencia de consideraciones partidarias. El tercero correspondió a la transición desde una movilización partldaria a una movdizaclón por influencia política, que predominó durante y dcspuCsde los años del Frente Nacional. La creación de los lazos partidarios ha sido primariamente a nivel local y regional. Colombia está conformada por más de mil municipalidadea: casi un tercio. mayormcntc rurales. siguc bajo la hegemonía (más del 80% del voto) de uno dc los partidos tradicionales, y otro 40% eu controlado (60 a X0% del voto) por uno de los partidos tradicionales. 1.0s partidos

FUERZA

Y DEBILIDAD

PARTIDARIA

EN LA .4SEDIADA DL+lOCRACIA

COLOMBIANA

153

solamente alternan el poder en las municipalidades restantes. mayormente urbanas Como consecuencia de la división partidaria, las redes cl¡cntelMas o de influencia politlca, actores principales en la movilización de los electorados partIdarlos tradicionales, enfrentan dos limitantes principales. En primer lugar, ya que no wstcn desertores. procuran induur cxclusivamcntc a los micmhros dc su propio partido En xgundo lugar. puesto que las divisiones parlidarias .iuhsiakn cn cahi todas las rcgioncs. las rcdcs clientelistas no han sldo capaces de captar cl voto de regiones o subrcgioncs crrterac. A excepción de partes de la región dc fuerte mayoria liberal cn la custa del Atlántico. cl apoyo electoral de la mayoría de estas redes depende de varias municipalidades muy esparcidac y a menudo inconexas. Esta tendencia divisiva se vio reforzada por el aurgimicnto dc patronos agentistas que no contaban con mucha riqueza, prestigio social ni inllucncia regional (y mucho meno< nacional). La autoridad de los líderes políticos nacionales se vino abajo, tanto durante la violencia como durante el Frente Naciona13’, y al mismo licmpo la burocracia estatal se expandió rkpidamente, lo que permitió la emergencia de numerosas redes clientclistas dc agentes. Lo que denominaré la Iógica del clienreliwzo de agerzfes fue el resultado de ehtas fuerzas históricas y estructurales. Dichas redes operaban al interior de los partidos tradicionales. Aunque el fuerte partidismo nstringu5 su poder potencial, estas redes no tenían que cultivar lealtades ya existentes y, por lo Tanto. podian concenrrarse en la obtención de recursos del Estado para adentrarse en nuevas municipahdades o centros urbanos, o para competir con otras redes dentro del mismo partido. Dados los recursos relativamente limitados de la mayoría de los agentca localca, hasta cl puehio andino mk humilde tenía espacio para más de uno. El resultado ha Gdo un ario fraccionamiento de todas las identidades: partidarias, regionales, locales y funcionales Las razones dc cstc fraccionamiento SCcncucntran cn la cstroctura dc lac redes y en la Las redes constituyen forma en que cl clicnlclismo de agentes dikibuia 105 bicnca aglomerados de decenas de patronos agentistas locales que cuentan con mc,jor acceso 4 conocimiento de las burocracias locales, departamentales y nacionales. y pueden captar principalmente los recursos estatales a nivel local y a veces departamental. No obstante. el prestigio relativamente bajo de estas redes Ggnifica que su apoyo se encuentra restringido a aquellos que Canjean votos por fworcs. Dada la centraliraci6n del gobierno. y por ende del clientelismo político en Colombia, estos patronos locales w \icntcn fuertemente incentwados a ampliar sus lazos para incluir a figuras políticas regIonales y departamentales En consecuencia, el modelo de can,jeo de votos por favores se repite en un nivel donde no existe ningún contacto directo entre los lideres y los miembros del partido. El patronc local canjea sus votos por un mejor acceso a un representante departamental. A la VCL estos patronos intermedios procuran establecer alianzas con líderes nacionales o deparramcntales de envergadura. A medida que maniobran por ascenso político, constantemente evalúan las ventajas comparativas de la autonomía o el acceso a recursos del Estado. En consecuencia. a menudo los patronos locales que realmente tienen un contacto dlrecto con los votantes se encuentran muy alejados de la toma de decisiones acerca de la distribución de sus favorcs políticos, y los únicos lazos que Ioh unen a las rcdcs clientelis~as indwduales son cl pragmatismo y una lealtad relativamente débil I.oa votantes se encuentran aún más alc.iados su lealtad normalmente es para con el patrono local y a menudo saben poco o nada acerca dc los candidatos en otras áreas. En consecuencia. los micnrbros de los partidos (por nacimiento) sólo forman parte del universo político cn cl grado cn qw cst¿n vinculados a la red chentelista local, y aun asi sólo ticncn una conexión insubstancial e indirecta con la toma de decisiones políticas. Debido a que las redes clientelislaa son conformadas por numerosos patronos locales. regionales y departamentales vinculados por consideracionca pragmática?. constituyen mcdlos excelentes para la competencia y distribución de los Pd\orcs político7 del Estado, pero no pueden representar dichos intereses a mvel departamental o nacional. Además del problema de la provisión de bienes colectivos, esto signltica que las rcdcs clienteli?tas constituyen medios extremadamente ineficientes para representar a los miembros pailidarios.

154

RONALD P. ARCHER

El problema de los btenes colectivos es un problema grave para el clientelismo agentista, pues los bienes colectivos megan la lógica que ruge la operación de los patronos. Los agentes locales rara vez tienen la mayoria en su propia municipalidadi”. Su apoyo en las áreas rurales se encuentra esparcido muchas veces en varios pueblos, incluyendo la capital del condado, y en las municipalidades urbanas a menudo sc encuentra esparcido en comunidades inconexas. Por consiguiente, la provisión dc bienes colectivos implica que cl agente no puede limitar los beneficios a su propia clientela local. A menudo los agentes luchan fcrormcntc por el apoyo local, especialmente dentro del mismo partido. Así que la provisión de bienes colectivos crea las oportunidades para la expansión de la clientela del agente, pero también le cuesta al agente su posición negociadora en la red clientehsta. Puesto que la pobreza es un hecho en la mayoría de las municipalidades colombianas, la provisión de bienes colectivos de espectro amplio se encuentra más allá de los recursos del gobierno local. Por lo tanto, la influencia polhica local tiende a estar entrelazada con beneficios particulares, tales como empleos, becas o ayuda con la burocracia. Los bienes colectivos deben provenir del nivel nacional o departamental. El patrono local debe gastar un porcentaje considerable de su crédito con el solo propósito de asegurar una escuela o clínica en un pueblo. Este tipo de canje fortalece la autoridad del agente en el pueblo específico, muchas veces conformado por miembros de una sola familia: sin embargo, la provisión de un bien colectivo a nivel de municipio no tiene esta garantía, a pesar de costarle al agente una cantidad mayor de su capital político. Un camino que conecte dos municipalidades, por ejemplo, o viviendas básicas en la capital del condado, constituyen riesgos mayores para los agentes locales. Por lo tanto, el clientelismo de agentes crea poderosos incentivos para limitar los recursos del Estado a retribuciones especificas, y los conflictos entre agentes a nivel local y regional militan en contra de solicitar los bienes colectivos a los partidos tradicionales. Es probable que estas redes persigan la obtención de bienes colectivos canjeando votos en el Congreso por recursos de favores políticos controlados por el presidente. Dado el sistema político colombiano altamente centralirado. así como también la carencia de un cuerpo de funcionarios públicos y cl fraccionamiento dc los partidos tradicionales, el presidente sólo puede alcanzar el éxito en asuntos legislativos canjeando estos enormes recursos por la aprobación de una ley o reforma específica en el Congreso. I’ucsto que la lógica del clientelismo de agentes ha producido el hiperfraccionamiento de los partidos, cl presidente debe crear una nueva coalición para cada ley o reforma”. De esta manera, los jefes de las redes individuales negocian con el poder ejecutivo canjeando votos por favores. Normalmente buscan el control o el acceso a cargos en una institución del Estado, recursos para carreteras, puentes y calles en las comunidades, un hospital local, o una participación en proyectos de desarrollo nacional. 1.a lógica dc canjear “votos por favores” se extiende hasta el nivel nacional. En este entorno mayoritariamente de organizaciones de influencta política vertical no existe casi ninguna representación de los intereses locales, regionales, funcionales ni nacionales. Al mismo tiempo, la movilización por influencia política milita cn contra de la formación de nuevas asociaciones de interes colectivo y erosiona hasta las subculturas partidarias más profundamente arraigadas. Aunque este tipo de movilización existe en otros paises latinoamericanos, en Colombia sc produce en el contexto de partidos tradicionales duraderos que no controlan la distribución de los favores políticos. En Vcnczuela, Mexico, Uruguay y Chile, por ejemplo, las organizaciones partidarias centrales controlan rigurosamente dicha distribución. FAVORES POLíTICOS, ELECCIONES Y OPOSICIONES INEPTAS La combinación dc movilizacion por influencia política y partidos tradicionales con estructuras orgknicas y de representación débiles no es anormal cn América Latina. Lo que diferencia el caso colombiano, y hasta fines de la década del sesenta tambien el sistema de partidos uruguayo, es la extraordinaria resistencia al cambto. Sin embargo, para la década del setenta hmto la concurrencia clcctoral como la identificación partidaria habían caído desde los

FUERZA

Y DEBILIDAD

PARTIDARIA

EN LA ASEDIADA

DEMOCRACIA

COLOMBIANA

155

Cuadro N” 6.6 Resultadoselectoralesde la prcsidcncia,1930-1990,y la Asamblea

Conatituycntede 1990,Colomha

1930 1934 1938 1942 1946 ,949 1958 1962 ,966 1970

44,9 97x6 100,o 89,X a 58.6 ’ 0.0

-

55.0 04 OJ 0,o 41,4 100,o

-

1974 1978 1982 1986 1990’

56.2 49.3 51,x r 58,3 47.X

31.4 46,4 46.6 35,s 35.9 h

1990x

31.2’

26.9 m

-

79,9 62,1 71.4 40,3

-

-

-

--

28.0 38.7 9,4 ..-

-. -

2.6 2.6 d 1.2 4.5 12.6

0.0 10.2 0,o 0,o

824.530 942.309 513 520 1 147 806 1.366.005 1.140.646

19.X 37.9 b 0.6 21,o c

3.108 567 2 634 840 2 649.258 4.036.458

0.4 1.7 c 0,4 0.8 3.7 ’

5 212.133 5 075 719 6.840.392 7.229.931 6.048.076

0.0

254

29.5 ”

PUENTES: Es”x,;s,,cr» eleclomler (Bogotá Departamento Adminirwatnw Nacional de Estadistu, wlas) NOTA: “Otros” incluye los otros partidos, votos en blanco. y votos nulos a El partido presentó mhs de un candIdato. b Incluye 308.814 para Leyva, el rebelde de, PC; 625.630 para la hh, PL degal de I.ópez; 54 562 para la hsfa depal de Rojas; 5.822 fotos en blanco: 3,244 votos nulos; y 509 votos para wios candldaras inrenzdos por los votanfcs. c Incluye 471.350 ““Los para Betancur del PC; 336,2X6 para Sowdlr del PC. 76 892 v”f”s en blanco; y 5.426 Votos nulos d Incluye 97 234 votos para la IJNO y 33.716 votos para otros mescandtdato,. e Incluye wtm para tres candidatos menores y los votos en blanco y nulos. f Incluye 2.791.621 votos para Lopez, el candidato oficial del PL, y 145 73X votos para Gala”, el candidato inswgente del PL (Lista Nuevo Liberalismo). g Resultados de la elección presidencial de ,990 h Incluye I .433.913 votos para el Movimiento de Salvación Nacional de Alvaro Gómez y 735.374 vofol para Rodneo Lloreda, cl candIdato oficial del PSC. i Incluye 754,740 votos para el AD.MI9 de Antonio Navano y R 178 %ofo~para el PS 1 (Paltldo Swalista Trabajador) de Luis Valenîia. j lncluyc 101,034 YO,OSpara 1 candidatos menores, 77 727 votos cn blanco y 45 302 votos ““los. k Las elecciones de dxiembre de 1990 sólo conespondiero” il IOI 70 escaiins de la Asamblea Conwuyentc. I El partido prercnt6 mh de u” candrdalo y obtuvo 25 escahoi. m Incluye 574 41, votos para el MSN; 236.794 “oros para el PSC. y 185 116 velos pala 1,618sindependlenles del PSC encabezadas por 1. Ghcq Lloreda y Pardo, dando ,,” total de 20 e,cstios n Incluye 992 613 YO,OSpara el AD-MI9; 95.088 votos para 18“P dc Vai